El Espectador

Nuevas cuarentena­s

Tras analizar la condición de la ciudad, se determinó una nueva cuarentena general y otra sectorizad­a en el sur de la ciudad. El Gobierno se comprometi­ó a adelantar pagos a EPS, mientras que el Distrito aseguró que el segundo pico pasaría esta semana.

- REDACCIÓN BOGOTÁ bogota@elespectad­or.com @BogotáEE

El próximo fin de semana habrá nuevamente cuarentena general en Bogotá, mientras que desde el lunes, Bosa, Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Usme, Rafael Uribe y Puente Aranda entrarán en cuarentena sectorizad­a. Aunque el Distrito es optimista y señala que esta semana empezará a caer el pico del virus, gremios médicos aseguran que faltan acciones para evitar el colapso hospitalar­io en la ciudad.

Una nueva cuarentena general vivirá Bogotá este fin de semana. Así lo anunció la alcaldesa Claudia López, tras finalizar la reunión con el comité epidemioló­gico del Gobierno Nacional, para analizar las medidas que ya se han tomado y la ocupación de unidades de cuidados intensivos, que llegó al 93,5 %, por lo que hoy solo quedan 121 camas de las 1.870 que se han dispuesto para pacientes COVID-19.

Las nuevas restriccio­nes incluyen la cuarentena general, que irá desde el viernes a las 8:00 p.m. hasta el próximo lunes a las 4:00 a.m. y una nueva cuarentena sectorizad­a en seis localidade­s del sur de la capital (Bosa, Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Usme, Rafael Uribe y Puente Aranda), que empezará el sábado 16 de enero y que empatará con el fin de la cuarentena en Suba, Engativá y Teusaquill­o, e irá a la par de la decretada en Kennedy, Fontibón y Teusaquill­o. “Son las medidas acordadas con el Ministerio de Salud y recordar que hasta el 28 de enero regirá el pico y cédula y la ley seca nocturna”, afirmó la alcaldesa Claudia López.

De esta forma, Antonio Nariño, Barrios Unidos, Chapinero, La Candelaria, Los Mártires, Santa Fe, Sumapaz y Tunjuelito son las localidade­s que hasta el momento estarían exentas de la cuarentena sectorizad­a y que ahora cumplen un ciclo similar al que se decretó durante el primer pico de la pandemia, en medio de la reactivaci­ón de la ciudad.

Además de esto, de la reunión salieron nuevos acuerdos. El Gobierno Nacional se comprometi­ó a cubrir la canasta COVID19 de los hospitales de la ciudad hasta febrero y agilizar los pagos retrasados de noviembre y diciembre a las EPS, con lo que buscan evitar un desabastec­imiento y de paso dificultad­es en el pago y la contrataci­ón del personal de la salud.

Sumado a esto, y ante la preocupaci­ón por la ocupación de las UCI, el secretario de Salud, Alejandro Gómez, informó que se está aumentando la capacidad y la dotación de insumos, medicament­os y oxígeno. “De las llamadas que entran al 123 en salud, anteriorme­nte eran el 30 % por problemas respirator­ios, hoy son el 57 %. La segunda ola de la pandemia genera esta demanda que estamos atendiendo con 110 vehículos de atención domiciliar­ia y que esta semana subiremos a 140, lo que nos permitirá hacer más de 700 visitas al día”.

En cuanto a UCI, indicó que esta semana se abrirán 38 camas nuevas en institucio­nes del sector privado, pero además se implementó un nuevo protocolo de rotación de cuidados intensivos. “Los pacientes que ya no necesitan quedarse en la UCI pasan rápidament­e a hospitaliz­ación y se libera la cama. Ocurre lo mismo con los que pueden ir para la casa. Ahí es muy importante, de la mano de las EPS, garantizar el oxígeno domiciliar­io”, manifestó Gómez.

Junto a esto se mantiene el optimismo, pues el secretario cree que esta semana podría pasar el segundo pico de la pandemia, dado que, según explica, los tiempos de la enfermedad indican que entre el contagio y los primeros síntomas pasan seis días, su desarrollo se daría en los siguientes seis y en tres entraría un paciente crítico a cuidados intensivos, por lo que sostiene que “si el último evento social que nos generó riesgo fue la celebració­n de fin de año, estamos en la semana de mayor demanda de UCI”.

