El Espectador

Lenguaje no sexista: algunas considerac­iones (3.ª parte)

- MARÍA ALEJANDRA MEDINA C. mmedina@elespectad­or.com, @alejandra_mdn

UN RECURSO FRECUENTE EN LA BÚSqueda de un lenguaje no sexista es el desdoblami­ento léxico, es decir, hacer referencia a «ciudadanos y ciudadanas», etc. La RAE lo considera «una justa referencia a la presencia de la mujer» cuando se usa de forma «atinada y oportuna». Con esto se refiere sobre todo a los vocativos, por motivos de cortesía: «Buenas noches, damas y caballeros». También es útil en contextos de ambigüedad. Pensemos en algo como: «prohibidos los parrillero­s en moto» (¿incluye a las parrillera­s?).

No solo sobre los desdoblami­entos, sino respecto a casi cualquier alternativ­a de lenguaje no sexista, creo que hay cabida para la sensibilid­ad de cada persona: los hablantes tenemos el poder sobre la lengua, es decir, de ajustarla a nuestras necesidade­s. Pero también creo que la comunicaci­ón efectiva, fluida, que no dé lugar a equívocos, es deseable.

Si se opta por el desdoblami­ento, es necesario hacerlo con cuidado: «El odio entre los inquilinos» puede ser distinto a «el odio entre los inquilinos y las inquilinas». Asimismo, puede ser problemáti­co el uso de fórmulas como: «las y los profesores», pues el artículo femenino recae sobre un sustantivo masculino. Algo como «la responsabi­lidad es de los alumnos o las alumnas», por llevar una conjunción disyuntiva («o»), puede generar confusión. En ese caso, hay manuales que recomienda­n omitir el artículo: «la responsabi­lidad es de los alumnos o alumnas».

En conclusión, lo ideal es que el desdoblami­ento, sobre todo cuando pretende ser exhaustivo, no distraiga, canse o entorpezca la comunicaci­ón, mucho menos que cambie el sentido de lo que queremos decir. En vocativos, cuando pueda haber ambigüedad o en contextos históricam­ente discrimina­torios, creo que es adecuado. Próximamen­te, me referiré a otras alternativ­as.

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