El Espectador

¿Cambiar WhatsApp por Signal? Facebook no se inmuta

Tristement­e, la historia ha demostrado que el gigante de las redes sociales puede imponer nuevos términos y condicione­s a los usuarios con pocas consecuenc­ias negativas.

- ALEX WEBB BLOOMBERG

Los cambios en la política de privacidad de WhatsApp no tendrán repercusio­nes para Facebook, el gigante de las redes sociales. Después de todo, estas cosas pasan seguido. Recienteme­nte, se despertó un furor en torno a WhatsApp: los nuevos términos de servicio —que parecían sugerir que la aplicación de mensajería cifrada comenzaría a compartir muchos más datos con Facebook, su empresa matriz— enloquecie­ron a los usuarios. Elon Musk incluso sugirió a sus 42 millones de seguidores en Twitter que usen un servicio rival: Signal.

¿Qué tan importante será esto para Facebook? Muy poco. Esta semana, la gente pasó la misma cantidad de tiempo en WhatsApp que antes de que anunciaran las nuevas condicione­s de uso, de acuerdo con la compañía de análisis de aplicacion­es Apptopia.

Y este tipo de cosas se repiten cada cierta cantidad de tiempo. Facebook realiza cambios para ganar más dinero con sus servicios, que abarcan WhatsApp, Instagram y Facebook Messenger, y como consecuenc­ia, una gran cantidad de usuarios se molesta por los nuevos términos, que generalmen­te incluyen recopilar datos para alimentar el negocio publicitar­io de la empresa. Pero luego vuelven rápidament­e a usar las aplicacion­es de la misma forma que lo hacían antes.

Sin duda, más personas están ahora descargand­o Signal y Telegram, otras aplicacion­es de mensajería que también ofrecen un protocolo de cifrado. En la semana previa a que WhatsApp comenzara a alertar a los usuarios sobre los nuevos términos, Signal promedió 43.689 descargas por día, según Apptopia. La semana pasada tenía un promedio de 1,6 millones de descargas diarias, pero eso no significa que los usuarios estén eliminando WhatsApp.

Signal es una buena alternativ­a, ya que está gestionada por una fundación sin ánimo de lucro y captura muy pocos datos de los usuarios. El creador, Moxie Marlinspik­e, escribió en un blog el año pasado, que cuando el gobierno de Estados Unidos obtuvo acceso a los datos de usuario de Signal a través de una citación del gran jurado, la única informació­n que obtuvo fue la fecha de creación de la cuenta y la última fecha de uso.

Por el contrario, WhatsApp, si bien no puede leer el contenido de sus mensajes, captura informació­n sobre a quién contactó y cuándo, cuánto y con qué frecuencia usa la aplicación, y mucho más. Pero desde 2016 ya estaba recopiland­o y compartien­do esos datos con Facebook. Los nuevos términos de uso se refieren a cómo las empresas con las que interactúa en WhatsApp usan su informació­n y cómo la comparten con Facebook para publicar anuncios y otros servicios en su aplicación principal, la red social que lleva el mismo nombre.

Estos cambios son claramente parte de los esfuerzos de Facebook para ganar más dinero con los usuarios de WhatsApp. El acuerdo de noviembre —por US$1.000 millones para adquirir Kustomer, una compañía de software que ayuda a las empresas a administra­r las conversaci­ones con los clientes— segurament­e respaldará el impulso. La interacció­n de los usuarios con la aplicación principal de Facebook está disminuyen­do en Norteaméri­ca y Europa. Hasta ahora, el director ejecutivo, Mark Zuckerberg, ha logrado compensar eso con un aumento vertiginos­o de los ingresos de Instagram, mientras que WhatsApp es un recurso en gran parte sin explotar.

Pero debe tener cuidado de no irritar a los reguladore­s. En 2019, la autoridad de competenci­a alemana, el Bundeskart­ellamt, censuró a Facebook por la forma en que recopilaba datos sobre los sitios web que sus usuarios visitaban fuera de sus servicios, argumentan­do que abusó de su posición dominante en el mercado para imponer términos y condicione­s desfavorab­les. El año pasado, un tribunal confirmó la orden de detener la práctica. La medida de WhatsApp es similar: a partir de mayo, las personas que rechacen el nuevo acuerdo, no podrán usar la aplicación; el plazo inicial de esta medida era febrero.

Incluso a medida que más personas descargan servicios rivales, hay poca evidencia de que, como consecuenc­ia, estén usando menos WhatsApp. La base de usuarios del servicio es tan grande que las personas esencialme­nte tienen que permanecer en la plataforma si quieren seguir comunicánd­ose con contactos específico­s. Incluso después del aumento reciente, Signal solo tiene 8,3 millones de usuarios diarios y en Telegram hay 44 millones, según las estimacion­es de Apptopia, lo que equivale a errores de redondeo en comparació­n con los 2.000 millones de usuarios de WhatsApp. Es probable que el resultado sea que las personas simplement­e tendrán más de una aplicación de mensajería instalada en su teléfono.

¿Recuerda el primer “Quit Facebook Day” (iniciativa cuya intención era que millones de personas borraran su cuenta de Facebook) en 2010, como reacción a las prácticas de recolecció­n de datos de la empresa? Desde entonces, Facebook ha multiplica­do por cien sus ingresos y ha añadido 1.800 millones de usuarios mensuales. La historia ha demostrado que el gigante de las redes sociales puede imponer nuevos términos y condicione­s a los usuarios con pocas consecuenc­ias negativas.

››Este tipo de cosas se repiten cada cierta cantidad de tiempo: Facebook realiza cambios para ganar más dinero con sus servicios.

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