Bucaramanga: una pelea política eclipsó el COVID-19
Más allá de la pandemia, 2020 estuvo marcado por la disputa entre la administración local y su antecesor, Rodolfo Hernández, y sus seguidores. Atención del COVID-19 y reactivación se supeditaron a este choque.
Como en todas las ciudades y departamentos del país, el primer año del mandato de Juan Carlos Cárdenas, alcalde de Bucaramanga, estuvo condicionado por el COVID-19. Todos sus esfuerzos, y los éxitos y fracasos de los primeros 365 días de gobierno, estuvieron enfocados hacia este tema. Sin embargo, en el caso del mandatario de la capital de Santander, 2020 también estuvo marcado por la disputa con su antecesor, Rodolfo Hernández, quien fue su aliado para llegar al poder. De hecho, Cárdenas fue elegido bajo el argumento de que era “el de Rodolfo”, pero esta cercanía duró pocos meses y ahora la Liga de Gobernantes Anticorrupción -movimiento iniciado por Hernández- y la Alianza Verde le hacen oposición.
Esta ruptura la ha sentido la población que lo eligió y se ha visto reflejada en las encuestas, en las que el alcalde, a pesar de tener cifras positivas, ha experimentado una importante baja en los números de aprobación iniciales. El tema ha sido de tal calado, que incluso ha llegado a sobreponerse al de la pandemia, como lo señala la politóloga e investigadora de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) Nadia Pérez: “Hay situaciones que han marcado más que el COVID-19. Cárdenas comenzó con mucha popularidad, pero ha venido reduciéndose. Tuvo una ruptura en el Concejo y sus sectores aliados”. Frente a esta situación, antiguos partidarios, como el concejal Danovis Lozano, de los verdes, lo catalogan como un “Enrique Peñalosa II”, que llevó a que “los partidos que estuvimos con él en el inicio ya no estemos con él”.
Y es que para el movimiento de Rodolfo Hernández y los verdes el alcalde traicionó las banderas con las que fue elegido. “Rodolfo (Hernández) estaba construyendo un movimiento político y Cárdenas se alió con los que el exalcalde había retado. Entregó puestos y reencauchó maquinaria”, comentó a El Espectador el exconcejal Jorge Flórez, de la línea de Hernández. Y según cuenta Lozano, Cárdenas se acercó a los partidos tradicionales y ahora son “su escudo”. “Nos hemos sentido poco escuchados y ha sido algo grave”, agregó, señalando que algunas entidades han sido tomadas por los clanes de antaño. Sobre este tema, el doctor en ciencia política y profesor de la UPB de Bucaramanga Alexánder Arciniegas expresó que Cárdenas fue elegido con una expectativa de renovación, pero “ha tenido con el Concejo una relación clientelista y poco transparente”.
Sin embargo, contrario a sus críticos, hay quienes aseguran que el gobernante bumangués sigue con las mismas banderas de anticorrupción y transparencia que tenía desde el comienzo, solo que se dio cuenta de que sus antiguos partidarios tenían otros intereses ajenos a estas. “Cárdenas no ha cedido. Sus aliados llegaron con unos ideales que vendieron. Por eso prefirió quedarse solo para gobernar. Le ha costado muchas críticas, pero sabe que no necesita aplausos”, expresó el presidente del Concejo de Bucaramanga, Jorge Humberto Rangel, del Partido Conservador, quien recalca que lo que sucede es que el alcalde “no se deja manipular” y por eso lo apoyan.
Asimismo, la nueva bancada de gobierno le respondió a la nueva oposición y negó cualquier señalamiento de clientelismo: “Los rumores de mermelada son ataques políticos por dejarlos solos. Son rumores que salen a la luz pública y no pasa nada”, expresó el concejal Rangel. Por el contrario acusan de estos vicios a sus contradictores y le enrostran que una buena parte del gabinete local y de las entidades adscritas a la administración vienen del gobierno de Rodolfo Hernández y que, incluso, varios de estos funcionarios son familiares y parejas de los que actualmente están en las bancadas alternativas del Concejo. Por otro lado, el concejal Francisco González, del Partido Liberal, expresó que la pelea de Hernández no viene por una traición a sus banderas, sino porque el gobierno local se abstuvo de comprar los predios aledaños al Club Unión para un proyecto equiparable a los Campos Elíseos de París.
Más allá de la pelea política, este choque se ha convertido en la vara de medida del resto de temas que vivió la ciudad durante 2020, comenzando por la crisis de la pandemia. Mientras que desde la oposición señalaron varios reparos, la bancada cercana a Cárdenas destacó la respuesta a la pandemia y la pone como un ejemplo para el resto del país. “Faltó mucho en el COVID-19, el balance es errático”, comentó el exconcejal Flórez, que aseguró que la acción del gobierno local se limitó a mercados y seguir las recomendaciones del Ejecutivo, “nada del otro mundo”. Según el también abogado, todavía hay hospitales en la ciudad que no tienen la facultad para atender a los enfermos de mayor complejidad y se ignoró el tema del agua potable, “cuando hay más de 40.000 bumangueses sin este servicio”.
De manera similar, el concejal Danovis Lozano señaló que el gobierno local se ha limitado a responder de la misma manera que las otras grandes ciudades del país y “hubo una desconexión de la Alcaldía con el comité epidemiológico”. En el mismo sentido, mencionó el escándalo del bono vital -ayuda similar al Ingreso Solidario por un valor de $225.000-, que tuvo entregas irregulares a personas fallecidas y repitentes. “Era una ayuda que debía entregar a la población más vulnerable, pero hubo errores en la planeación. No eran las bases de datos óptimas”. En cambio, para los concejales de gobierno, como Rangel, la atención del COVID-19 fue bastante oportuna, tanto así que desde Bogotá se imitaron algunos de los planes, como el bono vital, cuyos errores atribuyen a las bases de datos del Sisbén.
El tema de la reactivación y de impuestos aprobados en los últimos días también han sido otros puntos de controversia. Mientras los cercanos a la administración destacaron que se benefició a los sectores más golpeados y que se tienen planeadas cientos de obras en el marco de los 400 años de la ciudad, que darían impulso a la economía, la oposición cuestionó que se hayan comprometido tantas vigencias futuras y que se haya aprobado un préstamo de $150.000 millones para la recuperación -más de la mitad de los ingresos de la ciudad-. Para estos, la alcaldía de Hernández había dejado las finanzas saneadas y no era necesario tal volumen de recursos. Sin embargo, para los oficialistas no era tan cierto el saneamiento que dejó la administración anterior y por eso el gobierno actual tuvo que recurrir a los cuantiosos préstamos.
El único tema en el que oposición y oficialismo aparentemente comparten de lo que va de mandato de Cárdenas es el del páramo de Santurbán. Ambos bandos celebran el compromiso que ha tomado el alcalde para oponerse a los planes del Gobierno Nacional con el páramo y la explotación minera. “Ha hecho mucho para pasar de la palabra a la acción. Montó una agenda para adquirir predios y pago de servicios ecosistémicos”, expresó el concejal Rangel. Sin embargo, este tema no parece ser suficiente para conciliar posiciones tan encontradas, que volverán a chocar cuando Juan Carlos Cárdenas anuncie los nuevos miembros de su gabinete, pues les pidió la renuncia protocolaria a todos y se cree que saldrán varios de los que quedaban del gobierno de Hernández. Tal parece que los choques de 2020 se prolongarán durante los tres años que le faltan.