De Ecopetrol a Ecoenergía
Acierta su editorial del 14 de febrero, titulado “De Ecopetrol a Ecoenergía”, cuando afirma que “el futuro a corto plazo de (la empresa) tiene que ser eléctrico” y subraya que, para garantizar la continuidad de sus cuantiosos aportes fiscales al Estado, Ecopetrol debe convertirse en una compañía de energías limpias antes que dedicarse a “buscar más petróleo”.
Pero esa es, cabalmente, la actividad prioritaria del presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón, a juzgar por el contrato que firmó el pasado día de Navidad (¿o noche?) con la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), con el objeto de desarrollar el primer Proyecto Piloto de Investigación Integral (PPII) sobre fracturamiento hidráulico (fracking), el cual sería adelantado por una empresa de propiedad mixta que pretende su aprovechamiento comercial, según afirma Juan Pablo Ruiz en su columna de El Espectador del 6 de enero de 2021.
¡Vaya! ¿Se planea, de paso, contrariar la decisión del Consejo de Estado que solo asigna una función investigativa, no comercial, a tales Proyectos Piloto? Pero los astros no están alineados con el
fracking, señor Bayón. Eventos como el Acuerdo de París —suscrito por Colombia y al que regresó EE. UU. con Joseph Biden—, por el cual los países firmantes se comprometen a desarrollar fuentes alternativas de energía limpia para 2030, los avances de China en lo relacionado con fuentes alternativas de energía y el Pacto Verde en la Unión Europea presionan una caída del empleo de combustibles fósiles. Se considera que el pico mundial de la demanda de petróleo ocurrirá antes de 2030 y a partir de ahí se vivirá una constante caída de su precio, que paralizaría los pozos de fracking en EE. UU., Argentina y los proyectados en Colombia.
Por su parte, José Fernando Isaza, exministro y expresidente de Ecopetrol, en su columna de El Espectador titulada “La amenaza del fracking para los acuíferos del país” ( 2020), afirma que “el proceso de fracturación hidráulica es altamente consumidor de agua (…). La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos señala que en una muestra de 19.616 pozos de petróleo no convencional el consumo promedio por pozo fue de 4,3 millones de litros, con valores máximos de 22,9 millones de litros. El agua utilizada vuelve a la superficie, otra se inyecta y la que no se inyecta al esparcirse en la superficie penetra, contaminando los acuíferos superficiales y los de baja profundidad…”. Ante el cuadro apocalíptico que presenta el fracking, no deja de ser buena noticia, como dicen ustedes, la oferta que hizo Ecopetrol para adquirir ISA, como quiera que se trata de un paso adelante en la reconversión de Ecopetrol en empresa de energía, ahora que Joseph Biden anuncia una política de protección a las inversiones verdes y “mucha atención y dinero se ha gastado en encontrar nuevos pozos de petróleo y en fomentar el fracking”, como dice su editorial. Samuel Camargo Hidalgo.
Ingeniero, UN.