Decisiones individuales
EN CÍRCULOS DE DEBATE SOBRE políticas públicas ha hecho carrera la idea de que los problemas sociales pueden estar directa o indirectamente relacionados con lo que expertos llaman el “comportamiento humano”. Se habla entonces del papel vital que pueden jugar intervenciones de cambio de comportamiento en áreas como la salud o el medio ambiente.
Mientras en otros períodos se vio a los ciudadanos como tomadores de decisiones, desde hace algunas décadas muchos argumentan que el modelo económico estándar del comportamiento humano es impreciso. Por su parte, los profetas del cambio conductual (o cambio en la cultura ciudadana) afirman que los individuos están equipados con una racionalidad limitada. Explican entonces que los patrones de toma de decisiones desafortunados son el resultado de la racionalidad limitada, los prejuicios y los hábitos. Y que a quienes exhiban comportamientos individuales negativos (fumar, emborracharse, comer dulces) se les puede “empujar” hacia un mejor proceder. En el caso del tabaco, por ejemplo, la política pública inspirada por propósitos de cambio conductual hizo que se incluyeran imágenes explícitas y advertencias como “fumar mata” en todos los paquetes de cigarrillos.
En Colombia, muchas campañas han intentado incentivar cambios en los comportamientos con relación al ahorro de energía o agua. En las últimas tres décadas toda una tradición mockusiana de creación de una “cultura ciudadana” desplegó además recursos para que los ciudadanos decidieran cambiar sus formas de hacer (y pensar) las cosas. “Está en tus manos” rezan las iniciativas. En tus manos está cruzar por la cebra y mejorar el tráfico, no recolectar agua y evitar el dengue, evitar la gaseosa y combatir la gordura. También, uno a una, tenemos hoy en nuestras manos la responsabilidad de contrarrestar la pandemia: hay que quedarse en la casa, usar tapabocas y extremar todo tipo de medidas higiénicas.
En este contexto, vale la pena enfatizar en los límites de estas consignas que prometen mejores ciudadanos. En áreas como la salud pública, por ejemplo, se han apoyado en medidas poco transparentes que terminan transfiriendo responsabilidades a las comunidades, dejando sin piso la promesa de un Estado con cierta capacidad. El resultado ha sido un enfoque creciente en la promoción del cambio de comportamientos individuales (acompañado por la asignación de responsabilidades): se enfermó por el tabaco, el alcohol, la comida rápida o porque tomó la decisión de ir a un centro comercial. Al centrarse estrictamente en las decisiones de estilo de vida individuales, la promoción de la salud deja de lado los determinantes socioeconómicos más amplios.
Los formuladores de políticas pueden estar motivados por el hecho de que las intervenciones de salud que se centran en los riesgos del estilo de vida individual pueden ser más baratas y fáciles de implementar que las políticas estructurales coordinadas por el Estado, necesarias para abordar la desigualdad y la pobreza. Si bien la formación de nuevos hábitos está en marcha (el lavado de manos, el uso de tapabocas, mantener un bajo perfil en la Navidad), políticas como la introducción de un mínimo vital de agua (así se pueden extremar medidas higiénicas) y la creación de una renta básica (así es más fácil quedarse en casa) deben pasar a un primer plano.
Biden da ejemplo
EN 2012 EL JUEZ ESPAÑOL BALTAsar Garzón fue condenado por el Tribunal Supremo a 11 años de inhabilitación por prevaricación. Según la sentencia, al ordenar las escuchas entre unos presuntos implicados y sus abogados, Garzón causó una “drástica e injustificada reducción del derecho de defensa”. El Tribunal asegura, según RTVE.es, que con su actuación Garzón colocó “todo el proceso penal español al nivel de sistemas políticos y procesales característicos de tiempos ya superados admitiendo prácticas que en los tiempos actuales solo se encuentran en los regímenes totalitarios en los que todo se considera válido para obtener la información que interesa”. El Supremo añade: “La pretensión legítima del Estado en cuanto a la persecución y sanción de las conductas delictivas solo debe ser satisfecha dentro de los límites en un Estado de Derecho… la búsqueda