Milena Trujillo,
de Estamos Listas, habla del plan del movimiento feminista que nació en Medellín y que busca llegar a todo el país con una lista a Congreso y apoyando una candidatura presidencial femenina.
Más de 800 mujeres en Medellín se atrevieron a soñar en grande que la política, en el país, sí se puede hacer de forma distinta. El fin de semana pasado, el movimiento feminista Estamos Listas, que irrumpió en la escena local en las elecciones de 2019 con lista al Concejo de la ciudad y a la junta administradora local del corregimiento de Santa Elena, votaron para expandirse en Antioquia y Colombia. Eso significa que se presentarán en las elecciones parlamentarias buscando la personería jurídica para constituirse en partido político e impulsando una candidatura feminista a la Presidencia. Milena Trujillo, integrante del movimiento, explica la decisión, cómo proyectan el funcionamiento de su gobierno abierto y cuáles son los círculos de la confianza a escala nacional.
¿Qué pasó este fin de semanacuando decidieron extenderse como movimiento nacional?
Hace un año, en asamblea anual, se había autorizado por parte de todas iniciar la exploración para este camino de expansión. Eso implicaba iniciar conversaciones con mujeres del resto del país y del departamento de Antioquia, y empezar a mirar cómo podría ser y cómo estaban esos ánimos.
Una de las opciones era ampliar nuestro movimiento a lo nacional. Esa fue la que ganó, y significa que participaremos de las elecciones al Congreso, con lista al Senado y Cámara, no necesariamente integrada solo por mujeres de Estamos Listas. Estamos abiertas a hacer alianzas con otras mujeres. Además, también avalamos que el movimiento haga una aclamación de una candidatura presidencial feminista que, de nuevo, no significa que sea alguien de nosotras.
¿Con esta decisión le van a apuntar a conseguir la personería jurídica y convertirse en partido político?
Sí, la idea es ganar una curul en la Cámara por el departamento de Antioquia o una en Senado para consolidarnos como partido.
En esa etapa explotoria, ¿qué identificaron como los principales retos de llegar a todo el país?
Ahora hay más ganas que miedos. Esto supone muchos retos a la hora de expandir el trabajo, pero creemos que, con el método que hemos ido construyendo para llegar a ocupar cargos de poder político, podemos lograrlo. Igualmente, desde los territorios, cada grupo de mujeres será el encargado de leer su contexto y las posibilidades que hay allí, asimismo, estos ya tienen un trabajo caminado y unas agendas locales que, como movimiento, asumiremos e impulsaremos. Bajo ese entendido, como movimiento en conjunto asumiremos y afrontaremos cada situación que se nos presente.
¿Cómo la metodología de ustedes, de un gobierno abierto, de una democracia interna, de los círculos de confianza, se va a expandir por el país?
Aún no puedo dar detalles, porque esto lo estamos construyendo apenas, tras la decisión. Lo que tenemos de base es nuestra experiencia en Medellín, por lo que la ampliación debe continuar con nuestros principios, siendo la confianza uno de los principales. Por ejemplo, las decisiones más importantes son de todas las integrantes del movimiento, son decisiones asamblearias, que se toman a través de nuestra plataforma de gobierno abierto, que, pese a la pandemia y los obstáculos que se presentaron, nos funcionó. A través de esta plataforma decidimos acerca de nuestra concejalía colectiva, que representa Dora Saldarriaga. Esta metodología nos ha permitido no depender de nadie y no deberle favores a nadie. Es decir, somos autónomas en lo económico e independientes en lo político. Eso queremos ofrecerle al país.
Además de las organizaciones de mujeres, ¿hablaron con alguna con incidencia política?
Hemos hablado con Ángela María Robledo y Francia Márquez. En ellas está el corazón de Estamos Listas. Ángela tomó una decisión de estar en la bancada de la esperanza. Francia en este momento es precandidata a la Presidencia. Entonces, por ahora, están en otros términos las conversaciones. No estamos cerradas a hablar con más mujeres y vamos a ver qué sucede. Seguimos conversando, seguimos en exploración de estos escenarios, de cara a todo el movimiento, que decidirá al respecto después.
¿Cómo se van a ver representadas otras poblaciones históricamente discriminadas?
Aquí cabe todo tipo de mujeres, y la diversidad siempre nos ha acompañado y enriquecido. No hay una diferencia entre las posibilidades de una u otra para acceder u ocupar las listas o ser parte de las comisiones de trabajo o del consejo político del movimiento. Es más, trabajamos potenciando toda esa diversidad. Por ejemplo, la lista al Concejo de Medellín estuvo conformada por tres mujeres negras, una abiertamente lesbiana, un hombre trans, jóvenes y adultas. Al Congreso, creemos que en algunos lugares será mayoritaria la conformación de listas de mujeres negras, mujeres indígenas, mujeres diversas sexualmente.
¿Qué mensaje creen que les enviaron a partidos tradicionales con el anuncio y con la forma como vienen haciendo política, que le apuesta a lo colectivo sobre lo individual?
Nosotras hemos venido dando mensajes desde hace tiempo de que la política puede hacerse diferente, de que la política no necesariamente es fea y que a la hora de ejercer el poder no es requisito ser hombre, corrupto, violento o que tiene que venderse o ceder a los principios u olvidarse de las personas que eligieron y no rendir cuentas. Nosotras eliminamos los egos y los personalismos de nuestro chip. Cuando decidimos conformar la lista al Concejo, lo hicimos pensando en la democracia interna, entonces todas las integrantes eligieron la lista y su orden. Eso es ejercer el poder de forma colectiva.
Ustedes hablan de un Estado feminista, ¿qué significa?
A diferencia de la forma de Estado que vivimos en Colombia, el Estado feminista implica poner la vida en el centro de la política, asumir como una responsabilidad primaria la erradicación de la desigualdad estructural, gobernar desde las periferias y no necesariamente desde el centro político y administrativo del país, y conformar un liderazgo donde estén todas las mayorías sociales que han sido explotadas, oprimidas y apartadas de las decisiones. Creemos que la política no tiene que estar monopolizada por los mismos y por las mismas, y que allí es que este movimiento tiene el papel fundamental de llevar a las mayorías sociales allí a gobernar y a ocupar todos esos cargos. Y hacerlo para el conjunto y para el beneficio de todas las personas de este país.