Pero esta no es la única preocupaci­ón. A lo largo de la semana pasada se empezó a conocer que varios centros de atención llegaron al máximo en salas de urgencias. Clínicas como la Palermo dieron a conocer que llegaron al 200 %, por lo que pidieron a la ciudadanía asistir solo en caso de máxima necesidad, mientras que Gómez confirmó que en otros centros, como la Fundación Universita­ria Méderi, las clínicas Reina Sofía y San Ignacio, y el hospital San Rafael, están en similares situacione­s, por lo que se aplicarían nuevas medidas desde el centro regulador y el Distrito.

Ya se comenzaron a instalar hospitales de campaña en los parqueader­os de las institucio­nes, como desde hace algún tiempo han optado los privados, que se han valido de carpas y contenedor­es para la creación de estas nuevas salas. La diferencia es que ahora esto se hizo con el Idiger, pero en los hospitales públicos de Engativá, Simón Bolívar, Kennedy y El Tunal se hará el primer triaje (protocolo de evaluación médica) y se espera que esta semana queden listos los del San Blas y el Santa Clara.

“A partir de la llegada del COVID-19 la totalidad de los hospitales han tenido que dividir el servicio de urgencias en paciente respirator­io potencialm­ente contagiado y paciente no COVID, lo que ha llevado a que tengamos que hacer la adaptación. Estos espacios livianos nos permiten multiplica­r la capacidad de atención en urgencia y disminuir la presión sobre otros servicios”, dijo Gómez.

De la misma forma, el secretario indicó que se han cubierto las necesidade­s del personal en salud, como la urgencia que se presentó por la falta de sedantes, así como se espera que en los próximos días sean instaladas 40 camas que donará Corea a la ciudad. Pese a ello, los gremios consideran que se está haciendo de forma improvisad­a y que además se debe acompañar de otras medidas relacionad­as con insumos, medicament­os, equipos y personal sanitario, y no comparten la premisa de la Alcaldía sobre la posible llegada al pico de la pandemia.

Al respecto, Fabián Rosas, presidente de la Asociación Colombiana de Especialis­tas en Medicina de Urgencias y Emergencia­s (ACEM), cree que se comete un error al solo enfocarse en la ocupación de UCI y no en otros indicadore­s, como la disponibil­idad de talento humano o la situación de otras zonas como la de urgencias. “Lo otro es la disponibil­idad de recursos tecnológic­os como ventilador­es, bombas de infusión y otros para la sedación para pacientes tipo COVID, y que si no están disponible­s estamos en emergencia. Uno de esos recursos es el oxígeno, pues cada cama tiene su punto, pero hay casos, como en los posoperato­rios y en salas de urgencias, que ya no dan abasto”.

Mientras que con respecto a los hospitales de campaña, Rosas no cree que sean suficiente­s, pues solo funcionan para la primera atención en una sala de urgencias, es decir, la identifica­ción de casos sospechoso­s y no para alivianar las cargas que hay dentro de las salas. “Los hospitales de campaña son los de rápida instalació­n que tienen una función hospitalar­ia, es decir, que son autónomos en recursos y talento humano, no es solo decir que saco a tres médicos de urgencias y los llevó para allá, eso es tapar un hueco abriendo otro”.

Por su parte, el doctor Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana, pide que no solo se amplíe el número de camas, sino también la capacidad de diagnostic­ar a tiempo el COVID-19, es decir, que se sigan practicand­o pruebas con el

››Pese a la cuarentena del fin de semana, la alcaldesa señaló que se permitirá el ingreso y la salida de vehículos de Bogotá.

fin de mejorar los cercos epidemioló­gicos, además considera que la falta de una política preventiva da como resultado el trabajo sobre la marcha para adecuar más camas.

“Esto tiene mucho de improvisac­ión y así funciona un sistema como el nuestro, que no tiene la más mínima prevención y hasta ahora, cuando ya ven que nos cogió la noche, se está pensando en ampliar la capacidad hospitalar­ia. De todas formas seguimos sin hacer las pruebas suficiente­s para saber dónde están las personas que portan el virus y dónde están sus contactos, así que no sé qué pretenden con estas medidas”, manifestó Isaza.

En la misma línea se ubicó Dionne Cruz, presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública, quien cree que tener 121 camas de UCI disponible­s es muy alarmante para una ciudad como Bogotá, y aún más si todavía no se están registrand­o los casos de aquellos capitalino­s que viajaron y apenas regresaron a la ciudad. Por eso, considera que si bien los hospitales de campaña son una medida fundamenta­l, y es bienvenida, debe ser acompañada con otros temas para fortalecer la capacidad de atención.

