¿Y el regreso a clases presenciales?
Todo estaba listo para aplicar el modelo de alternancia para el regreso a clases en Bogotá, pero las condiciones epidemiológicas y el aumento de ocupación en UCI ponen a prueba el plan piloto. Por ahora, los colegios de calendario B en las localidades en cuarentena tendrán que iniciar el segundo período del año en la virtualidad.
Una de las apuestas más grandes del Distrito es el regreso a clases presenciales, que no serán las mismas a las que había antes de la pandemia, pero sí bajo un modelo de alternancia en que los estudiantes podrán ir por horas o en turnos por días. Aunque el plan es que el 25 de enero inicie el regreso de forma gradual, las condiciones epidemiológicas de la ciudad, sumadas a la ocupación de unidades de cuidados intensivos, podrían cambiar el panorama de nuevo.
Las condiciones son simples. En octubre del año pasado se abrió el cupo epidemiológico para que colegios públicos y privados comenzaran los pilotos de reapertura gradual, progresiva y segura (GPS), por lo que, como en el caso del Gimnasio Los Arrayanes, algunos comenzaron con el regreso por horas de los estudiantes más grandes a los más pequeños, de acuerdo con la aprobación de los padres. Pero en el caso del Distrito la situación fue diferente, porque la Asociación Distrital de Educadores (ADE) ha insistido en que no existen las condiciones que garanticen la seguridad de los estudiantes y los maestros, por lo que al final solo se realizó la apertura de 25 de las 399 instituciones públicas.
Como tal, el plan contempla el alistamiento de los colegios, es decir, la renovación de la infraestructura física, pero además la entrega de tapabocas a los estudiantes y dotación de dispensadores de alcohol, jabón y toallas para los niños y los educadores. En esto se han venido invirtiendo cerca de $18.000 millones que salen del Sistema General de Participaciones y de la Secretaría de Educación. Asimismo, se flexibilizaron los procesos de evaluación y se trabajó en la transformación pedagógica, que incluirá la educación socioemocional y las competencias ciudadanas. También se plantean cambios en la jornada única y en el ingreso y la salida de las jornadas dobles, ya que se busca evitar las aglomeraciones al mediodía frente a los colegios.
Para ello se han propuesto alternativas que van desde reducir el número de estudiantes en un salón, permitiendo que solo una parte del grupo asista a los colegios, hasta un tipo de pico y placa que les permita ir dos o tres días a las instituciones, pero para William Agudelo, presidente de la ADE, ninguna es viable para ellos. “Estamos en esa discusión con la administración porque no hay medidas claras y concretas, más allá de los protocolos de bioseguridad. Nos preocupa que con la mitad de los niños en las casas y la otra mitad en los colegios se nos va a duplicar el trabajo y que, además, hay varios maestros en riesgo. Ya van 31muertos por COVID-19”.
La Secretaría de Educación señala que al menos el 25 % de los profesores del Distrito presentan comorbilidades y/o son mayores de 60 años, por lo que dentro de sus planes tiene previsto que ellos continúen en la virtualidad junto con los estudiantes que puedan presentar riesgos. Expertos como Ómar Oróstegui, director de Futuros Urbanos, cree que puede haber otras alternativas, como dar una prima extra de incentivo o asumir un seguro de riesgo para blindar a los maestros que resulten contagiados, pero además no deben dejarse de lado las discusiones como la revaluación de los programas pedagógicos, la dotación tecnológica que debe comenzar este mes el Distrito a los niños más vulnerables, las brechas educativas y los temas administrativos, como los precios de las matrículas en colegios públicos ante estas condiciones.
“También toca mirar algunos temas específicos. Por un lado hay muchas familias sin posibilidades de cuidar a los hijos, o sin conectividad. Y en una posibilidad de alternancia hay que ver cómo se podrían privilegiar estas circunstancias. Este es un año en el que necesitamos tener mucha flexibilidad y capacidad de adaptación, porque los pilotos nos mostraron que si bien hay una planeación, hay condiciones que hacen que se tengan que aislar por un contagio, entonces creo que el mensaje a los niños es que vamos a ensayar para retomar de manera paulatina y así volver asegurando las condiciones”, afirma Carolina Piñeros, directora de la Red Papaz.
Por ahora, lo cierto es que los colegios de calendario B, en las tres localidades en cuarentena estricta, tendrán que comenzar el segundo período del año escolar en la virtualidad, mientras que los de calendario A y los públicos están en manos de cómo se den las condiciones epidemiológicas y de los acuerdos que se logren con padres y maestros, pues hasta el 18 de diciembre se había aprobado el regreso de 589 instituciones, entre ellas 82 distritales y 62 de educación superior. En definitiva, el regreso a clases es una prioridad, pero para la que se sigue en manos de la responsabilidad ciudadana y del compromiso del Distrito, pues viene la temporada escolar, otra de las que genera más aglomeraciones en San Victorino y centros comerciales, por lo que desde ya se deben plantear las alternativas.
La situación en las unidades de cuidados intensivos (UCI) llegó al límite. El reporte de ayer indica que la ocupación de camas destinadas a pacientes de COVID-19 llegó al 81,8 % y que la ocupación total de las UCI sobrepasó el 85 %. Es decir, los centros hospitalarios están muy cerca de llegar a números rojos, de los que el Distrito y el Gobierno hablaron como referencia para tomar nuevas medidas.
De hecho, ayer los ministerios de Salud y del Interior emitieron una circular recomendando medidas diferenciales para ciudades con alta ocupación de UCI, como evitar cirugías no prioritarias, restringir la movilidad hasta el 12 de enero y mantener el pico y cédula.
Por eso, se espera que hoy el Distrito decrete nuevas restricciones, teniendo en cuenta las alertas de la Personería, que en un informe advirtió una diferencia entre los datos del Observatorio de Salud y lo que evidenció luego de un monitoreo en tiempo real a la red pública.
Como resultado, la Personería aseguró que hay inconsistencias y que en algunos casos el porcentaje de ocupación de UCI supera las cifras oficiales.
El secretario de Salud, Alejandro Gómez, reconoció que la red hospitalaria está congestionada, no solo por pacientes de COVID-19, sino de otras patologías. El secretario se reuniría con el equipo de la Personería para revisar el tema.
El funcionario dijo que como el porcentaje de ocupación de camas para pacientes COVID se acerca al 85 %, “no se descarta ninguna medida” adicional a la cuarentena que ya se decretó en las localidades del noroccidente (Usaquén, Suba y Engativá).