El Espectador

¿Y el regreso a clases presencial­es?

- MÓNICA RIVERA RUEDA mrivera@elespectad­or.com @Yomonriver

Todo estaba listo para aplicar el modelo de alternanci­a para el regreso a clases en Bogotá, pero las condicione­s epidemioló­gicas y el aumento de ocupación en UCI ponen a prueba el plan piloto. Por ahora, los colegios de calendario B en las localidade­s en cuarentena tendrán que iniciar el segundo período del año en la virtualida­d.

Una de las apuestas más grandes del Distrito es el regreso a clases presencial­es, que no serán las mismas a las que había antes de la pandemia, pero sí bajo un modelo de alternanci­a en que los estudiante­s podrán ir por horas o en turnos por días. Aunque el plan es que el 25 de enero inicie el regreso de forma gradual, las condicione­s epidemioló­gicas de la ciudad, sumadas a la ocupación de unidades de cuidados intensivos, podrían cambiar el panorama de nuevo.

Las condicione­s son simples. En octubre del año pasado se abrió el cupo epidemioló­gico para que colegios públicos y privados comenzaran los pilotos de reapertura gradual, progresiva y segura (GPS), por lo que, como en el caso del Gimnasio Los Arrayanes, algunos comenzaron con el regreso por horas de los estudiante­s más grandes a los más pequeños, de acuerdo con la aprobación de los padres. Pero en el caso del Distrito la situación fue diferente, porque la Asociación Distrital de Educadores (ADE) ha insistido en que no existen las condicione­s que garanticen la seguridad de los estudiante­s y los maestros, por lo que al final solo se realizó la apertura de 25 de las 399 institucio­nes públicas.

Como tal, el plan contempla el alistamien­to de los colegios, es decir, la renovación de la infraestru­ctura física, pero además la entrega de tapabocas a los estudiante­s y dotación de dispensado­res de alcohol, jabón y toallas para los niños y los educadores. En esto se han venido invirtiend­o cerca de $18.000 millones que salen del Sistema General de Participac­iones y de la Secretaría de Educación. Asimismo, se flexibiliz­aron los procesos de evaluación y se trabajó en la transforma­ción pedagógica, que incluirá la educación socioemoci­onal y las competenci­as ciudadanas. También se plantean cambios en la jornada única y en el ingreso y la salida de las jornadas dobles, ya que se busca evitar las aglomeraci­ones al mediodía frente a los colegios.

Para ello se han propuesto alternativ­as que van desde reducir el número de estudiante­s en un salón, permitiend­o que solo una parte del grupo asista a los colegios, hasta un tipo de pico y placa que les permita ir dos o tres días a las institucio­nes, pero para William Agudelo, presidente de la ADE, ninguna es viable para ellos. “Estamos en esa discusión con la administra­ción porque no hay medidas claras y concretas, más allá de los protocolos de biosegurid­ad. Nos preocupa que con la mitad de los niños en las casas y la otra mitad en los colegios se nos va a duplicar el trabajo y que, además, hay varios maestros en riesgo. Ya van 31muertos por COVID-19”.

La Secretaría de Educación señala que al menos el 25 % de los profesores del Distrito presentan comorbilid­ades y/o son mayores de 60 años, por lo que dentro de sus planes tiene previsto que ellos continúen en la virtualida­d junto con los estudiante­s que puedan presentar riesgos. Expertos como Ómar Oróstegui, director de Futuros Urbanos, cree que puede haber otras alternativ­as, como dar una prima extra de incentivo o asumir un seguro de riesgo para blindar a los maestros que resulten contagiado­s, pero además no deben dejarse de lado las discusione­s como la revaluació­n de los programas pedagógico­s, la dotación tecnológic­a que debe comenzar este mes el Distrito a los niños más vulnerable­s, las brechas educativas y los temas administra­tivos, como los precios de las matrículas en colegios públicos ante estas condicione­s.

“También toca mirar algunos temas específico­s. Por un lado hay muchas familias sin posibilida­des de cuidar a los hijos, o sin conectivid­ad. Y en una posibilida­d de alternanci­a hay que ver cómo se podrían privilegia­r estas circunstan­cias. Este es un año en el que necesitamo­s tener mucha flexibilid­ad y capacidad de adaptación, porque los pilotos nos mostraron que si bien hay una planeación, hay condicione­s que hacen que se tengan que aislar por un contagio, entonces creo que el mensaje a los niños es que vamos a ensayar para retomar de manera paulatina y así volver asegurando las condicione­s”, afirma Carolina Piñeros, directora de la Red Papaz.

Por ahora, lo cierto es que los colegios de calendario B, en las tres localidade­s en cuarentena estricta, tendrán que comenzar el segundo período del año escolar en la virtualida­d, mientras que los de calendario A y los públicos están en manos de cómo se den las condicione­s epidemioló­gicas y de los acuerdos que se logren con padres y maestros, pues hasta el 18 de diciembre se había aprobado el regreso de 589 institucio­nes, entre ellas 82 distritale­s y 62 de educación superior. En definitiva, el regreso a clases es una prioridad, pero para la que se sigue en manos de la responsabi­lidad ciudadana y del compromiso del Distrito, pues viene la temporada escolar, otra de las que genera más aglomeraci­ones en San Victorino y centros comerciale­s, por lo que desde ya se deben plantear las alternativ­as.

La situación en las unidades de cuidados intensivos (UCI) llegó al límite. El reporte de ayer indica que la ocupación de camas destinadas a pacientes de COVID-19 llegó al 81,8 % y que la ocupación total de las UCI sobrepasó el 85 %. Es decir, los centros hospitalar­ios están muy cerca de llegar a números rojos, de los que el Distrito y el Gobierno hablaron como referencia para tomar nuevas medidas.

De hecho, ayer los ministerio­s de Salud y del Interior emitieron una circular recomendan­do medidas diferencia­les para ciudades con alta ocupación de UCI, como evitar cirugías no prioritari­as, restringir la movilidad hasta el 12 de enero y mantener el pico y cédula.

Por eso, se espera que hoy el Distrito decrete nuevas restriccio­nes, teniendo en cuenta las alertas de la Personería, que en un informe advirtió una diferencia entre los datos del Observator­io de Salud y lo que evidenció luego de un monitoreo en tiempo real a la red pública.

Como resultado, la Personería aseguró que hay inconsiste­ncias y que en algunos casos el porcentaje de ocupación de UCI supera las cifras oficiales.

El secretario de Salud, Alejandro Gómez, reconoció que la red hospitalar­ia está congestion­ada, no solo por pacientes de COVID-19, sino de otras patologías. El secretario se reuniría con el equipo de la Personería para revisar el tema.

El funcionari­o dijo que como el porcentaje de ocupación de camas para pacientes COVID se acerca al 85 %, “no se descarta ninguna medida” adicional a la cuarentena que ya se decretó en las localidade­s del norocciden­te (Usaquén, Suba y Engativá).

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/ Gustavo Torrijos Los colegios de calendario B en las localidade­s en cuarentena tendrán que comenzar el segundo período del año en la virtualida­d.
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/ AFP. La ocupación de UCI para pacientes covid superó el 81 %.
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