“Hemos recibido solidarida­d de algunas ciudades, porque la situación es muy compleja. Si no logramos bajar la ocupación de UCI, la otra semana será muy difícil y sería necesario tomar medidas mucho más estrictas”, dijo Cruz, quien enumeró el cierre de El Dorado, el traslado de pacientes a otras ciudades y la necesidad de garantizar una renta básica y los servicios públicos en hogares vulnerable­s como las prioridade­s de cara a una posible ocupación total de las UCI.

“También hay que ver de dónde está llegando el virus y el tema de posibles nuevas cepas, además de la práctica más rigurosa de pruebas. Han venido quitando la segunda prueba, el requisito de prueba PCR para viajeros internacio­nales y les han quitado la responsabi­lidad a las EPS de hacer las pruebas”, explicó Cruz.

Para Isaza, la clave está en las medidas preventiva­s, pero manifiesta que como no se tomaron a tiempo se están viendo “las consecuenc­ias de las imprevisio­nes y de pensar que las pruebas son innecesari­as. Ahora, si el personal sanitario tampoco es suficiente o no está preparado, también se podrían enfrentar otros problemas”.

Entre las soluciones, Cruz cree que se deben dejar a un lado las considerac­iones políticas y pensar en traer personal médico de otros países que puedan apoyar al sistema, que considera ya colapsó. “Hay que reconocer que necesitamo­s ayuda, porque hace mucho tiempo se están mandando mensajes de tranquilid­ad y normalidad porque las principale­s ciudades, no solo Bogotá, están mal en cuanto a capacidad hospitalar­ia”.

Pero Rosas dice que esta no es la solución, pues aún se puede pensar en adecuar nuevamente espacios como Corferias para la atención de casos de primer nivel no COVID-19 y, en caso extremo, habilitar incluso hasta hoteles. De otro lado, asegura que se puede aplicar la estrategia recomendad­a por la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), de hacer uso de los grupos interdisci­plinarios expertos en atención de desastres, “ya sea en la atención de pacientes contagiado­s o en hospitales de campañas. En el país hay dos equipos avalados”.

Por último, considera que se podría hacer uso de una estrategia piramidal, en la que se usen las habilidade­s de otros especialis­tas como ortopedist­as, pediatras y médicos generales, bajo la dirección de intensivis­tas, para atender el déficit. “Sabemos que también hay déficit en enfermeras y mucho más en terapistas respirator­ios, y ya por último, si la crisis es inminente, tocaría pedir auxilio a las universida­des para terminar de atender la necesidad”, concluyó Rosas.

Sobre esto, el secretario de Salud se ha mantenido en que todavía hay capacidad y que no se llegará a casos extremos como llegó a ocurrir en otras ciudades como Guayaquil, donde se tuvo que priorizar quién debía recibir ventilació­n mecánica por encima de alguien más.

Lo cierto es que los contagios activos siguen subiendo en la ciudad y se encuentran en 48.650 casos, de los cuales más del 40 % se concentran en las localidade­s que ahora entran a cuarentena. A la espera de la habilitaci­ón de nuevas camas UCI, la atención se debe centrar en la ocupación de clínicas y hospitales, pero también de las necesidade­s médicas que cada día resaltan, pues a este paso, en el que la ciudad está creciendo en 2 % la ocupación diaria de cuidados intensivos, para el fin de semana estará colapsada si no se toman acciones inmediatas.

A la par, el Distrito ha ido realizando las adecuacion­es previas para la llegada de las vacunas al país. Se tiene claro que los 10 ultraconge­ladores que estarán en Bogotá se instalarán en la Secretaría de Salud, mientras que tanto el Sena como el sector público preparan todo el esquema de seguridad y de preparació­n para el personal médico encargado de los procesos.

Por ahora los próximos días serán claves, pues de que se cumpla la premisa del Distrito sobre la reducción del pico de la pandemia y la responsabi­lidad ciudadana de cumplir con las más recientes restriccio­nes y respetar las tres medidas de autocuidad­o dependerán las nuevas medidas, pero sobre todo la capacidad que tenga la ciudad de salvar las vidas de quienes más se vean afectados por el coronaviru­s.

››La restricció­n a la venta de alcohol y el pico y cédula permanecer­án hasta el 31 de enero.

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/ Cortesía En este momento hay 121 camas de UCI disponible­s en los centros hospitalar­ios de Bogotá.

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