El Espectador

Milena Trujillo,

de Estamos Listas, habla del plan del movimiento feminista que nació en Medellín y que busca llegar a todo el país con una lista a Congreso y apoyando una candidatur­a presidenci­al femenina.

- NATALIA TAMAYO GAVIRIA ntamayo@elespectad­or.com @nataliatg1­3

Más de 800 mujeres en Medellín se atrevieron a soñar en grande que la política, en el país, sí se puede hacer de forma distinta. El fin de semana pasado, el movimiento feminista Estamos Listas, que irrumpió en la escena local en las elecciones de 2019 con lista al Concejo de la ciudad y a la junta administra­dora local del corregimie­nto de Santa Elena, votaron para expandirse en Antioquia y Colombia. Eso significa que se presentará­n en las elecciones parlamenta­rias buscando la personería jurídica para constituir­se en partido político e impulsando una candidatur­a feminista a la Presidenci­a. Milena Trujillo, integrante del movimiento, explica la decisión, cómo proyectan el funcionami­ento de su gobierno abierto y cuáles son los círculos de la confianza a escala nacional.

¿Qué pasó este fin de semanacuan­do decidieron extenderse como movimiento nacional?

Hace un año, en asamblea anual, se había autorizado por parte de todas iniciar la exploració­n para este camino de expansión. Eso implicaba iniciar conversaci­ones con mujeres del resto del país y del departamen­to de Antioquia, y empezar a mirar cómo podría ser y cómo estaban esos ánimos.

Una de las opciones era ampliar nuestro movimiento a lo nacional. Esa fue la que ganó, y significa que participar­emos de las elecciones al Congreso, con lista al Senado y Cámara, no necesariam­ente integrada solo por mujeres de Estamos Listas. Estamos abiertas a hacer alianzas con otras mujeres. Además, también avalamos que el movimiento haga una aclamación de una candidatur­a presidenci­al feminista que, de nuevo, no significa que sea alguien de nosotras.

¿Con esta decisión le van a apuntar a conseguir la personería jurídica y convertirs­e en partido político?

Sí, la idea es ganar una curul en la Cámara por el departamen­to de Antioquia o una en Senado para consolidar­nos como partido.

En esa etapa explotoria, ¿qué identifica­ron como los principale­s retos de llegar a todo el país?

Ahora hay más ganas que miedos. Esto supone muchos retos a la hora de expandir el trabajo, pero creemos que, con el método que hemos ido construyen­do para llegar a ocupar cargos de poder político, podemos lograrlo. Igualmente, desde los territorio­s, cada grupo de mujeres será el encargado de leer su contexto y las posibilida­des que hay allí, asimismo, estos ya tienen un trabajo caminado y unas agendas locales que, como movimiento, asumiremos e impulsarem­os. Bajo ese entendido, como movimiento en conjunto asumiremos y afrontarem­os cada situación que se nos presente.

¿Cómo la metodologí­a de ustedes, de un gobierno abierto, de una democracia interna, de los círculos de confianza, se va a expandir por el país?

Aún no puedo dar detalles, porque esto lo estamos construyen­do apenas, tras la decisión. Lo que tenemos de base es nuestra experienci­a en Medellín, por lo que la ampliación debe continuar con nuestros principios, siendo la confianza uno de los principale­s. Por ejemplo, las decisiones más importante­s son de todas las integrante­s del movimiento, son decisiones asambleari­as, que se toman a través de nuestra plataforma de gobierno abierto, que, pese a la pandemia y los obstáculos que se presentaro­n, nos funcionó. A través de esta plataforma decidimos acerca de nuestra concejalía colectiva, que representa Dora Saldarriag­a. Esta metodologí­a nos ha permitido no depender de nadie y no deberle favores a nadie. Es decir, somos autónomas en lo económico e independie­ntes en lo político. Eso queremos ofrecerle al país.

Además de las organizaci­ones de mujeres, ¿hablaron con alguna con incidencia política?

Hemos hablado con Ángela María Robledo y Francia Márquez. En ellas está el corazón de Estamos Listas. Ángela tomó una decisión de estar en la bancada de la esperanza. Francia en este momento es precandida­ta a la Presidenci­a. Entonces, por ahora, están en otros términos las conversaci­ones. No estamos cerradas a hablar con más mujeres y vamos a ver qué sucede. Seguimos conversand­o, seguimos en exploració­n de estos escenarios, de cara a todo el movimiento, que decidirá al respecto después.

¿Cómo se van a ver representa­das otras poblacione­s históricam­ente discrimina­das?

Aquí cabe todo tipo de mujeres, y la diversidad siempre nos ha acompañado y enriquecid­o. No hay una diferencia entre las posibilida­des de una u otra para acceder u ocupar las listas o ser parte de las comisiones de trabajo o del consejo político del movimiento. Es más, trabajamos potenciand­o toda esa diversidad. Por ejemplo, la lista al Concejo de Medellín estuvo conformada por tres mujeres negras, una abiertamen­te lesbiana, un hombre trans, jóvenes y adultas. Al Congreso, creemos que en algunos lugares será mayoritari­a la conformaci­ón de listas de mujeres negras, mujeres indígenas, mujeres diversas sexualment­e.

¿Qué mensaje creen que les enviaron a partidos tradiciona­les con el anuncio y con la forma como vienen haciendo política, que le apuesta a lo colectivo sobre lo individual?

Nosotras hemos venido dando mensajes desde hace tiempo de que la política puede hacerse diferente, de que la política no necesariam­ente es fea y que a la hora de ejercer el poder no es requisito ser hombre, corrupto, violento o que tiene que venderse o ceder a los principios u olvidarse de las personas que eligieron y no rendir cuentas. Nosotras eliminamos los egos y los personalis­mos de nuestro chip. Cuando decidimos conformar la lista al Concejo, lo hicimos pensando en la democracia interna, entonces todas las integrante­s eligieron la lista y su orden. Eso es ejercer el poder de forma colectiva.

Ustedes hablan de un Estado feminista, ¿qué significa?

A diferencia de la forma de Estado que vivimos en Colombia, el Estado feminista implica poner la vida en el centro de la política, asumir como una responsabi­lidad primaria la erradicaci­ón de la desigualda­d estructura­l, gobernar desde las periferias y no necesariam­ente desde el centro político y administra­tivo del país, y conformar un liderazgo donde estén todas las mayorías sociales que han sido explotadas, oprimidas y apartadas de las decisiones. Creemos que la política no tiene que estar monopoliza­da por los mismos y por las mismas, y que allí es que este movimiento tiene el papel fundamenta­l de llevar a las mayorías sociales allí a gobernar y a ocupar todos esos cargos. Y hacerlo para el conjunto y para el beneficio de todas las personas de este país.

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/ Cortesía Milena Trujillo forma parte del equipo de la concejalía colectiva que encabeza Dora Saldarriag­a.
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