El Espectador

Otro color para el aire

Aunque la metodologí­a será la misma, los colores y rangos numéricos se estandariz­arán al modelo nacional. Ya no se hablará de alertas naranjas o rojas, sino de las fases 1, 2 y 3 de emergencia.

- MÓNICA RIVERA FELIPE GARCÍA bogota@elespectad­or.com

A finales de mes habrá otro estándar para medir la calidad del aire en Bogotá, que se acoplará al modelo nacional. Cambiará el significad­o de los colores y ya no se hablará de alertas, sino de fases de emergencia.

Una de las grandes controvers­ias detrás del Índice Bogotano de Calidad del Aire (Iboca), que revela las concentrac­iones de contaminan­tes en la ciudad, es que no son similares a otras mediciones como el AQI (Air Quality Index) o los mismos estándares nacionales, lo que ha generado confusione­s frente a las verdaderas condicione­s de la ciudad. Ante esto, la Secretaría de Ambiente anunció cambios, no de la metodologí­a, pero sí de los colores y los rangos que se utilizan para representa­r los niveles de material particulad­o en el aire.

“Tenemos 19 estaciones en todo el Distrito, con equipos estandariz­ados internacio­nalmente y avalados en el país por el Ideam. Es una de las mejores redes de la región y sus registros se hacen cada hora, por lo que este instrument­o nos permite conocer el riesgo y el estado de la calidad del aire para tomar decisiones”, dijo la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.

En los cambios frente a los colores que representa­n la calidad del aire está que desaparece el azul claro, que indicaba aire favorable. A partir de ahora este se representa­rá con el verde, mientras que el amarillo ahora ejemplific­ará el moderado; el naranja, regular; el rojo, malo, y el morado, emergencia.

Esto da pie para el segundo cambio: el de las alertas. Hasta ahora se manejaban la amarilla, la naranja y la roja, dependiend­o del color que apareciera en el mapa, pero como ahora estos representa­rán otras categorías, el Distrito clasificar­á los niveles de contaminac­ión en fases 1, 2 y 3, siendo esta última la más peligrosa para los ciudadanos.

Junto a esto varían las tablas de equivalenc­ias numéricas. “Partimos de un intervalo y valores que cambian ligerament­e para llegar a 500 (intervalo de la concentrac­ión), pues antes llegábamos a 100”, indicó Urrutia. Además, cambiarán los tiempos para declarar la alerta en la ciudad, que antes se hacía si en 48 horas más del 75 % de las mediciones eran malas.

“Ahora agregaremo­s un componente de modelación y pronóstico con el que vamos a poder declarar poco antes el tiempo a 24 horas. Si vemos que el pronóstico es variable, porque depende de muchos factores que no se mantienen como la lluvia o la luz, no esperamos las 48 horas, sino que lo acortamos a 36”, afirmó Urrutia.

Para expertos en el tema, como el ingeniero Daniel Bernal, líder de la red ciudadana de monitoreo de calidad del aire, este es un cambio interesant­e, pues se transmite mejor la informació­n. Además, aplaudió la decisión, ya que fue de los primeros temas que se comprometi­ó a ajustar esta administra­ción.

“Era una queja que teníamos los que estamos metidos en el tema de calidad del aire, porque el Iboca generaba una informació­n confusa. Los colores, por ejemplo, eran algo diferente entre las gráficas de acá y las de otros países. Un semáforo en rojo, se sabe en todo el mundo que es para detenerse. Acá, un mapa en amarillo era confuso”, señaló Bernal, quien destacó además que el Distrito ha mostrado interés por empezar a impulsar los sensores de bajo costo con el Plan Aire.

Óscar Julián Guerrero, investigad­or en asuntos de calidad del aire de la Universida­d Nacional, considera que si bien el cambio puede mejorar la capacidad de reacción, la Secretaría de Ambiente debería dejar claros los procedimie­ntos que implementa­rán, ya que los lapsos de 24 horas pueden aumentar el número de alertas. Para el experto, debería hacerse una concertaci­ón con las demás secretaría­s y las empresas para que no llegue de sorpresa una declarator­ia de emergencia.

“Para los tres niveles que hoy existen (prevención, alerta y emergencia) hay que esperar 48 horas para hacer la declarator­ia. Con 24 horas se pueden dar acciones más rápidas, pero hay que tomar precaucion­es, porque usualmente se ordena restringir las fuentes de operación fijas y móviles. Las 48 horas eran un período prudencial, pero con 24 puede aumentar la necesidad de parar las fuentes de emisiones. Hay más posibilida­d de actuar rápido, pero me preocupa qué tan efectivo es operativam­ente hablando”, manifestó.

Por su parte Gonzalo Díaz, médico de la Universida­d Nacional e investigad­or sobre contaminac­ión, asegura que por más ajustes que se hagan, la clave está en tomar acciones específica­s y contundent­es contra la polución, como continuar los avances que se han dado en cuanto a mejoras de transporte.

En los próximos días se espera que se conozca la resolución con los cambios, mientras que la plataforma actualizad­a estaría disponible los primeros días de febrero. Por ahora el Distrito no tiene previstas medidas preventiva­s ante los posibles efectos que puede causar la inversión térmica (heladas), que regularmen­te se da entre febrero y marzo, pues si bien se ha declarado la alerta por contaminac­ión del aire por estas fechas, en los últimos dos años, la pandemia imposibili­ta prevenir acciones.

“Estamos ante situacione­s altamente irregulare­s y atípicas, pero estamos evaluando la acción en los próximos 10 años, para mejorar la calidad del aire con medidas estructura­les como la transición tecnológic­a de la industria, electrific­ación del transporte, procesos de mejoras de las vías destapadas, procesos de barrido más técnicos e incremento­s de las coberturas verdes”, concluyó Urrutia.

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