Un año interesante
YA HAY EVIDENCIA DE QUE EL 2021 también va a estar determinado por la pandemia. Colombia y otros países comenzaron el año afectados por una gran segunda ola, combatida con cuarentenas, toques de queda y otras restricciones. Por lo tanto, la esperada recuperación de la economía va a arrancar más tarde y será menos vigorosa de lo que se pensaba hace apenas unos meses. En estas condiciones, en el primer trimestre el crecimiento del PIB será negativo y la cifra de final de año seguramente será menor al 4 %, un número que, infortunadamente, estará lejos de compensar la caída registrada en 2020, superior al 7 %. Los impactos sociales de la prolongación de la crisis también serán dolorosos: la pobreza y el desempleo se mantendrán en altos niveles y alimentarán el descontento.
Todo esto ocurrirá a pesar de que las vacunas ya están disponibles en los países avanzados y también comienzan a aplicarse en Argentina, México y Chile. Se destaca especialmente el caso de este último, que está utilizando el producto de Pfizer desde finales del año pasado, donde se estima que al término del primer semestre ya estará vacunado el 80 % de sus habitantes. En cambio, aunque se ha anunciado que será en febrero, no se sabe todavía en qué día iniciarán las inoculaciones en Colombia y tampoco con qué velocidad se cubrirá a la población.
Este será el marco económico y social dentro del que tendrá lugar el ciclo electoral que ya está en marcha en América Latina y que se extenderá hasta 2022. Ecuador tendrá la primera vuelta de sus elecciones presidenciales el próximo 7 de febrero; Perú el 11 de abril y Chile el 21 de noviembre (los chilenos, además, elegirán a los miembros de su asamblea constituyente en abril). Por su parte, México y Argentina sostendrán elecciones legislativas en junio y octubre, sin duda, una prueba de fuego para sus gobernantes. Y Colombia y Brasil elegirán a sus nuevos presidentes el próximo año.
Varios analistas han alertado sobre los peligros del populismo, un mal endémico en la región, estimulado ahora por las dificultades económicas y sociales que acrecentó la pandemia. En Ecuador, por ejemplo, el candidato del expresidente
Rafael Correa encabeza las encuestas con una serie de propuestas que podrían desalentar el crecimiento y el empleo y condenar a ese país a otra década perdida. Amenazas semejantes se ciernen sobre los demás países del continente.
El caso de Colombia es especialmente delicado. En este año, en medio de una seria estrechez financiera, el Gobierno tratará de reactivar la economía, vacunar masivamente a la población y, en una compleja situación política, adelantar una reforma tributaria en el primer semestre del año. Esta reforma es crucial porque el aumento explosivo de la deuda pública amenaza seriamente la capacidad del país de sostener el funcionamiento del Estado.
Se requerirá de un gran liderazgo del Ejecutivo para conformar una coalición de partidos y grupos políticos que defienda y logre la aprobación en el Congreso de una reforma tributaria suficiente y sensata. Contra este propósito conspiran la campaña electoral en marcha, la tendencia de ciertos operadores políticos a evitar decisiones responsables e impopulares, y el creciente tono populista de amplios grupos que se aprovecharán de la necesidad de la reforma para desacreditar a sus defensores ante los votantes.