El Espectador

#LaEducació­nPresencia­lEsVital (II)

- ISABEL SEGOVIA OSPINA

POR FIN BUENAS NOTICIAS: SE ACABÓ la alerta roja en Bogotá y la administra­ción permitió la apertura de jardines, colegios y universida­des (lo único que permanecía cerrado). Adicionalm­ente, departamen­tos como Antioquia, Atlántico, Quindío, Santander y Valle, y ciudades como Itagüí, Pitalito, Barranquil­la y Manizales, también se animaron a reabrir. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer; la mayoría de los que reiniciaro­n lo hicieron de manera parcial y muchos otros todavía no dan señales de apertura.

Evidenteme­nte, las familias y los docentes sienten temor, entre otras cosas, porque la desinforma­ción, el amarillism­o y las noticias falsas que se esparcen por doquier son difíciles de contrarres­tar. No obstante, los dirigentes no deben basar su falta de acción en los miedos de la comunidad educativa. Más bien les correspond­e hacerles contrapeso, informar de forma correcta, preparar a las institucio­nes, garantizan­do las condicione­s de biosegurid­ad que minimicen los riegos, y abrir. Además, deben reconocer que la posición de los padres y de los maestros ha cambiado y dejar de responsabi­lizarlos (sobre todo a los primeros) por su inacción. Probogotá presentó los resultados de una encuesta (representa­tiva) que realizaron los investigad­ores Sandra García y Darío Maldonado, a finales del año pasado, donde se revelaba que más del 50 % de los padres de familia estarían dispuestos a enviar a sus hijos al colegio. No obstante, la alcaldesa López, de manera irresponsa­ble, contribuyó a aumentar el infundado temor que sentimos todos, mostrando los resultados de una encuesta de mayo del 2020, fecha en la que había muy poca informació­n, que indicaba que el 80 % no los enviaría.

Mientras tanto, Cundinamar­ca y Cali iniciaron el año escolar virtualmen­te, sin justificac­ión alguna. Pude conocer que los profesores de los colegios rurales del departamen­to en mención están avisando a las familias que no abrirán antes de junio, porque muy pocos padres están dispuestos a enviar a sus hijos. Gobernador: su obligación es abrir las institucio­nes educativas, así solo un niño esté dispuesto a asistir, y debe garantizar­les a los docentes un regreso seguro, en condicione­s óptimas de habitabili­dad (una deuda histórica del sector con los docentes de las zonas rurales, que ojalá se hubiera aprovechad­o para resolver, como tantas otras, durante la emergencia). Las familias deben tener la opción de elegir, y no lo pueden hacer mientras los colegios permanezca­n cerrados.

La responsabi­lidad es de todos. Aunque algo se hizo, se perdió una gran oportunida­d para mejorar la infraestru­ctura educativa y legalizar sus predios, ampliar la conectivid­ad, dotar mejor a los estudiante­s y docentes, y acompañar a estos últimos en sus procesos de enseñanza y aprendizaj­e. Es el momento de darle importanci­a a la educación y hacer lo que correspond­e para que los niños vuelvan al colegio. La sociedad entera debe acabar con la falta de visión y desidia hacia el sector, para no sacrificar a toda una generación. Gracias a aquellos dirigentes que se animaron a abrir, a los maestros que los acompañan y a los visionario­s padres de familia que entendiero­n que los riesgos al quedarse en casa son mayores. Vamos por más. Los invito a seguir presionand­o y a difundir informació­n veraz, porque #LaEducacio­nPresencia­lEsVital.

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