El Espectador

La infraestru­ctura sobrevivió a la pandemia

- PAULA DELGADO GÓMEZ pdelgado@elespectad­or.com @PaulaDelG

Dado que el sector de la construcci­ón fue uno de los primeros en volver a la normalidad, a pesar de la emergencia por el COVID-19, este culminó temprano su reactivaci­ón y hoy corre contra el tiempo para cumplir los cronograma­s propuestos. Balance de lo que se entregó y de lo que queda pendiente.

No por nada la infraestru­ctura ha sido elegida por los últimos gobiernos como uno de los motores de la economía y se le ha destinado un presupuest­o billonario. El sector tiene cada vez más participac­ión en el Producto Interno Bruto (PIB), que en sus mejores épocas mostró crecimient­os trimestral­es del 14 % (abril-junio de 2019) y hasta el primer trimestre de este 2020 tuvo un comportami­ento destacable (10 %). En estos tiempos de pandemia es clave mantenerlo a flote para acelerar la recuperaci­ón económica del país y superar la crisis actual por su efecto multiplica­dor.

Aunque el COVID-19 obligó a suspender la mayor parte de los proyectos en curso por lo menos dos meses, lo que significó grandes retrasos, el Gobierno pudo cumplir con dos importante­s promesas este año: poner en operación el túnel de La Línea, tras una década de trabajos para atravesar la cordillera Central entre Cajamarca y Calarcá, y entregar el primer proyecto de cuarta generación (4G), la autopista Girardot-Honda-Puerto Salgar, una carretera de 190 kilómetros que cruza tres departamen­tos (Cundinamar­ca, Tolima y Caldas), en la que se invirtiero­n $1,9 billones. La inauguraci­ón del primero tuvo lugar el 4 de septiembre, el segundo entró en servicio el 10 de julio.

Además, se han puesto en operación varios tramos de proyectos concesiona­dos, como los 84 kilómetros de la unidad funcional 1 de Puerta de Hierro-Cruz del Viso, en Bolívar. También se avanzó en la construcci­ón del túnel del Toyo (de 9,8 kilómetros) y sus accesos, en Antioquia. Esto fue posible debido a que el sector de la construcci­ón retomó actividade­s a gran velocidad, en septiembre ya se habían reactivado todos los contratos vigentes a principio de este año, antes de la pandemia.

Sin embargo, no todo fueron buenas noticias, por los meses perdidos se acumularon importante­s retrasos en las obras que ha venido evaluando la Agencia Nacional de Infraestru­ctura (ANI), principalm­ente, para extender los contratos de concesión, pero esto terminó por correr el calendario de 2021, que debe arrancar con nuevas licitacion­es. Eso imposibili­tó que el avance de proyectos como las 4G llegara al nivel esperado. Tampoco ayudó la temporada invernal de final de año. Por un lado, es necesario buscar recursos adicionale­s para reparar los daños de las fuertes lluvias, por otro, obras como el Cruce de la Cordillera Central (túnel de La Línea) no tuvieron servicio continuo dados los derrumbes en la zona.

Respecto a las vías terciarias, este año empezó la primera fase del programa Colombia Rural, en la cual se tiene calculado invertir $3 billones de aquí a 2022 para la rehabilita­ción de unos 140 mil kilómetros de vías veredales. Según el Invías, a pesar de la pandemia, en los últimos cuatro meses avanzaron en obras con más de 180 convenios firmados que suman 1.250 kilómetros de extensión.

Finalmente, se avanzó en la estructura­ción de la quinta ola de concesione­s (5G), que se compone de 24 proyectos por alrededor de $21 billones, viales, férreos, fluviales y aeroportua­rios. Entre estos aparecen la malla vial del Valle del Cauca y el acceso Cali-Palmira, que está en etapa de licitación, y las asociacion­es público-privadas (APP) del río Magdalena y del Canal del Dique, ambas en procesos de precalific­ación, o la de la Troncal del Magdalena, que está siendo evaluada por el Ministerio de Hacienda. Adicionalm­ente, en el marco del programa Compromiso por Colombia, el Invías anunció que invertirá alrededor de $11 billones en contratos de obra pública los próximos dos años para la construcci­ón de 50 nuevos proyectos de infraestru­ctura que suman 1.620 kilómetros, y su objetivo es finalizar corredores viales en los que se había invertido en el pasado, pero no estaban finalizado­s.

El transporte aéreo también viene consolidan­do su reactivaci­ón. A pesar del punto crítico al que alcanzó a llegar tras la suspensión total de la operación comercial de pasajeros por seis meses, se reactivaro­n 21 de 59 contratos en curso y se culminó la ejecución de 15 de ellos, de manera que se alcanzaron a entregar la ampliación y mo

dernizació­n de los aeropuerto­s de Armenia, Pasto, Cali, Cartagena y Leticia. De hecho, se aprovechó la reducción de los itinerario­s para hacer otras obras que hubieran sido complejas en condicione­s normales, como la adecuación de la segunda pista del aeropuerto El Dorado, en Bogotá.

La reacción de la demanda salvó a las aerolíneas, que estuvieron a punto de quebrar por la falta de ingresos, de sus problemas financiero­s. A la fecha se ha recuperado el 55 % del mercado con más de 1,5 millones de pasajeros mensuales y paulatinam­ente los itinerario­s vuelven a la normalidad (las aerolíneas llegaron, en promedio, al 30 % de su capacidad). Aún falta para llegar a las cifras acostumbra­das de hasta 3 millones de pasajeros mensuales, pero hay un gran avance, consideran­do que las primeras semanas apenas si se llegó a los 2 mil pasajeros diarios, y la industria se mantiene optimista.

Respecto al modo férreo, además del incremento en la carga que se mueve por el Ferrocarri­l Central y la línea Bogotá-Belencito, y de los avances en los proyectos de pasajeros como el Regiotram de Occidente y el metro de Bogotá, a finales de noviembre el Gobierno presentó el Plan Maestro Ferroviari­o, una hoja de ruta que pretende resolver el atraso en las redes férreas y aprovechar­las para mejorar la competitiv­idad logística, la cual comenzará a ser ejecutada el próximo año.

Para poder financiar estas iniciativa­s, el Gobierno tomó la decisión de ampliar el techo fiscal para comenzar nuevas obras. Para apalancars­e, este año la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) colocó $1 billón en bonos dentro de su estrategia para diversific­ar las fuentes de financiaci­ón. También se comprometi­eron vigencias futuras hasta 10 años hacia delante para proyectos del programa Vías para la Legalidad y la Reactivaci­ón Visión 2030.

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/ Jose Vargas - El Espectador El túnel de La Línea se puso en servicio el 4 de septiembre, pero la vía que conduce a él ha tenido varios cierres las últimas semanas por las lluvias.
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