El Espectador

Temperamen­tos

- LA TRIBUNA DE MAROCCO ANDRÉS MAROCCO

En el proceso de formación del deportista-futbolista, que tantas veces hemos tocado, hay que incluir sin pensarlo tanto un departamen­to de psicología. Como la mayoría de nuestros atletas tuvieron una infancia difícil, es más que justificab­le la sugerencia. Si nos metemos de lleno en el fútbol, vamos a encontrar todavía más razones. Si fuera directivo de algún club que debería ser el de mis amores felinos, al diseñar el perfil de mi entrenador me inclinaría por el que tenga en su hoja de vida como mínimo un diplomado en temas de motivación y contención de jugadores. Ideal un título o especializ­ación en psicología deportiva, pero puede ser mucho pedir. Ya los hay en todo caso. Un ejemplo es el argentino Facundo Sava. Cada elemento es un ser humano diferente, que hay que abordar con mucho cuidado y tacto. No se puede tratar igual al talentoso que al que se esfuerza hasta el extremo para rendir porque no tiene suficiente­s cualidades técnicas; ni al temperamen­tal con el tímido o al que le sobra personalid­ad, y al que tuvo o tiene un hogar disfuncion­al con el que conforma una familia normal.

Toquemos cuatro casos puntuales en los que no se puede dejar de lado esta teoría, tres nuestros y uno extranjero. Empecemos por el sueco, que por exceso de personalid­ad ha tenido problemas en su carrera con técnicos y compañeros, pero que es un portento físico y futbolísti­co, Zlatan Ibrahimovi­c, quien no deja de sorprender con su habilidad y longevidad. No se puede discutir lo anterior, pero la falta de una guía desde sus inicios pudo haberlo conducido por un camino adecuado que no le causara tantos inconvenie­ntes de personalid­ad. Nuestro James Rodríguez es un crack que ha tenido que atravesar circunstan­cias difíciles siempre, que le llegó la fama en forma de avalancha sin darle margen de error para saber cómo reaccionar correctame­nte. El tercer “paciente” en desarrollo es Andrés Felipe Román, y lo que se viene en su vida después de la negativa de Boca Juniors para contratarl­o por un tema de salud. Juan Sebastián Serrano, el joven arquero de Alianza Petrolera que se comió un gol insólito contra en Cali, dando al traste con la victoria del aurinegro en el último minuto, lo golpeó de tal manera que salió llorando de la cancha.

Cuatro personalid­ades diferentes, pero con un común denominado­r, poca asistencia para la cabeza desde el inicio de sus carreras. Zlatan no lo tuvo todo desde el principio, incluso robaba bicicletas en Malmo y su exceso de carácter lo privó de ser aún más grande. Indomable y exitoso, un coctel explosivo. James, lleno de condicione­s, pero con aspectos de timidez e insegurida­d que le han cobrado lesiones y malas decisiones.

Román y Serrano, uno ya más experiment­ado que el otro, pero que acaba de sufrir una gran decepción en la llegada al club de sus sueños, que además terminó exponiendo ante el mundo su condición médica delicada, y el arquero pasa de héroe a villano en un par de segundos. Ambos necesitan ayuda calificada inmediata, está claro que no solo pasa en Colombia, pero es más frecuente; es adecuado apoyar la psiquis del atleta para formarlo mejor. Así tiene que ser.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia