El Espectador

Biden apura por hacer realidad el sueño de los “dreamers”

Barack Obama desperdici­ó su mejor oportunida­d para aprobar una reforma migratoria cuando tenía la mayoría en el Congreso. Joe Biden no quiere cometer el mismo error.

- CAMILO GÓMEZ FORERO cgomez@elespectad­or.com @camilogome­z8

El presidente estadounid­ense, Joe Biden, reconoce que junto a Barack Obama cometieron un grave error. No cumplieron con la reforma migratoria integral que habían prometido en su primer año en la Casa Blanca porque dejaron el desarrollo de esta propuesta para el final de su segundo mandato, justo cuando ya habían perdido la mayoría en el Legislativ­o.

Lo único que quedó de la administra­ción Obama en esta materia fue el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), el cual ha protegido a casi 700.000 migrantes de la deportació­n y les ha permitido otros beneficios como trabajar, estudiar o incluso acceder a becas y calificar para recibir atención médica subsidiada, dependiend­o del estado.

Pero el DACA tenía un gran inconvenie­nte desde su nacimiento: era una solución temporal y muy frágil, pues no resolvía el problema de fondo -el estatus migratorio- y además llegó por medio de una orden ejecutiva, la cual podía ser desafiada en las cortes. Y eso fue precisamen­te lo que pasó.

El expresiden­te Donald Trump intentó eliminar el programa desde su llegada al poder, lo que dejaba desprotegi­dos a cientos de miles de “dreamers”, como se les bautizó a las personas que se pueden acoger al DACA. Aunque la Corte Suprema falló en contra de Trump y lo obligó a restituir el DACA, los beneficiad­os aún sufren de inestabili­dad.

Jensy Matute, una hondureña que llegó a Estados Unidos a los dos años escapando junto a su madre de la violencia de las pandillas centroamer­icanas, es una de las protegidas por el DACA. Gracias a este programa, Matute pudo terminar sus estudios en relaciones públicas en Florida y puede trabajar, pero si el programa se acaba, ella tendrá que regresar a Honduras, pese a que no tiene mayor conexión con el país, pues ha vivido toda su vida en Estados Unidos.

“Es muy triste. En algún momento he llegado a pensar que lo hice todo por nada, porque he trabajado tan duro y quizá nadie lo va a reconocer. Me di cuenta de que todo lo que estaba contribuye­ndo como estudiante no contaba porque no existía”, lamentaba en una entrevista con Voz de América.

Es por eso que ahora Biden no está desperdici­ando un minuto de su gobierno para mostrarles a sus electores que cumplirá con la tarea que le quedó pendiente cuando trabajaba con Obama.

La señal que más esperanza les ha dado a los “dreamers” es la propuesta que busca ofrecer estatus legal a por lo menos 11 millones de indocument­ados, la cual fue anunciada por Biden a principios de esta semana y que se espera llegue pronto al Congreso. Es importante destacar que con esto no solo se van a beneficiar los indocument­ados, sino toda la nación.

Muchos de los migrantes que pertenecen a este grupo son trabajador­es esenciales durante la pandemia de coronaviru­s: enfermeros, médicos, cuidadores, trabajador­es agrícolas, transporti­stas, repartidor­es y personal de seguridad. Después de décadas dando estos trabajos por sentado, la nación se ha dado cuenta de cuán importante­s son estas personas y también su contribuci­ón a la sociedad, y esto ha hecho que el apoyo a los trabajador­es indocument­ados vaya en aumento en ambos partidos. Si llegaran a ser deportados, los estadounid­enses sufrirían su ausencia.

“Es como si de repente se dieran cuenta de que estamos aquí contribuye­ndo”, le dijo a The New York Times Nancy Silva, una inmigrante mexicana que trabaja en una plantación en California .

Biden y su equipo son consciente­s de los desafíos a los que se enfrentan. Con Trump, muchos republican­os se movieron hacia la derecha en esta materia, apoyando medidas extremista­s como la separación de familias en la frontera para detener la migractión.

Senadores como Josh Hawley han mostrado preocupaci­ón porque el plan de Biden no incluye disposicio­nes sobre la seguridad fronteriza, la cual era la estrategia del mandatario saliente. Pero sin Trump en la mesa, puede que los republican­os más moderados trabajen en conjunto con los demócratas por una reforma. Después de todo, ambos partidos coinciden en que hay mucha migración, pero tienen perspectiv­as distintas sobre las soluciones.

“El apoyo a la legalizaci­ón de los inmigrante­s de larga duración que han estado aquí durante mucho tiempo, especialme­nte los ‘dreamers’, ha aumentado y ahora es mayoría entre republican­os y demócratas. Así que creo que a pesar del fuerte tono de aplicación que adoptó la administra­ción Trump, existe un consenso subyacente. La pregunta es si, con Trump dejando el cargo, ese consenso subyacente ahora puede volver a un primer plano y puede resultar en cambios reales”, señaló Theresa Cardinal Brown, asesora en política de inmigració­n en las administra­ciones de Obama y de George W. Bush.

Una forma de atraer a los republican­os moderados, explica Cardinal, es hablar sobre cómo los cambios legales en la inmigració­n pueden ayudar a las empresas. “Esto puede llevarlos a bordo sin tener que pasar necesariam­ente por el terreno pisado de la seguridad fronteriza”, apunta la experta.

››Por orden de Biden, desde este viernes están suspendida­s las deportacio­nes de migrantes indocument­ados durante 100 días.

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/ Bloomberg En esta foto de archivo, un grupo de manifestan­tes exige la continuaci­ón del DACA y educación en lugar de deportació­n para los migrantes.
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