Dos columnas
Como leal lector de este diario, quiero felicitarlos por la publicación de la columna de Catalina Uribe sobre la necesidad de revisión del canon tradicional. Columnas como la de Catalina me dan la esperanza de que en este país existen mentes críticas que, gracias a su expresión y publicación, nos abren los ojos sobre temas relevantes en el desarrollo de un pensamiento colectivo diverso que al final busca aportar al progreso. Es paradójico y también muy liberal que la columna de Catalina haga referencia a otra publicada en este mismo medio, la de Mauricio Botero. Como lector, me agrada constatar que este diario fomenta la diversidad de pensamientos. Aun así, admito que me quedo con los argumentos de Catalina, siendo estos mucho más fuertes y universalistas. Hace un mes, el comité que otorga el Premio Goncourt a la mejor novela en lengua francesa optó por un canon literario tradicional y muy “francés”, y dejó de lado la opción de entregarle este premio a la escritora camerunesa Djaili Amadou Amal por su novela Les impatientes, a pesar del uso magistral que hace de la lengua francesa y del tema muy relevante que trata. Ambas columnas me hicieron pensar en este suceso literario. Felicitaciones por mantener esta pluralidad de opiniones, tan solo les pido que nunca dejen de publicar a jóvenes pensadores que nos abren los ojos sobre temas tan relevantes como es el caso de la columna de Catalina Uribe. David Dewez.