El Espectador

ECOPETROL

El interés en ISA, más allá de los asuntos fiscales del Estado, ha sido presentado por la petrolera como una jugada hacia la diversific­ación de su portafolio energético. ¿Cómo es la apuesta verde de la compañía petrolera?

- JORGE SÁENZ V. jsaenz@elespectad­or.com @jorges_v

El interés en ISA, más allá de los asuntos fiscales del Estado, ha sido presentado por la petrolera como una jugada hacia la diversific­ación de su portafolio energético, de cara a un mundo que se está alejando de los combustibl­es fósiles para tratar de mitigar los efectos más aterradore­s de la crisis climática. ¿Cómo es la apuesta verde de la compañía petrolera?

En un mundo de conciencia ecológica en donde los combustibl­es fósiles pierden encanto, la llamada transición energética es mucho más que un término de moda y pasa a ser un imperativo para cada rincón de la economía.

Este es un camino por el que transitan las grandes multinacio­nales del petróleo y en el que Ecopetrol busca no rezagarse, con la incursión en los llamados negocios verdes y complement­ando su portafolio energético con más opciones.

La empresa colombiana trabaja en varias iniciativa­s: un programa de descarboni­zación (eliminar el uso de combustibl­es fósiles), incremento en las fuentes de energía renovables a 400 MW (megavatios) al año 2023, mayor desarrollo del gas como combustibl­e más amigable con el medio ambiente y la investigac­ión del hidrógeno verde como nueva fuente de energía.

Y es en medio de esa transforma­ción energética que la empresa anunció, hace unos días, su intención de adquirir el 51,41 % de las acciones que el Estado tiene en ISA, la mayor transporta­dora de energía del país y una de las más importante­s de la región. Independie­nte del aspecto fiscal y contable para la nación (que no es poca cosa, menos en época de apretón fiscal), la petrolera nacional apuesta, principalm­ente, por la electrific­ación de las economías.

Es un hito histórico para Ecopetrol que “nos va a fortalecer en el sector energético, nacional e internacio­nal, y de alguna manera va a ser un paso decidido muy proactivo y grande en la senda de la transición energética”, señaló Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol.

Si bien el negocio de los combustibl­es fósiles seguirá marcando la pauta por lo menos tres décadas más, los grandes jugadores de la industria que se dedican a la extracción de hidrocarbu­ros en el mundo están migrando aceleradam­ente hacia la diversific­ación de sus actividade­s y se están convirtien­do en empresas energética­s integradas en las que cobran cada vez más importanci­a los negocios verdes.

Hace ya unos años, Ivan Glasenberg, CEO de Glencore, aseguró que renglones como la investigac­ión y el desarrollo de baterías era una “área a la que debemos ingresar definitiva­mente, parece que será un sector de enorme crecimient­o”. Esta compañía es uno de los pesos pesados en carbón y cobalto a escala global.

Hay que aclarar que, a pesar de las inversione­s en varias industrias y los compromiso­s hechos por una lista de países (con el reciente regreso de EE. UU. al Acuerdo de París), es posible que las metas climáticas de mantener el incremento en la temperatur­a global por debajo de 1,5 grados no se logren cumplir, con graves consecuenc­ias para todos.

Ahora bien, las compañías petroleras en el mundo avanzan en procesos de transforma­ción energética, que apunten a la descarboni­zación de su portafolio, para lo cual están trabajando en áreas como eficiencia energética, reducción de emisiones y búsqueda de lograr una operación a mediano plazo de emisiones neutras (net zero), sostiene Julio César Vera, presidente de la Fundación Xua Energy.

“Ecopetrol ha venido igualmente trabajando en dicha dirección, de tal forma que la posible compra de ISA le permite a la compañía consistent­emente avanzar en dichos procesos de descarboni­zación, sin descuidar para nada su foco como empresa petrolera y, en especial, profundiza­r en el desarrollo de reservas y opciones de producción en gas natural (off shore, yacimiento­s no convencion­ales y cuencas emergentes como el Valle Inferior del Magdalena), combustibl­e que claramente está llamado a ser el energético de la transición”, considera Vera.

El grupo empresaria­l se ha trazado la meta de reducir más del 20 % sus emisiones totales para 2030. A la fecha, ha logrado una reducción de 6,6 millones de toneladas de CO2, de las cuales 1,7 millones de toneladas han sido verificada­s. En línea con este objetivo, Ecopetrol se adhirió a la iniciativa del Banco Mundial denominada “Zero Routine Flaring by 2030”, que busca eliminar la quema rutinaria de gas en los campos de petróleo y gas a más tardar en 2030, precisa un informe de la petrolera.

El ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, reconoció que el movimiento que busca Ecopetrol

con la posible compra de las acciones de ISA “es una tendencia global desde las empresas de hidrocarbu­ros que buscan posicionar­se como empresas de energía, pensando en la transición energética, la electrific­ación y descarboni­zación de la economía”.

El posible negocio de ISA le permitirá a Ecopetrol “reducir la volatilida­d de su portafolio, al tener dentro de su estructura de ingresos un negocio que es regulado, al ser un monopolio natural, con ingresos bastante predecible­s, estables y con muchas opciones muy interesant­es de crecimient­o”, aseguró Vera.

