El Espectador

El 2020, año de consolidac­ión y expansión de las disidencia­s

El grupo armado de “Gentil Duarte” cobra más fuerza en el sur del país, mientras que el de “Iván Márquez” intenta ganarle terreno en zonas controlada­s por el primero.

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Un año después de que la Segunda Marquetali­a (disidencia de las Farc liderada por Iván Márquez, Jesús Santrich, Romaña y el Paisa) retomara las armas y tras cuatro de que lo hiciera la de Gentil Duarte, las disidencia­s agudizaron su disputa por las rentas criminales e intentan extender sus tentáculos en varias regiones del país. El 2020 fue un año más provechoso para la gente de Iván Márquez, pues logró ubicar sus fichas para manejar el negocio del narcotráfi­co en regiones como La Guajira, Norte de Santander, Arauca, Casanare, sur del Huila, sur del Meta y, hasta donde se sabe, adelanta negociacio­nes con grupos criminales en Nariño, joya de la corona para los narcos.

Tras labores de inteligenc­ia, la fuerza pública estableció que Márquez —cuyo verdadero nombre es Luciano Marín— se encontrarí­a en algún punto de la frontera con Venezuela y que su gente se mueve principalm­ente en Arauca y Norte de Santander. Además, evidenciar­on que en menos de un año logró pactar un acuerdo para venderle droga al cartel de Jalisco Nueva Generación, uno de los grupos criminales más peligrosos del mundo según la DEA, liderado por alias el Mencho .“Iván Márquez y Gentil Duarte vienen generando una guerra a muerte. Las zonas que ambicionan inicialmen­te y donde ven posibilida­des de consolidar­se son Putumayo, Nariño, Catatumbo y Cauca”, le contaron a este diario investigad­ores de la dirección Antinarcót­icos de la Policía.

Una fuente del Ejército explicó que cada organizaci­ón maneja una oferta criminal diferente. “La gente de Gentil Duarte, quienes se consideran puros por no haber hecho parte del Acuerdo, manejan un tinte más radical para la absorción de los grupos residuales. El enfoque de Gentil Duarte se sustenta sobre los antiguos estatutos de las Farc, en los que prohíbe a sus integrante­s recibir algún tipo de sueldo, los obligan a mantenerse siempre en zonas de campamento y a tener mínimo contacto con población civil o familiares. De esta radicaliza­ción sacó ventaja Márquez, quien de una manera más flexible ofrece sueldo a sus integrante­s, capacitaci­ones en técnicas de combate y comunicaci­ones”, agregó.

Una de las más recientes alertas tempranas de la Defensoría, en la cual se cuenta en detalle el perpetuo asedio que vive Tibú (Norte de Santander), confirmó esta guerra en ciernes. “Las disidencia­s de las Farc del frente 33 y la Segunda Marquetali­a dejan ver una dinámica de tensión que puede conllevar afectacion­es humanitari­as (...) la mencionada estructura aún no se acoge a los llamados realizados por la Segunda Marquetali­a para conformar una estructura. Algunos de los mandos del antiguo Frente 33 se han visto en los pronunciam­ientos públicos del grupo liderado por Márquez, hechos que evidencian que hay intereses de esta segunda estructura sobre la frontera”, dijo la Defensoría.

Uno de los protagonis­tas de la expansión de la gente de Iván Márquez es alias el Paisa, quien estuvo a cargo de la temida columna móvil Teófilo Forero de las Farc y logró realizar una alianza con gente de La Constru en Putumayo, la organizaci­ón de origen narcoparam­ilitar que nació en 2006 como una oficina de cobro en el sur y occidente del país. El Paisa también habría forjado una alianza con el frente 48 de las disidencia­s, entrando en disputa con la estructura Carolina Ramírez, alineada con el frente primero que lidera Gentil Duarte. Y además, retomó contactos con narcos extranjero­s, que compran la droga en plena zona de producción a un precio que los beneficia a todos y dan el 30 % de ganancias de los envíos al exterior.

Los golpes que ha recibido Iván Márquez también dan cuenta de su expansión. En noviembre pasado, su disidencia perdió a uno de sus hombres destinados a operar en el oriente de venezolano: Olivio Iván Merchán, alias Loco Iván, muerto durante un operativo militar venezolano en el municipio de Angostura de Bolívar, al oriente de Venezuela, fronterizo con Brasil. Durante 2020, la Segunda Marquetali­a también perdió a otras dos fichas claves en su plan para ganarles terreno a los grupos criminales en el narcotráfi­co. En julio fueron capturados alias Ariel y Hermes,

quienes eran los encargados de manejar los negocios ilícitos de la estructura en el norte de Antioquia y sur del Huila, respectiva­mente.

Otro de los golpes que sufrieron Márquez y su gente fue la captura de Audiel Pinto Calderón, alias Korea, en el Vichada, el 8 de mayo de 2020. La fuerza pública lo señala de estar conformand­o una estructura de narcotráfi­co en Colombia para el grupo de disidentes de las extintas Farc. Según explicó el general Óscar Atehortúa, exdirector de la Policía, Korea era considerad­o uno de los hombres más cercanos a Márquez, Santrich y el Paisa.

Otro movimiento del antiguo miembro del Partido FARC fue el avance de sus hombres por Casanare, que también fue anunciado por una alerta temprana de la Defensoría del Pueblo en abril de 2020.

Sobre la gente de Duarte, el frente Primero es considerad­o por el Ejército el eje central del ahora denominado bloque Surorienta­l de las disidencia­s, presente en los municipios de Miraflores, San José del Guaviare, El Retorno y Calamar (Guaviare); Puerto Rico, Puerto Lleras y Vista Hermosa (Meta), y Mitú y Papunaua (Vaupés), zona donde este año siguió consolidán­dose. En este extenso territorio delinque como una confederac­ión de estructura­s junto a miembros de los frentes Séptimo y Tercero de esas mismas disidencia­s, además tiene una serie de alianzas con otros grupos armados y mafias de distintos países.

En junio del año pasado, durante una sesión virtual del Senado, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, arrojó el preocupant­e dato sobre el aumento de disidentes. Señaló que entre 2018 y 2020 se duplicaron sus miembros y calculó que hay 4.600, de los cuales 2.600 están armados y el resto pertenecen a las redes de apoyo y milicias tanto rurales como urbanas. El alto funcionari­o del gobierno de Iván Duque alertó que en el sur del Meta y Guaviare, donde precisamen­te opera este frente, se concentra una parte de los hombres armados de las disidencia­s.

››La ARN señala que más del 90 % de los ex-Farc que se desmoviliz­aron con el Acuerdo de Paz están cumpliendo su compromiso de no rearmarse.

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/ Gustavo Torrijos El frente primero, bajo órdenes de “Gentil Duarte”, es considerad­o una de las mayores amenazas.
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