“Cambié de partido solo una vez”
El senador y precandidato presidencial habla de su trasegar político, sus inicios en la política, su respaldo al Nuevo Liberalismo, su llegada a la U y su lucha incondicional a la paz de la mano de Juan Manuel Santos.
¿Cómo un médico termina inmerso en el mundo de la política?
Mi padre fue anestesiólogo y yo trabajé 23 años ejerciendo la medicina. Solo hasta 2006 llegué al Congreso y me cambió la vida, porque tuve que dejar mi profesión, que extraño todos los días. Lo hice con la convicción de que otra manera de salvar vidas era parar la guerra. Había conocido a Juan Manuel Santos años atrás en la Fundación Buen Gobierno y supe de su deseo de construir un proceso de paz y acepté la invitación de ir al Congreso a ayudarlo. Confieso que extraño mis pacientes todos los días, varios de ellos colegas suyos.
¿Cómo fueron esos inicios? Usted era parte de las juventudes galanistas...
Cuando conocí a Galán, que era el ícono de mi generación, quedé absolutamente prendado de su carisma y de su testimonio. Lo acompañé hasta que lo mató la mafia, en el 89.
¿En qué momento decidió dejar de ser simpatizante y lanzarse por un puesto de elección popular?
El Nuevo Liberalismo, después del asesinato de Galán, se transmutó en lo que se llamó Cambio Radical, que no tenía nada que ver con Germán Vargas Lleras. En las listas siempre incluían, en las distintas regiones, a personas de opinión. Pero no fui elegido, porque no tenía estructura, simplemente prestaba mi nombre porque había algún prestigio médico. Pero en 2006 hubo un cambio en las reglas de juego con la cifra repartidora y una votación muy copiosa que tuvo quien fuera el primer renglón de esa lista, el hoy senador Carlos Fernando Motoa, me ayudó a elegirme.
Arrancó en el 92 aspirando al Concejo de Cali...
Siempre en las listas. Fui candidato seis veces. Una de las cosas en las que han mentido repetidamente, hasta el punto de que se volvió una “verdad”, es que voté por Álvaro Uribe. En 2001, un paciente mío, Gustavo Saavedra Barberena -un industrial muy importante en el Valle del Cauca- me pidió que recibiera a un amigo de él, que era el exgobernador Álvaro Uribe, en mi clínica. Lo recibí para escucharlo y esa reunión, sirvió para decirle “yo no voy a votar por usted, gobernador. Bienvenido a mi clínica, pero tengo muchas dudas sobre sus relaciones con Pedro Juan Moreno.
En el 95 fue representante suplente y fue reconocido por la oposición a Samper. No era militante, pero sí estaba en representación de una curul liberal...
Muchas veces me pidieron el favor de que no fuera tan duro contra Samper por el Proceso 8.000, pero no podía ser de otra manera. Venía de la tradición de Luis Carlos Galán, de enfrentar al narcotráfico.
Después de 27 años estamos en la misma circunstancia. El primer día de la posesión de Iván Duque el invitado era el Ñeñe Hernández.
Luego va a las elecciones del 98 y le hace contraposición a Serpa, heredero de Samper. ¿Qué le decían de que fuera disidente total?
Siempre fui un disidente, pero toda la línea nuestra del Nuevo Liberalismo, sin excepción, acompañaba a Valdivieso en su decisión de estar con Pastrana. Eso no los hizo miembros del Partido Conservador. Ellos acompañaron, y acompañamos, la decisión de Valdivieso para derrotar lo que para nosotros era la tradición del Proceso 8.000.
Eso no tuvo mucho éxito. Entre otras, solo se eligió a una senadora, que fue Claudia Blum. Todos los demás perdimos la elección. Ahí murió el verdadero Cambio Radical, porque luego esas banderas, en un acuerdo político que desconozco, terminaron en Vargas Lleras.
¿Si tanta oposición le ha hecho a Vargas por qué apoyarlo en 2018?
Fui el último en acatar esa directriz del presidente y fundador de mi partido, Juan Manuel Santos. Me opuse hasta que pude. Como me opuse a la postulación de Néstor Humberto Martínez como fiscal. Sin embargo, se impusieron las mayorías.
En 2000 se lanzó a la Gobernación del Valle, con el apoyo de Cambio Radical, y se estaba consolidando el partido. ¿Cómo fue ese proceso de afianzamiento?
Siempre me lancé con el apoyo de Cambio Radical. Pero no hubo tal proceso de consolidación en esa época. Quien vino a consolidar el partido y lo convirtió en otra cosa fue Vargas Lleras.
Cuando llegué a Cambio Radical me encontré con un montón de personas que tenían vínculos con el paramilitarismo. Ahí empezaron mis discusiones.
¿Por eso en 2002 se lanzó a la Cámara como independiente, sin el respaldo del partido?
No, siempre con el aval de Cambio Radical y en 2006 también.
¿Por qué recibir el aval, pese a los cuestionamientos?
No conocía a Vargas Lleras, esos cuestionamientos no existían. En 2006 Vargas eligió una bancada que terminó contaminada por paramilitarismo.
Y en 2006 ya se vuelve cercano, como bancada de gobierno, a Álvaro Uribe...
Cuando llegó a Cambio Radical ya era bancada de gobierno.
En una reunión con Uribe, en 2001, le hizo reparos por Pedro Juan Moreno. ¿Cómo termina luego siendo uno de sus escuderos?
Cuando llegué al Congreso estaba Cambio Radical como parte de la bancada de gobierno. Santos no estaba en el gobierno, pero esperaba entrar y entró como ministro de Defensa en 2007. Teníamos la expectativa de la paz. Con Santos empezamos a pensar qué posibilidades había, aun en el gobierno de Uribe, de intentar la paz. Y me acerqué a Uribe con ese propósito.
¿Por qué el rompimiento con Uribe?
Me negué a retirar la ponencia de la Ley de Víctimas que reconocía el conflicto, y ese día rompimos. Y ese día comenzó la persecución del uribismo contra mí y desde entonces no hubo reconciliación.
¿Qué pasa en su caso que no se estabilizó con el Nuevo Liberalismo, ni con Cambio Radical...?
Esa es una afirmación falsa, no está preguntando sino afirmando. Yo cambié de partido una vez, salvo que usted indague en las bodeguitas uribistas, precisamente cuando Vargas me expulsa de Cambio Radical y Santos me recoge en la U.