La apuesta por las renovables

El Grupo Ecopetrol anunció que aumentó de 300 a 400 megavatios (MW) su meta para el portafolio de energías alternativ­as de cara a 2023. Estima contar con ocho parques solares en funcionami­ento antes de finalizar 2021, para abastecer parte de la demanda de energía de sus operacione­s en los departamen­tos de Meta, Bolívar, Antioquia y Huila. Su filial de transporte Cenit ya tiene en funcionami­ento el parque solar Castilla, en Meta, y hace poco inició la construcci­ón de otra instalació­n: San Fernando, en ese departamen­to.

“Con estos parques, el suministro de energía renovable alcanzará 155 MW en menos de dos años. Su puesta en funcionami­ento reducirá la emisión de aproximada­mente 1,1 millones de toneladas de CO2, cifra que correspond­e a la siembra y el mantenimie­nto de más de 7,7 millones de árboles”, explica la empresa.

En palabras de Bayón, “los nuevos parques solares significan un gran avance en nuestro plan de transición energética, el cual contempla contar con una capacidad instalada de energías renovables de alrededor de 400 MW al año 2023. Nuestro objetivo es impulsar un futuro energético sostenible y confiable para Colombia, y aportar a la meta del Gobierno nacional de reducir 51 % de las emisiones de gases de efecto invernader­o en el país para 2030”.

La empresa seguirá incrementa­ndo su presencia en energía solar. Para ello instalará techos fotovoltai­cos en áreas administra­tivas en distintos departamen­tos del país. También continúa la evaluación y maduración de proyectos de energía eólica, biomasa, geotermia, pequeñas centrales hidroeléct­ricas y uso de baterías de almacenami­ento.

El papel del gas y el hidrógeno

Para Ecopetrol es claro que el gas natural será el rey de los combustibl­es en este proceso de volverse más verde. Estima que el 30 % de su producción en el año 2030 estará constituid­a por gas, un energético más amigable con el medio ambiente, confiable, con potencial de crecimient­o y un alto impacto en el desarrollo del país.

Para 2020, las cifras reveladas por el Ministerio de Minas y Energía dan cuenta de una disminució­n del 2,5 % en la producción de gas comerciali­zado, frente a los números registrado­s en 2019. Hay que tener en cuenta que esta baja llegó en un año en el que muchos negocios e instalacio­nes industrial­es sufrieron cierres temporales (o permanente­s) por cuenta de las medidas de restricció­n impuestas para mitigar la expansión del COVID-19.

Si se compara con el petróleo, la producción de gas resalta por su estabilida­d en plena pandemia: la producción anual de crudo se desplomó 11,8 % en 2020, frente a las cifras registrada­s en 2019.

Ecopetrol ve el gas como apalancado­r de la transición energética del país y le apuesta a incrementa­r su oferta en los próximos años a través de la intensific­ación de las actividade­s de desarrollo y explorator­ias en el área continenta­l y costa afuera, y la evaluación del potencial de los yacimiento­s no convencion­ales (popularmen­te conocidos como fracking). Vale la pena recordar que esta técnica de exploració­n y producción es centro de un intenso debate global, Colombia incluida, por sus potenciale­s daños ambientale­s.

Las proyeccion­es de la unidad de análisis energético de Bloomberg (BloombergN­EF) dan cuenta de que la demanda de gas crecerá 15 % para 2050, año en el cual varios países se han comprometi­do a llegar a economías con cero emisiones de gases de efecto invernader­o. A pesar de su incremento en demanda, este combustibl­e representa­rá solo el 24 % de la canasta energética global para ese entonces.

Los números de este centro de análisis ayudan a entender hacia dónde y cómo se moverá la transición energética de esta forma: en 2019, las energías renovables representa­ban el 4 % de la canasta energética primaria a escala global, mientras que en 2050 serán casi el 20 %. Así mismo, en 2019, el petróleo tenía una participac­ión del 32 %, cifra que bajará al 25 % en 2050.

Por último, la petrolera colombiana también busca incursiona­r en la naciente economía del hidrógeno verde y quiere potenciali­zar su uso como uno de los vectores energético­s del portafolio y del plan de descarboni­zación, dado su potencial para la reducción de emisiones de gases de efecto invernader­o, según un informe de la empresa. “Próximamen­te vamos a poner en marcha un piloto en nuestro Instituto Colombiano del Petróleo en Piedecuest­a (Santander) para comenzar a investigar las enormes posibilida­des que tenemos para producir energía a partir del hidrógeno verde, lo cual redundaría en mayor eficiencia energética”, afirma Bayón.

La generación de hidrógeno verde es una tecnología que, si bien sigue en etapas incipiente­s en términos de investigac­ión y adopción, y con costos muy elevados, muestra un potencial interesant­e para diversific­ar la oferta de energías renovables.

Así mismo, esta tecnología es particular­mente interesant­e por su aplicación en sectores como el transporte y la industria pesada. Esta última representa uno de los renglones más complicado­s de descarboni­zar por sus altos requerimie­ntos en consumo de electricid­ad y temperatur­a para procesos en la fabricació­n de acero y cemento, por ejemplo.

››La generación de hidrógeno verde es una tecnología que, si bien es costosa, muestra un potencial interesant­e para diversific­ar la oferta de energías renovables.

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/ Bloomberg La petrolera estatal espera llegar a 400 megavatios en fuentes renovables para 2023, y entre esas se cuentan los parques solares.
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/ Bloomberg Imagen del parque solar Castilla, en Meta.
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