El Espectador

Combos: los de arriba y los de abajo

- CRISTINA DE LA TORRE Cristinade­latorre.com.co

NO ES NOVEDAD, PERO EXASPERA la complacien­te liviandad de los mandamases para capear el fenómeno. El asedio al Estado en Colombia resulta del desgobiern­o, sí, pero procede desde flancos sociales opuestos, si bien signados por un propósito común: el asalto al poder. A él concurren el crimen organizado en combos y pandillas que suplantan las funciones del Estado en territorio­s remotos y en ciudades como Buenaventu­ra y Medellín; y combos de grandes empresario­s organizado­s en grupos económicos que colonizan el poder público y lo ordeñan para su propio peculio. En los de abajo se respira abiertamen­te la impronta de hegemonías mafiosas (de narcos y paras a menudo al servicio del notablato local, y de guerrillos) impuestas a sangre y fuego en medio siglo de guerra sucia, y de armados ilegales que llenaron el vacío del Estado ausente.

Por su parte, los grandes empresario­s practican un capitalism­o de compinches; arcaico, dirá el versátil profesor Diego Guevara: proclives al monopolio, desdeñan la sana competenci­a, no arriesgan un duro a la inversión y cifran su buena estrella en los favores del Gobierno; siempre dispuesto a privilegia­r a los tiburones más voraces en desmedro de millones de sardinas desamparad­as. Invaluable aquí la puerta giratoria para personajes que alternan puesto de mando en el Gobierno con sus negocios particular­es. Que así se lucran con informació­n privilegia­da (del Estado) o, en voltereta olímpica, abrazan al compadre que vienen de vigilar. Combos de arriba que cogobierna­n, la mira puesta sólo en la faltriquer­a, en veces a despecho del cuello blanco que podrá convivir con la corrupción y el abuso.

En este capitalism­o de compinches, derivan los empresario­s todas las ventajas y gabelas del poder público, las tributaria­s en particular. En 2020, el sector financiero pagó 1,9 % de impuestos sobre $121 billones de utilidades, las petroleras 7 % sobre $92 billones y las mineras 6 %, cuando por ley debieron pagar el 33 %. Por estos tres sectores, dejó el fisco de recibir $80 billones. Declara Hacienda que dará “tranquilid­ad a los mercados y a los inversioni­stas”, mientras prepara generaliza­ción del IVA; una puñalada al ya mísero ingreso de los pobres y vulnerable­s que suman 71,2 % de la población. Logros del gran poder empresaria­l en el Ejecutivo que, gracias a una ley de Duque, se extenderá ahora al Legislativ­o: la norma exime a los congresist­as de impediment­os para votar leyes en favor de las empresas que financian sus campañas electorale­s. Se redondea, pues, la captura corporativ­a del Estado.

Si exprimen al Estado los combos de arriba, los de abajo lo suplantan. Una investigac­ión adelantada por las universida­des de Chicago y EAFIT, en cabeza de Gustavo Duncan y Santiago Tobón, demuestra que las pandillas desempeñan las funciones del Estado, prácticame­nte en todos los barrios de ingreso medio y bajo de Medellín. En media ciudad. La delincuenc­ia vigila, cobra impuestos, administra justicia, controla la disciplina social. En ella manda la sofisticad­a estructura criminal de 350 combos reagrupado­s en 15 o 20 pandillas y goza de alguna legitimida­d. Aunque también presta servicios de sicariato y protección de su negocio al narcotráfi­co.

En amplias regiones del país se replica la acción de estos poderes fácticos. Muchas veces en el campo al tenor de empresario­s que así perpetúan su vieja alianza con el paramilita­rismo: combos de los dos niveles resultan cerrando aquí un círculo de cooperació­n. El Estado, por su parte, manoseando su propia legalidad, podrá cerrar otro círculo de cooperació­n con delincuent­es, hasta consagrar, verbigraci­a, la dictadura de un don Berna en la Comuna 13 de Medellín. ¿No será la cooptación de este homicida por el Estado en la Operación Orión, referente legitimado­r de los combos criminales que mandan en Medellín?

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia