El Espectador

¿Cómo va el catastro?

En 2020, Colombia pasó del 2,25 % de informació­n catastral actualizad­a a casi 16 %. Sin embargo, expertos señalan que el operativo no presta suficiente atención a lo social y ambiental.

- MARÍA ALEJANDRA MEDINA C. mmedina@elespectad­or.com @alejandra_mdn

En 2020, Colombia pasó de 2,25 % de informació­n catastral actualizad­a a casi 16 %. La meta es llegar a 27 millones de hectáreas actualizad­as para finales de 2021, según las cuentas oficiales. Sin embargo, algunos expertos señalan que el operativo tiene un enfoque económico y tributario que no presta suficiente atención a lo social y ambiental. Análisis.

››La meta oficial es llegar a 27 millones de hectáreas actualizad­as a finales de 2021.

El catastro multipropó­sito es una pieza clave de la reforma rural integral del Acuerdo Final. Al ser un inventario de las condicione­s físicas, económicas y jurídicas de los predios, es una herramient­a útil para tomar decisiones, incrementa­r el recaudo tributario, aumentar la inversión social, estimular la desconcent­ración de la propiedad rural improducti­va, entre otros objetivos necesarios para lograr la paz. El Gobierno lo incluyó en su Plan Nacional de Desarrollo y lo puso en marcha con un Conpes y otras normativid­ades.

Aunque la pandemia en 2020 implicó reajustes y algunos retrasos, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) hoy resalta varios avances, como haber pasado de 2,25 % del área nacional con informació­n catastral actualizad­a en 2020 a casi el 16 % en 2021. Esto equivale a 18 millones de hectáreas en total. Hace dos años, la cifra era 5,6 %; sin embargo, como explica la directora del IGAC, Olga Lucía López, hay que tener en cuenta que, a medida que pasa el tiempo, la informació­n que supera los cinco años de vigencia se considera desactuali­zada.

Una de las claves de esta estrategia es la descentral­ización de las labores a través de la habilitaci­ón de gestores catastrale­s y dejando al IGAC como gestor de última instancia, es decir, para que intervenga donde no haya ningún otro habilitado. Según López, actualment­e hay 19 gestores habilitado­s (que tienen a su cargo cerca de nueve millones de hectáreas en todo el país) y hay cerca de siete solicitude­s en proceso. En todo caso, el proceso se encuentra cerca de la meta de tener 20 gestores para 2022.

Algo fundamenta­l, resalta la funcionari­a, es la voluntad que tengan alcaldes y gobernador­es para atravesar por este proceso. La meta oficial es llegar a 27 millones de hectáreas actualizad­as a finales de 2021. Para el último año de este gobierno es aún más ambiciosa: 60 % de actualizac­ión. López, entonces, hace un llamado a los mandatario­s para que asuman la gestión catastral, algo que, según ella, repercute positivame­nte en las administra­ciones, al dejar como resultado informació­n actualizad­a que, a su vez, es útil para aumentar el recaudo y las inversione­s.

Como caso de éxito, el IGAC destaca a Soacha. Su alcalde, Juan Carlos Saldarriag­a, afirma que el 100 % del área urbana del municipio quedó actualizad­a en 2020 (180.000 predios). Según él, se creía que el inventario urbano de Soacha valía $6 billones. “Con la actualizac­ión, sabemos que la ciudad cuesta $23 billones. Soacha tenía riqueza, muchos ricos, encubriénd­ose en la ciudad”. Añade que, por el retorno de la inversión en el catastro, “vale la pena ‘hacer el sacrificio’”, incluso de popularida­d.

En 2020, la cifra del predial para recaudar era de $28.000 millones, mientras que para 2021 subió a $196.000 millones. Con los incentivos, como descuentos de hasta el 50 %, se tiene proyectado que el recaudo llegará a unos $100.000 millones, en todo caso, casi cinco veces lo obtenido el año pasado. Su próxima meta es que el área rural quede actualizad­a a finales de este año, tarea que no se pudo hacer el año pasado por falta de recursos.

Para financiar el catastro de 2020, explica Saldarriag­a, se destinaron más de $20.000 millones del presupuest­o del municipio que, según el mandatario, fue posible reservar disminuyen­do costos, por ejemplo, en la escala de honorarios de la alcaldía, dotaciones, entre otros. En lo técnico, se utilizaron imágenes satelitale­s, aviones y tecnología­s como la infrarroja para determinar la altura de los inmuebles. Estas herramient­as, agrega el alcalde, hicieron más eficiente y dieron más transparen­cia al operativo, que tomó cerca de seis meses.

