Kamala Harris ya hizo historia, lo que sigue es más difícil
Con su llegada a la Vicepresidencia, Kamala Harris está demostrando que las mujeres son cada vez más importantes en la esfera política estadounidense. Ellas celebran su triunfo histórico y la miran con la esperanza de que termine de derribar barreras.
Kamala Harris hizo lo que ninguna otra mujer había logrado en Estados Unidos: llegar a la Vicepresidencia. Eso ya es histórico. Es la primera mujer, afroamericana y de ascendencia asiática en alcanzar el segundo cargo más importante del país.
Su vida está marcada por muchos hitos como este: en 2004 Harris se convirtió en la primera mujer fiscal del distrito de San Francisco. Luego fue elegida como la primera afroamericana y primera mujer en ostentar el cargo de fiscal general de California. Años después se convirtió en senadora; alguien más le había abierto el camino: Carol Moseley Braun, quien en 1993 se convirtió en la primera mujer negra en llegar al Legislativo.
Consciente de cómo las mujeres deben abrir caminos para que otras los recorran, Harris homenajeó en su discurso de aceptación, el pasado noviembre, a “las generaciones de mujeres, mujeres negras, asiáticas, blancas, latinas y nativas estadounidenses de toda la historia, que han abierto el camino para el momento de esta noche”.
Y agregó: “Mujeres que lucharon y sacrificaron tanto por la igualdad, la libertad y la justicia para todos, incluidas las mujeres negras, a las que a menudo no se les tienen en cuenta, pero que a menudo demuestran que son la columna vertebral de nuestra democracia”.
Por eso su juramento ayer como vicepresidenta estuvo lleno de mensajes para las mujeres y las minorías. Harris, de 56 años, prestó juramento con una mano sobre la Biblia ante la jueza progresista de la Corte Suprema Gloria Sotomayor, quien fue la primera latina en ser elegida como magistrada del alto tribunal.
Este acto de la ceremonia busca subrayar el momento histórico que supone la investidura de Harris. Sotomayor no fue elegida al azar. Nacida en Nueva York, de padres puertorriqueños, se convirtió en 2009 en la primera jueza hispana en ascender al Supremo en la historia del país, tras ser nominada por el entonces presidente Barack Obama (2009-2017).
Actualmente, Sotomayor forma parte de la minoría de tres jueces progresistas del Supremo y es probablemente la figura más admirada por los demócratas en el alto tribunal, tras la muerte el pasado septiembre de la veterana magistrada Ruth Bader Ginsburg.
Harris es realista frente al papel que tiene. En los momentos claves de su carrera ha demostrado que se toma en serio lo que representa para las mujeres y minorías, a través de sus actuaciones, vestimenta y hasta los accesorios que usa. Cuando fue nominada oficialmente vistió de blanco, como homenaje a las sufragistas estadounidenses, que usaban este color para pedir igualdad.
Ayer no fue diferente, escogió el color púrpura, que ha marcado la lucha de la población negra. Analistas en la prensa local señalaban que con ese color le rindió tributo a la primera mujer afroamericana que se presentó para ser presidenta de EE. UU.: Shirley Chisholm.
Y están las perlas, que es un homenaje a su hermandad Alpha Kappa Alpha (AKA), el grupo de mujeres afroamericanas más influyentes de Estados Unidos a la que perteneció cuando estudió en la Universidad de Howard, el llamado Harvard negro.
A las fundadoras de esta hermandad se les conoce como “las 20 perlas”. Ella ya ha inspirado otros movimientos. The New York Times cuenta que hay un colectivo en Facebook conformado por más de 430.000 mujeres llamado “Use perlas el 20 de enero de 2021”.
Movimientos feministas coinciden: Kamala Harris como vicepresidenta representa un logro para la lucha por la equidad racial y de género, para que ellas se sigan abriendo espacio en la política y sean escuchadas.
Pero otras comparan su situación con la de Barack Obama, sobre quien se pusieron muchas expectativas cuando llegó a la Casa Blanca, particularmente para que tomara medidas a favor de la gente afroamericana. No pasó. “Pensar en una mujer negra que ocupe una posición tan elevada en nuestro panorama político es inspirador, especialmente a la luz de los obstáculos que enfrentó Harris. Pero su ascenso no necesariamente representa una nueva realidad para las mujeres de color”, señala Jemelle Hill, en The Atlantic.
En el extranjero, Kamala Harris representa la esperanza y el futuro. La vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell, le envió una carta a Harris invitándola a trabajar juntas por los derechos humanos de las poblaciones más excluidas, como los afrodescendientes.
“Para que nadie quede atrás, apreciada Kamala, quisiera finalmente invitarla para que aprovechemos esta oportunidad histórica de contribuir con una agenda que permita acelerar el cumplimiento de los derechos de las mujeres, de la población afrodescendiente y de todas las personas que han sido víctimas de exclusión y que hoy sufren desproporcionalmente los impactos de la pandemia por COVID-19”, indica la carta a la que tuvo acceso EFE.
“La elección de Kamala Harris como vicepresidenta de Estados Unidos, aunque tenga posturas políticas controversiales, se convierte en un símbolo de esperanza que impacta de manera directa la lucha feminista y antirracista en este país y afuera de sus fronteras”, señaló Aura Angélica Hernández Cárdenas, doctora en sociología de The New School, en una columna para el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider) de la Universidad de los Andes.
Y aunque todo esto es cierto, lo que significa Harris va más allá de la lucha feminista y racial. Con el Senado dividido 50-50, entre republicanos y demócratas, y la esperanza de Joe Biden de aprobar una legislación ambiciosa sobre el coronavirus, la economía, el cambio climático y la migración, entre otros asuntos claves, será Harris quien tenga el voto de desempate.
El peso que Harris comenzó a cargar es monumental: tendrá que aportar sus habilidades como fiscal al gobierno Biden, como senadora y también será el eslabón entre Biden y el ala más progresista del Partido Demócrata, encabezada por otras mujeres tan fuertes como ella: Alexandria Ocasio-Cortez y Rashida Tlaib o Ihan Omar .
“Ella traerá una perspectiva de justicia, una perspectiva de justicia racial, equidad racial, a todo, a cada política y a cada decisión que se tomará”, dijo al Times la representante Barbara Lee, demócrata por California y aliada de Harris desde hace mucho tiempo. “Eso es muy importante, tener una mujer negra, la perspectiva de una mujer del sur de Asia, sobre los grandes problemas que este gobierno tiene que abordar”.
Los ojos del mundo están puestos en Biden, sin duda, pero los de las mujeres, en su vicepresidenta.
››En los momentos claves de su carrera Harris ha demostrado que se toma en serio lo que representa para las mujeres y minorías, a través de sus actuaciones y vestimenta.