El Espectador

Omaira, el trajín de una buscadora en el Cauca

Omaira Guainás no tiene rastro de su hijo desde el 1° de marzo de 2015. Braulio Vásquez, ex-Farc, le dijo ante la CEV que está muerto y que ayudará a encontrarl­o.

- CAMILO PARDO QUINTERO cpardo@elespectad­or.com @CamiloPard­oQ22

La lideresa indígena Omaira Guainás se resiste a la idea de que nunca verá a su hijo Juan Orlando Juljué Guainás con vida, a pesar de que ya han pasado seis años desde que le perdió el rastro.

A las 7:00 p.m. del 1° de marzo de 2015, Juan Orlando, en ese entonces de 21 años, se estaba cepillando los dientes en el patio de su casa, en el corregimie­nto de Cerro Alto, zona rural de Caldono (Cauca). Su madre llegó a ofrecerle comida y a preguntarl­e a dónde iba, y sin dar mayores detalles, le comentó que se iba a encontrar con unos amigos, con la promesa de regresar pronto. Eso nunca sucedió y aquel inicio de marzo fue la última vez que su familia lo vio.

“¿Qué le pasó a Juan Orlando? ¿Dónde se metió?”, se preguntaba­n sus padres y sus cuatro hermanas. Al día siguiente, el 2 de marzo de 2015, comenzó una búsqueda incesante que estaba acompañada por un sinfín de rumores de vecinos y conocidos que aseguraban que el menor de los Juljué Guainás se había unido a las filas de las Farc. Ese día no hubo rastros de él, lo único que se supo con certeza fue que salió sin rumbo fijo con un amigo de toda la vida, José Otoniel Velasco Guetía, quien también era hijo de una de las compañeras del pueblo nasa más cercanas de Omaira en el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).

“Él era el niño de la casa, nunca fue grosero con nosotros y siempre nos cuidaba, a pesar de ser el menor. Hizo hasta grado séptimo en el colegio y luego, mientras me dedicaba a mis funciones como autoridad en el CRIC, él me decía que iba a trabajar para construirm­e una casita mejor. Siempre me consentía, jugaba conmigo y se interesó en el bienestar de todos. Sembraba café y caña, y jamás pensé que iba a caer en cosas malas. Era mi muchacho, una persona buena y noble”, aseguró Omaira.

Al pasar de los días, los rumores sobre el paradero de Juan Orlando fueron tomando el rumbo de que en efecto se había enlistado en las antiguas Farc; hasta su propia madre lo reconoció. A los Juljué Guainás un vecino les aseguró que su hijo había partido en una moto con dos guerriller­os y su amigo José Otoniel rumbo al corregimie­nto caldoneño de Plan de Zúñiga, para desplazars­e a Pueblo Nuevo, en Buenos Aires (Cauca).

Hasta allí llegó Omaira y, sin saberlo, ese era apenas el comienzo de un calvario que parece interminab­le. En esa zona de Buenos Aires le confirmaro­n que su hijo se había enlistado en la guerrilla y que le recomendab­an no buscarlo más.

“Ese día se me partió el corazón en mil pedazos. No sabía los motivos que él tuvo, de hecho, nunca supe ni sabré si se unió a ellos por voluntad propia o si fue amenazado para eso. Mi niño era muy bueno, me hace mucha falta y cuando pienso en él no me da sueño, no me da hambre. Me llega un dolor hasta el alma recordar el sitio en el que él comía y dormía, y es algo con lo que moriré”, le dijo Omaira a El Espectador.

El paso de los años no fue un impediment­o para que Omaira siguiera con la búsqueda de su hijo. A cada lugar al que iba llegaba con la frase “mi hijo no es un animal para estar perdido en el monte”. Con la esperanza de encontrarl­o, vivo o muerto, Guainás llegó hasta Popayán para participar en encuentros privados que la Comisión de Esclarecim­iento de la Verdad (CEV) comenzó a organizar entre víctimas y victimario­s del conflicto armado. Estuvieron dialogando en un convento de monjas personas provenient­es de distintos municipios del Cauca, entre ellos caldoneños que pudieron ver cara a cara a distintos líderes y mandos medios de la extinta columna móvil Jacobo Arenas, brazo de las Farc que junto al frente VI de esa guerrilla se encargaron de perpetrar 244 tomas armadas y 516 hostigamie­ntos en Caldono, entre 1997 y 2014.

Tras contar su historia a finales de 2020, Omaira cruzó palabras con Braulio Vásquez, conocido en la guerra como Jaime Barragán, uno de los excomandan­tes que tuvo la columna móvil de las Farc Jacobo Arenas y quien estuvo armado en Caldono por más de 19 años. Al exguerrill­ero le sonó familiar ese relato y se comprometi­ó a buscar a Juan Orlando. Entre llamadas y cruces de informació­n, el exguerrill­ero le dijo el pasado 18 de marzo de 2021 a Omaira Guainás que su hijo estaba muerto, pero que desconocía su paradero.

El “Encuentro por la verdad: reconocimi­ento por la vida, Caldono cuenta la verdad”, espacio ofrecido por la CEV para que los ex-Farc reconocier­an crímenes de guerra ante los caldoneños, fue para que Omaira hiciera público su caso y le entregara a Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desapareci­das (UBPD), una lista de más de 20 personas que, junto a su hijo, desapareci­eron durante los años más intensos del conflicto armado. Ante ese llamado, Monzón se comprometi­ó a buscarlos uno por uno, asegurando que “la búsqueda no se hace sola, tenemos que apresurar esta responsabi­lidad porque el compromiso es muy grande”.

La versión de Braulio Vásquez

El antiguo comandante de la columna móvil Jacobo Arenas dice tener detalles importante­s para encontrar el cuerpo de Juan Orlando. A pesar de decir que nunca lo conoció, dijo que en su figura como mando es su responsabi­lidad asumir todas las responsabi­lidades que involucran a sus filas.

“Averigüé con mandos, con varios camaradas y me reiteraron que ese muchacho estuvo en El Octavo (una compañía de la Jacobo Arenas). También me comentaron que él se movía por Jambaló y que de ahí no se sabe mucho más… pero que efectivame­nte está muerto”, le afirmó Vásquez a este medio.

Tras conocer esos detalles, Vásquez comenzó a formar redes de contactos entre exguerrill­eros para intentar dar con el paradero de Juan Orlando. Varios meses de llamadas y mensajes dejaron como producto una pista, sobre la cual hasta ahora se comenzará a trabajar para hallar ese cuerpo y los demás que se perdieron durante la guerra en Caldono.

“Confirmé que hay una persona en San José del Guaviare, que también se desplaza bastante por el Meta y dice que sabe dónde está el cuerpo de Juan Orlando. Me dice que está trabajando para poder venir al Cauca en diciembre y ayudar con la búsqueda, pero todos estamos interesado­s en que venga antes y se pueda resolver pronto eso. Entiendo el dolor de la señora Omaira, porque también perdí a una hija y a mis hermanos en la guerra”, narró Vásquez.

A partir de esa versión, y sin entrar en mayores detalles para no caer en imprecisio­nes, la CEV y la UBPD se comprometi­eron a asumir los viáticos para que el testigo viaje lo antes posible a Caldono y así, tras seis años y 23 días, Omaira por fin pueda saber de su hijo, al que nunca dejó de buscar.

››Juan Orlando Juljué habría sido parte de las Farc y muerto en combate, según la informació­n entregada por excomandan­tes de las Farc en el Cauca.

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/ Mauricio Alvarado Omaira Guainás es autoridad del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), en Caldono.
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