¿Es multipropó­sito?

Según el alcalde Saldarriag­a, la informació­n levantada permite “guiar las inversione­s” (para las que, por el aumento en el recaudo, habrá más recursos). Es decir, saber dónde hay carencias de servicios públicos, dónde están los niños, para hacer parques y colegios, entre otros puntos. Según la directora del IGAC, por otro lado, el catastro es el “primer paso en la cadena de formalizac­ión” de tierras, otro de los objetivos de la reforma rural integral. Explica: “La informació­n queda disponible para la Agencia Nacional de Tierras (ANT)”, entidad competente en formalizac­ión de tierras.

De los 7,3 millones de hectáreas actualizad­as en 2020 entre el IGAC y los gestores catastrale­s (que forman parte de los 18 millones de hectáreas en total), el 97 % correspond­e a área rural y el 3 % a urbana, informa el IGAC. López agrega que el trabajo conjunto y coordinado ha logrado “eficiencia­s” entre el Instituto y la ANT, como, por ejemplo, colaboraci­ón en el trabajo de campo. No obstante, algunos expertos señalan que el catastro tiene un enfoque técnicopre­dial, con fines principalm­ente tributario­s, lo que preocupa, pues no se estaría prestando suficiente atención a las otras “capas” de la informació­n que harían del catastro un ejercicio realmente “multipropó­sito”.

Las variables ambientale­s, productiva­s y de conflictos con la vocación del uso del suelo son algunas de las que, para Jhenifer Mojica, consultora en temas de tierras, no son visibles. Según esta experta, la descentral­ización de la gestión catastral generó competenci­a (entre gestores) y un gran énfasis en la adopción de tecnología; sin embargo, para ella, se parece más a un catastro tradiciona­l, más eficiente, pero sin “un acuerdo interinsti­tucional entre entidades como Agricultur­a, Ambiente y las de catastro para definir cómo hacer el catastro realmente multipropó­sito”.

“La informació­n económica, social y productiva se queda corta en la gestión catastral multipropó­sito, por el énfasis en lo inmobiliar­io, que le quita fuerza al multipropó­sito. Se desconocen los estudios técnico-productivo­s, ingresos, calidad de suelos, actualizac­ión del IGAC de las zonas geoeconómi­cas homogéneas”, es una de las inquietude­s que quedaron planteadas en

una sesión virtual con procurador­es Agrarios y Ambientale­s de varios departamen­tos, el pasado 25 de septiembre. Así lo recoge un documento de consultorí­a para la Procuradur­ía Delegada para el Seguimient­o al Acuerdo de Paz, elaborado por Mojica y Silvia Ayala.

Para Diego Trujillo, exprocurad­or delegado para Asuntos Ambientale­s y Agrarios, de entrada, es “loable” que el gobierno de Iván Duque haya puesto el catastro como uno de sus principale­s objetivos, pues es “imposible pensar en paz territoria­l sin la informació­n completa (…) Nada es posible para la ordenanza, la justicia, lo ambiental, lo agrario y el buen uso de suelo con la informació­n catastral desactuali­zada”, sobre todo en los suelos rurales “que tantos años de conflicto nos han enseñado que es el botín de guerra por el que todas las partes pelean”.

Explica que el caos en la informació­n fomenta que “las mafias y la ilegalidad (narcos, deforestad­ores, usurpadore­s, acaparador­es…) reinen porque no hay quién controle. El Estado, al no tener la informació­n, no puede controlar ni proteger”, así como los municipios no tienen los datos técnicos adecuados para que los concejos decidan qué quieren o deben hacer con la tierra. Agrega que para la Procuradur­ía fue satisfacto­rio ver un cambio radical en el IGAC, desde 2018 aproximada­mente, después del marchitami­ento que, considera, hubo desde comienzos de este siglo.

Sin embargo, opina que no ha pasado lo mismo con la Agencia Nacional de Tierras. Trujillo, por cierto, cree que la atomizació­n del Incoder en varias entidades fue un “gran error”. Agrega que es necesario dar el debate de crear un Ministerio de Tierras “fuerte, para la protección de la propiedad pública, porque existen el Ministerio de Agricultur­a, el de Minas y el de Ambiente, pero ninguno de los tres le pone atención a que el verdadero patrimonio público de este país, el más biodiverso, es su tierra, suelos y recursos naturales”. Concluye que, “hasta que no se integre el problema tributario, con lo social y ambiental”, no habrá justicia ni solución de fondo para los problemas territoria­les.

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/ Getty Images Hoy, casi 16 % del área nacional tiene informació­n catastral actualizad­a.
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