“Colombia quiere una CIDH sin sesgos”
La audiencia que convocó la Comisión Interamericana por solicitud de la Comisión de la Verdad, que se realizó hace unas semanas, no es la única diferencia que el gobierno Duque manifiesta hacia este organismo internacional.
No es un secreto para nadie la molestia que causó al Estado colombiano que la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad acudiera ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), como lo hizo el pasado 8 de diciembre en audiencia virtual, para manifestar que ha tenido dificultades con ciertas entidades estatales a la hora de recopilar información para su informe final. En entrevista con este diario, Camilo Gómez, director de la ANDJE (Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado), se refirió al tema y manifestó su desacuerdo con el trato que, en su concepto, el organismo internacional le viene dando al país.
¿Cuál fue la controversia con la CIDH por la audiencia que solicitó la Comisión de la Verdad?
Antes de la audiencia Colombia había presentado ante la CIDH las consideraciones por las cuales la audiencia no debía realizarse. Las audiencias ante la CIDH las pueden pedir organizaciones sociales, víctimas o el Estado, o la CIDH las puede ordenar de oficio, pero resulta que la Comisión de la Verdad es una entidad estatal que pidió una audiencia para hablar del propio Estado, eso no existe jurídicamente en el reglamento de la CIDH. Además, quienes pueden pedir en nombre del Estado una actuación internacional ante ese organismo son el presidente, la Cancillería y la Agencia de Defensa Jurídica.
Pero la Comisión de la Verdad ha dicho que tuvo que acudir a instancias internacionales porque agotaron las nacionales sin respuesta...
Tengo conversaciones frecuentes y fluidas con la JEP, al igual que con la Fiscalía, la justicia penal militar, la Corte Suprema… con la Comisión de la Verdad, las veces que el padre Francisco de Roux (presidente de esa Comisión) me llame, estoy listo. Es amigo mío, conocido desde hace muchos años, pero he tratado de contactarme con él y no he logrado respuesta. Estoy esperando para invitarle un café, conocer sus preocupaciones, y si hay alguna, vamos a buscar soluciones.
Usted ha dicho que la CIDH no es garante del proceso de paz y no debió admitir esta audiencia. ¿A qué instancia, entonces, debería acudir la Comisión de la Verdad?
El Acuerdo de Paz dice expresamente cuáles son las entidades que vigilan su cumplimiento, y la CIDH no está ahí, están la Organización de Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, el Instituto Kroc y otros, pero no está la CIDH, ese no es su papel. Es imposible que, si hay discrepancias, no se puedan solucionar internamente y terminemos acusándonos internacionalmente. A mí me parece un despropósito, es que la Comisión de la Verdad es una entidad oficial, no es una ONG.
¿Por qué dijo que la CIDH tenía “ciertos tintes políticos”?
El Estado colombiano ha sido responsable frente a las entidades internacionales, ha sido cumplido, promotor de la CIDH, del nacimiento del Sistema Interamericano, y encuentra uno a la Comisión con una serie de displicencias frente al Estado colombiano. Tramita casos a su antojo, se demora 20 años en promedio para cada caso y hay desequilibrios procesales. Finalmente, esto es un proceso jurídico donde las partes deberían tener el mismo tratamiento procesal, y la CIDH no lo aplica, simplemente desconoce posiciones del Estado o ni siquiera las toma en cuenta.
¿Cuántos procesos hay activos en la CIDH contra Colombia?
A corte de octubre, según la CIDH, contra Colombia existen 2.068 peticiones radicadas, de las cuales se han abierto trámite en 1.125 y han sido notificadas 764, y estamos pendientes de que nos notifiquen las otras 361. El resto no sabemos si las desecharon o están en estudio. Colapsó el sistema. A Colombia la juzga el Sistema Interamericano porque la justicia interna no opera, pues resulta que la Comisión tampoco porque se demora 20 años. Es una paradoja absoluta que una comisión de derechos humanos juzgue a un Estado por las demoras en la aplicación de justicia, cuando allá es mucho más demorado el manejo de los casos.
¿No será que tantos procesos obedecen a que el Estado no está aplicando la justicia correctamente o a las violaciones sistemáticas de derechos humanos en el país?
En Colombia se han hecho enormes esfuerzos para aplicar justicia pronta y cumplidamente. Pero cuando un sistema como el Interamericano resuelve abrir casos inútiles, pues las peticiones crecen, entonces los casos de fondo no son tantos.
¿A qué se refiere con “casos inútiles”?
Le abren investigaciones a Colombia por temas totalmente intrascendentes. El año pasado, que me impactó mucho, nos trajeron la queja de una señora colombiana porque el Consejo de la Judicatura no había arreglado la humedad de la pared de la casa que es contigua a las instalaciones del Consejo. Casos de peleas entre vecinos que no resuelve el inspector de Policía se vuelven queja ante la Comisión y los admiten . El Sistema Interamericano solo puede operar de manera subsidiaria, es decir, un colombiano tiene que agotar las instancias internas para poder acudir al Sistema Interamericano, pero hemos visto que no se cumple.
¿En algún momento el Gobierno colombiano ha pensado en salirse del Sistema Interamericano?
Cuando hay un fallo en contra, ¿entonces la decisión es salirse? No. Colombia no ha pensado en retirarse, pero sí quiere un sistema que funcione y que sea sólido, no un sistema que tenga sesgos o un tratamiento procesal discriminatorio, a Colombia no lo pueden tratar de esa manera. Hay que buscar un sistema sólido no solo para Colombia, sino para todos los Estados, un sistema que actúe dentro los parámetros que le corresponden, que son la subsidiariedad y la igualdad en el tratamiento procesal.