¿Quién decidirá por Ecuador?
Ecuador aparece en la pantalla regional con expectativa y preocupación. Las elecciones presidenciales y legislativas abren el camino para ocho procesos electorales que ocurrirán en América Latina a lo largo de 2021. El país viene de una historia de larga y difícil transición, el próximo gobierno recibirá un país que se ha desplomado. Entre 2007 y 2017 Ecuador vivió la era del correísmo, cuya ancla fue la Revolución Ciudadana. En aquel entonces, América Latina disfrutaba del alto valor de los commodities y políticas públicas de redistribución de renta, acompañadas de avances significativos en salud, educación e infraestructura.
Cuando se habla de acciones simbólicas del correísmo aparecen el cierre de la base de Manta, el enfrentamiento con empresas petroleras, el asilo político a Julián Assange, la inauguración de la sede de Unasur en suelo ecuatoriano, varias de esas muy audaces medida para enfrentar al establishment interno e internacional, fueron tildadas de autoritarias y populistas.
Se fue Correa y se desconoció su revolución ciudadana. Tan pronto Lenín Moreno llegó al poder, demostró que jamás había estado conforme con las principales directrices de su antecesor. Lenín Moreno gradualmente se ganó el descontento del pueblo ecuatoriano. En 2019, distintos segmentos de la sociedad ecuatoriana tomaron las calles para protestar contra sus medidas.
En la primera ola de la pandemia, las imágenes de un Ecuador en las manos del COVID-19 que los azotó sin piedad conmocionó al mundo y, en las últimas semanas, la mala gestión de Moreno para garantizar las dosis necesarias de vacuna ha bajado aún más su popularidad. Junto con Perú, Ecuador lidera el índice de mayor número de muertos por habitantes.
El Fondo Monetario Internacional anuncia que el decrecimiento de Ecuador podría alcanzar una cifra del 11 %. Con una economía dolarizada y una fuerte dependencia de sus exportaciones de petróleo y una deuda externa significativa el panorama inmediato de ese país presenta innumerables retos y desafíos.
La disputa de la segunda vuelta electoral en Ecuador seguramente será entre la Alianza para la Esperanza, de Andrés Arauz, un discípulo de Correa y Guillermo Lasso, representante del sector financiero, o Yaku Pérez, del movimiento Pachakutik. Observadores internacionales indican ciertas irregularidades en el proceso electoral. Pareciera ser que el sálvese quien pueda en Ecuador podrá traer sorpresas no gratas para el país y la región.