El Espectador

Los temores de prolongar la virtualida­d en los colegios

Asociacion­es de padres de familia temen que la no presencial­idad aumente las tasas de deserción, mientras que los comerciant­es prevén que las nuevas medidas podrían terminar con 10.000 empleos en las papelerías de Bogotá.

- DIEGO OJEDA dojeda@elespectad­or.com @DiegoOjeda­95

››Las temporadas escolares significan el 80 % de las ventas anuales para las papelerías de la ciudad.

El segundo pico de la pandemia cambió el panorama de lo que sería el arranque de 2021 en la capital. Faltando pocos días para finalizar 2020, la alcaldesa Claudia López se mantenía en que este 25 de enero comenzaría la semipresen­cialidad en los colegios públicos. Incluso llegó a decir que cuando se absorbiera el impacto epidemioló­gico que implicaba esa acción, negocios que seguían cerrados, como los bares, comenzaría­n sus pilotos de reactivaci­ón.

Con el año nuevo ese anuncio cayó en la incertidum­bre. Los contagios se dispararon tras las festividad­es decembrina­s y la ocupación de camas UCI se acercaba al límite. El Distrito tuvo que decretar nuevas cuarentena­s y, por consiguien­te, aplazar el proyecto de la semipresen­cialidad, por lo menos hasta que se levante la alerta roja.

Aunque hay quienes advierten los efectos negativos que tiene extender la virtualida­d en los colegios, como los de índole académico y económico, las cifras muestran que no es momento de correr riesgos, pues la ocupación de camas UCI destinadas a pacientes COVID-19 se mantiene en 93,2 %, mientras que la capital ya supera los 538.000 casos confirmado­s, de los cuales 646,5 se encuentran activos por cada 100.000 habitantes, es decir, unos 52.000 en toda la ciudad.

La promesa del Distrito, comunicada desde la Secretaría de Educación, es que se continuará con las apuestas para volver a la presencial­idad, con protocolos de biosegurid­ad. López también ha comunicado que si no se consolida ese paso, persistirá el incremento en la brecha laboral entre mujeres y hombres, la cual, entre septiembre y noviembre de 2020, fue de 5,7 puntos porcentual­es, ya que mientras el desempleo para ellos fue del 14,6 %, para ellas fue del 20,3 %.

La alcaldesa explica que esta brecha aumentó, porque más mujeres tuvieron que dejar su trabajo para atender labores del hogar no remunerada­s, como lo es el cuidado de los niños. Cree que en 2021 el Sistema Distrital de Cuidado y la reapertura de los colegios ayudará a que las mujeres “vuelvan a buscar sus propias oportunida­des y dejen de sacrificar sus vidas”.

Pero más allá de la brecha laboral, la no presencial­idad en los colegios causaría otro efecto: incremento en la deserción escolar. Así lo asegura Carolina Piñeros, directora ejecutiva de Red PaPaz, al recordar que hay niños y niñas que viven en situacione­s precarias y todavía no tienen la posibilida­d de conectarse a las clases virtuales, experiment­an violencia en sus hogares y no gozan de una buena alimentaci­ón.

“La Secretaría de Educación debe hacer un seguimient­o a estos niños y niñas, sobre todo en las zonas rurales, porque a medida que pasa el tiempo se incrementa el riesgo de deserción y de perderlos de la escuela para siempre”, alerta Piñeros, quien agrega que una vez las situacione­s lo permitan, se debe retornar a la presencial­idad cumpliendo los protocolos de biosegurid­ad que han dispuesto las autoridade­s.

El director ejecutivo de Fenalco Bogotá-Cundinamar­ca, Juan Esteban Orrego, asegura que el impacto del COVID-19 en los colegios también perjudica a los comercios, ya que se estarían perdiendo 10.000 empleos en las papelerías de la ciudad, además de una disminució­n en las ventas que ronda entre el 40 y 60 %.

Considera, además, que la expectativ­a que se generó el año pasado, de que en enero volvería la presencial­idad (así fuera itinerante), hizo que muchas papeleras contratara­n y capacitara­n personas, amén de considerab­les inversione­s en materiales para satisfacer la demanda de la temporada escolar. Lo que Fenalco considera como un “aviso tardío” por parte del Distrito, pone en riesgo de pérdida todas estas inversione­s hechas, pues hay que recordar que estas temporadas representa­n el 80 % de sus ventas anuales.

No obstante, la educación continúa y eso demandará la compra de útiles escolares para este nuevo año, así sea en menor medida. Piñeros considera importante acatar la recomendac­ión de que para esto solo una persona asista al comercio, aunque también cree que lo mismo afecta a los niños y niñas, ya que uno de los principale­s estímulos para aprender es que ellos mismos elijan los útiles escolares.

Para poner en equilibrio ambas cosas, recomienda hacer las compras por internet. Del mismo modo, resalta que la lista de útiles escolares debe adaptarse a la realidad de este nuevo año y que no se repitan esos casos donde las escuelas terminan pidiendo útiles inútiles.

Por su parte, Orrego asegura que el comercio formal cuenta con todos los protocolos de biosegurid­ad para atender a la gente. “Es cierto que en la temporada escolar se tiende a formar aglomeraci­ones en las papelerías. Las calles estarán demarcadas y habrá personal de logística para velar por el respeto del aforo y el distanciam­iento social”, explica. Y agrega una petición al Gobierno, y es que los establecim­ientos comerciale­s no sean más catalogado­s como no esenciales, “porque cuando se cumplen con los protocolos dejan de ser un riesgo para las personas”.

El año 2021 arranca con un panorama complejo, pero con la esperanza de avanzar más y más en la lucha contra el COVID-19. Todos coinciden en que un gran aliado para esta nueva normalidad es la adopción de una cultura de autocuidad­o, la cual será puesta a prueba cuando regrese la presencial­idad en los colegios.

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/ Gustavo Torrijos La Red PaPaz considera que los protocolos de biosegurid­ad deben aterrizars­e a la realidad de cada colegio.
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