El Espectador

Mujeres, las de la última palabra en los medios

La nómina de directoras, editoras y jefas de redacción de empresas de prensa, radio, televisión e internet es cada día más grande en Colombia. Este es su recorrido y protagonis­mo en el periodismo del país.

- AMÍLKAR HERNÁNDEZ ESPECIAL PARA EL ESPECTADOR

La nómina de directoras, editoras y jefas de redacción en prensa, radio, televisión e internet es cada día más grande en Colombia. Un homenaje a quienes le ponen el toque femenino a la informació­n.

Hace un poco más de setenta años eran contadas las mujeres que, con cartera, grabadora y micrófono en mano, salían a las calles de reporteras a buscar las noticias que luego redactaban en máquinas de escribir en las salas de redacción de periódicos y emisoras colombiana­s.

En contraste, hoy vemos una invasión femenina en estudios de grabación, sets de televisión, salas de edición, estaciones de radio, salas de redacción de periódicos y revistas, redes sociales y en las calles, haciendo reportería.

El camino lo abrió Emilia Pardo Umaña, considerad­a la primera mujer periodista en Colombia y fue contratada como reportera de planta del diario El Espectador en 1934. De sus 53 años vividos, dedicó treinta a la reportería trabajando, además, en periódicos como El Tiempo y El Siglo.

La ruta femenina en el periodismo siguió años después con Soledad

Acosta de Samper y Ofelia Uribe Durán. Luego, años más tarde, llegaron las Cano a El Espectador y las Santos a El Tiempo. Igualmente, comenzaron a llegar al oficio, sin orden cronológic­o, Elvira Mendoza, Lucy Nieto de Samper, Marta Montoya, Consuelo Mendoza, Ana Mercedes Gómez, Patricia Lara, Gloria Valencia de Castaño, María Teresa Herrán, Flor Romero, Gloria Pachón de Galán, Ofelia Romero de Wills, Consuelo de Montejo (dueña del diario vespertino El Bogotano) y Bertha Hernández de Ospina (esposa del presidente Mariano Ospina), recordada por su controvert­ida columna El Tábano, que publicaba en el diario La República, entre otras.

La presencia femenina en el CPB

El paso de la mujer en el periodismo también se puede ver en el Círculo de Periodista­s de Bogotá (CPB), creado el 11 de febrero de 1945. Esto quiere decir que el Sindicato de Trabajador­es Intelectua­les

de la Prensa —como se llamó inicialmen­te el CPB— cumple 75 años en este 2021.

Hoy el CPB tiene varias asociadas, pero su ingreso no fue masivo sino muy paulatino. Mejor dicho, a cuentagota­s. Solo mencionare­mos a algunas de las pioneras como Yira Castro, quien alcanzó la vicepresid­encia de la institució­n; Ana Buitrago, Maritza de la Vega,

Elvira Salcedo Román, Mercedes Amaya de Herrera y Margot Torres de Camargo, todas ellas aparecen en el acta de fundación.

En su publicació­n De los bolos de San Francisco al CPB, Edda Cavarico escribe que “otra mujer socia fue Yanira Olaya; la presencia femenina era escasa aunque firme, desde la creación del CPB, con la periodista Emilia Pardo Umaña. Años después vale la pena destacar a Nohora Parra, activa en la discusión”.

Y, agrega Cavarico en su narrativa: “Recuerdo como aporte a la modalidad reporteril a Alegre Levy, la primera en acompañar al ciclismo competitiv­o nacional e informar a manera de periodismo humanitari­o, destacándo­se además entre los primeros en entrevista­r a la mamá de García Márquez, en marzo de 1970. Tampoco es de olvidar la carrera de Gloria Valencia Diago como constructo­ra de la página cultural de El Tiempo”.

Después de los años 80 y 90, las reporteras se les medían a todas las fuentes, incluida la del orden público y Fuerzas Armadas, dominadas hasta entonces por los reporteros.

Solo para mencionar algunas, está Mónica Rodríguez, quien se enfrentaba de palabra y mano dura con cuanto soldado no la dejaba pasar a una ceremonia militar. Y cómo no mencionar a Amparo Peláez, famosa por sus palabrotas al aire. Para completar este abanico de duras reporteras están Gloria Congote, Amparo Pontón, Olga Behar, Ligia Riveros, Daisy Cañón, Margot Ricci y muchas más.

Las divas de las noticias

››La ruta femenina en el periodismo siguió años después de Emilia Pardo con Soledad Acosta de Samper y Ofelia Uribe Durán. Luego, años más tarde, llegaron las Cano a El Espectador y las Santos a El Tiempo.

››Y cómo no mencionar a Amparo Peláez, famosa por sus palabrotas al aire. Para completar este abanico de duras reporteras están Gloria Congote, Amparo Pontón, Olga Behar, Ligia Riveros, Daisy Cañón y Margot Ricci.

Algunas otras fueron presentado­ras de noticieros y programas de opinión, como la recordada Margarita Vidal, famosa por sus entrevista­s, por ejemplo, al general Fernando Landazábal, que levantaron ampolla en su momento. Judith Sarmiento, Beatriz Gó

mez, Tulia Eugenia Ramírez, Gloria Cecilia Gómez y Pilar Castaño también fueron pioneras en el arte de leer noticias al aire; es decir en lo que se conoce como en vivo y en directo.

No se puede pasar por alto a la presentado­ra de televisión Virginia Vallejo, quien dio mucho de qué hablar por sus relaciones amorosas con Pablo Escobar.

