El protector de la identidad indígena
Durante la guerra, los comuneros de las 34 veredas del resguardo indígena de los Pastos, en Ipiales (Nariño), dejaron de encontrarse. No eran libres de moverse por su propio territorio, ubicado justo en la frontera colombo-ecuatoriana. Incluso, no podían llegar hasta sus sitios sagrados. Aun hoy, a pesar de que los actores armados se han ido del territorio, la comunidad sigue con el miedo de encontrarse.
La historia la cuenta Daniel Lucero Bernal, un comunero de 28 años que viene liderando procesos de reunificación entre la comunidad y reivindicación de la identidad indígena. Empezó a destacarse como un líder entre los jóvenes comuneros cuando apenas a los 16 años se interesó por las decisiones políticas del resguardo y participó en la construcción de su reglamento interno, un tema que se consideraba solo de los adultos.
Actualmente es uno de los jóvenes que lidera el proyecto “Abrazando el territorio”, el cual es parte del Plan de Desarrollo Territorial. La iniciativa tiene cuatro objetivos: “Primero, la sanación personal y velar por el reconocimiento propio: los jóvenes indígenas a veces nos hemos ido a estudiar a otras ciudades y allá no mencionamos que somos indígenas, porque de pronto nos miran raro. Tenemos que empoderar a nuestros jóvenes”, dice él, quien se fue a estudiar derecho a la Universidad de Antioquia y ahora ha vuelto al territorio.
En segundo lugar, buscan la sanación colectiva. Que sane la comunidad y propender por armonizar el territorio, es decir, que las energías estén en equilibrio. Y así hacer memoria de todo lo que les ocurrió durante la guerra y que no quieren que se vuelva a repetir.
Para ello, el colectivo de comunicaciones del resguardo del que forma parte Daniel está desarrollando 10 documentales que contarán la historia de todas las veredas. “Que las comunidades que nos rodean, indígenas y mestizas, sepan quiénes somos”. Además, realizarán un festival de artes escénicas en el que cada comunidad del resguardo se pueda representar a sí misma. Están trabajando en una Escuela de Líderes Indígenas Juveniles y en una revista para recuperar y visibilizar el patrimonio cultural indígena. Como trasfondo de todo este trabajo está contribuir en la resignificación del plan de vida del resguardo, que es de 2009, y el que quieren ajustar a esta nueva etapa de construcción de paz.