El Espectador

“Hay que saber dibujar para evitar la ofensa”

Chócolo, como se le conoce, quien ganó el CPB a mejor caricatura periodísti­ca, dice que no es un cuentachis­tes, sino un crítico de la realidad colombiana.

- Hárold Gilberto Trujillo Torres, caricaturi­sta

Ganó el premio del Círculo de Periodista­s de Bogotá a mejor caricatura periodísti­ca por “La misma normalidad”. ¿Qué tan fácil es ser actual en un país en el que las noticias son siempre las mismas?

La caricatura es el arte de observar, como un voyerista, esta asombrosa realidad, así que el material del caricaturi­sta de opinión es la actualidad. Aquí los hechos son muy parecidos. Básicament­e, se podrían publicar las caricatura­s de hace veinte o treinta años, porque los temas que se tratan casi siempre son los mismos. En este país tan subdesarro­llado, tan violento, tan desigual y con una corrupción rampante cambian los nombres propios, los sujetos de la noticia, pero se mantiene la esencia de la realidad negra que nos tocó como colombiano­s.

“La misma normalidad” es una denuncia sobre el asesinato de líderes sociales, en medio de la pandemia. ¿Qué nos puede contar del proceso de creación?

Yo estoy pensado toda la semana, día y noche, en caricatura. Siempre he colaborado en periódicos de humor, pero no soy un cuentachis­tes, no soy comediante; soy un crítico y con esta realidad negra en la que vivimos siempre estoy pensando y asociando. Una de las virtudes humanas es el poder dibujar, que está asociado con la alegría, la paz, una mirada buena del mundo, lástima que el mundo no es bueno.

Hablando de normalidad, ¿cómo es su relación con este concepto, respecto a su vida, su trabajo?

Sinceramen­te, he sido bastante sedentario porque me gusta mucho dibujar y soy un hombre de la casa. Mis tiempos callejeros los disfruté durante mi juventud y desde que existe internet estoy teletrabaj­ando. Desde los años 90 trabajo en mi casa… bueno, la verdad es que desde antes, porque antes aprovechab­a el telefax para enviar mis caricatura­s. Así que para mí la normalidad o la nueva normalidad no ha cambiado mucho.

En estos días en los que se reclama lo políticame­nte correcto, ¿qué tan fácil es hacer humor crítico?

En un país como Colombia, que es políticame­nte violento, hay que saber decir las cosas y hay que saber dibujar para evitar la ofensa y procurar que el lector entienda. El reto es trabajar para crear una buena dosis de crítica, siempre con el humor, el buen humor.

A usted le gusta generar reflexión sobre temas difíciles . ¿Cree que el ejercicio de reflexiona­r se realiza fácilmente en estos tiempos donde todo sucede tan rápido?

Reflexiona­r ahora, en esta sociedad tan digital, tan rápida y en la que se reciben muchos estímulos, también se hace ágil, sobre todo con las altas dosis de malas situacione­s que nos da un país como el nuestro. Es tan sencillo como aplicar las viejas reflexione­s a esta voltereta porque, como dije, son las mismas historias con diferente nombre propio. Para un caricaturi­sta que, como yo, se mantiene pensando en caricatura, es relativame­nte fácil reflexiona­r.

Su nombre está frecuentem­ente en la lista de los premios. ¿Qué significan estos reconocimi­entos para usted?

Significan que soy bien leído, que me han entendido y que no estoy lejos de ser un crítico agradable para cierto rango de lectores que quieren conocer la interpreta­ción que tengo sobre diferentes aventuras de nuestros políticos. Me gusta mucho dar mi opinión sobre los desgobiern­os que me han tocado, y los premios me ponen feliz porque soy un opinador con cierto rango de importanci­a y me gusta porque da a entender que mi lectura de la realidad tiene efecto positivo en la mente de los lectores, de los espectador­es.

¿Cómo percibe usted la caricatura frente al meme?

El meme me encanta, los he realizado, pero el rollo con este formato es que no tiene autor, mientras que con mis caricatura­s yo me responsabi­lizo de lo que digo, de lo que interpreto y de lo que dibujo. El meme es como la evolución de la caricatura, refleja las ganas de la gente de opinar, y las redes sociales ofrecen esa posibilida­d… así que veo el meme como el confeti que se tira en la fiesta de las redes. Corre el riesgo de ser políticame­nte incorrecto, pero es un buen ejercicio para la gente a la hora de mirar su realidad.

¿Cómo ve el futuro de la caricatura?

La caricatura es aprovechar­se del entorno para hacer algo risible. Los colombiano­s somos muy buenos para eso, y con el material que nos da el día a día, pues veo que el futuro de la caricatura es próspero. Los caricaturi­stas no nos tenemos que preocupar porque vamos a tener trabajo hasta que podamos mover las manos y dibujar… en mi caso, seguiré hasta que pueda sostener el marcador, el lápiz o el pincel; voy a tener trabajo sin la necesidad de volverme universal. El humor es una cualidad humana y es bien universal, así que veo que en el futuro es posible que los periódicos tengan más caricatura que ahora.

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/ Sandra Díaz Chócolo dice que realizará caricatura­s hasta que pueda sostener el lápiz o el pincel.

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