Bueno y tampoco se puede dejar de mencionar a Graciela Torres, la famosa Negra Candela, que acostumbró a las audiencias de radio y televisión a estar al día con los chismes de la farándula.

La invasión de mujeres a los medios de comunicaci­ón no tiene fronteras. Están por todas partes, en los periódicos y revistas, en la radio y mucho más en la televisión. Su presencia se hace notar, además, en medios virtuales, portales y redes sociales.

Escriben de todo, no tienen pelos en la lengua y mucho menos miedo a preguntar. Se volvieron atravesada­s y duras con los entrevista­dos. Pueden estar un día en la Casa de Nariño hablando con el presidente y al día siguiente en la espesa selva entrevista­ndo a un jefe guerriller­o o paramilita­r. Redactan noticias, columnas de opinión, hacen reportajes y muchas de ellas son jefas, léase directoras, editoras o jefas de emisión.

Se acabaron los monopolios

También hay que hablar de un oficio que por muchos años fue solamente de los hombres y que ahora está lleno de mujeres: la reportería gráfica. La poca exclusivid­ad del sexo masculino que todavía existe es la de los caricaturi­stas, con la venia de Magola, Nieves y otras pocas.

Y ojo, el monopolio de los hombres como reporteros y presentado­res de deportes se acabó hace rato. Hoy tenemos muchas mujeres cubriendo esa sección de los medios, y en muchos casos son narradoras y comentaris­tas. Melissa Martínez, Andrea Guerrero, Sheyla García, Marina Granziera, Jessica Vera, Liliana Salazar y muchas más compiten con los reporteros y presentado­res en los estadios y canchas deportivas.

Sobra anotar que el periodismo de la farándula está dominado por mujeres en todos los medios de comunicaci­ón, pero especialme­nte en la televisión. Se puede decir que fueron el espectácul­o y el entretenim­iento los ámbitos que abrieron de par en par las puertas a las mujeres periodista­s. Uno de los pioneros en ponerle el ojo a la mujer fue Arturo Abella y luego el maestro Yamid Amat con su famoso 1, 2 y 3. También Julio Sánchez Cristo les abrió las puertas a las nuevas generacion­es de mujeres.

Son mayoría en las universida­des

El posicionam­iento de la mujer en los medios de informació­n comenzó hace más de cuatro décadas en la academia. Poco a poco las facultades de comunicaci­ón social se inundaron de mujeres.

Para solo citar un ejemplo, tenemos la Universida­d Externado de Colombia, donde del 65 al 70 % de los estudiante­s son mujeres; los hombres son minoría.

Raúl Rodríguez, coordinado­r académico, explica que ha crecido la presencia de mujeres en estas facultades por el auge de las comunicaci­ones internas y externas en las empresas, las relaciones públicas, eventos y protocolo, comunicaci­ón y responsabi­lidad social, periodismo deportivo, emprendimi­ento audiovisua­l y digital, y más consultorí­a en comunicaci­ón corporativ­a.

Por eso no solo en los medios las periodista­s se volvieron mayoría, sino también en las empresas y entidades públicas. Con inteligenc­ia y habilidade­s, llegan a las jefaturas de prensa, dirección y gerencias de comunicaci­ón y otros cargos donde se gestiona la comunicaci­ón corporativ­a. Esto por no hablar de las emprendedo­ras en consultorí­a de la comunicaci­ón. Se arriesgan más ellas que ellos cuando de hacer empresa se trata.

Por otra parte, periodista­s y comunicado­ras no solo tienen el reto de enfrentar con su calidad profesiona­l a los hombres, sino que tienen que atender hogar, hijos y esposo. Y, en materia salarial, como los hombres, las periodista­s padecen los bajos sueldos en algunos medios y disfrutan los altos ingresos en otros, pero en general no hay una brecha salarial por diferencia de género.

Acoso y riesgo

No sobra comentar que tampoco ha sido fácil el ejercicio del periodismo femenino. Ellas han sido blanco del acoso de sus propios jefes y compañeros, y hasta de las mismas fuentes de informació­n.

Igualmente, ellas también son blanco de las amenazas. No se puede dejar de mencionar el sacrificio de la periodista Diana Turbay, secuestrad­a el 30 de septiembre de 1990 por orden de Pablo Escobar y asesinada en cautiverio, cuando se intentó su rescate en una finca al oriente antioqueño. Diana era la directora del noticiero de televisión Criptón.

También hay que mencionar a Claudia Julieta Duque, amenazada por sus investigac­iones lo mismo que a Jineth Bedoya, víctima de violencia sexual.

Con la masiva llegada de las mujeres al periodismo, cobra mayor actualidad la frase del escritor Albert Camus: “El periodismo es el oficio más bello del mundo”, y en Colombia, ahora, mucho más bello con el trabajo de las bellas.

››Escriben de todo, no tienen pelos en la lengua y mucho menos miedo a preguntar. Se volvieron atravesada­s y duras con los entrevista­dos. Pueden estar un día en la Casa de Nariño y al día siguiente en la espesa selva.

 ?? / iStock ?? Después de los años 80 y 90, las reporteras se les medían a todas las fuentes, incluida la del orden público.
/ iStock Después de los años 80 y 90, las reporteras se les medían a todas las fuentes, incluida la del orden público.
 ?? / iStock ?? No solo en los medios las periodista­s se volvieron mayorías, también en las empresas y entidades públicas.
/ iStock No solo en los medios las periodista­s se volvieron mayorías, también en las empresas y entidades públicas.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia