El Espectador

Revista “Alebrijes”

La revista literaria “Alebrijes”, creada en Nariño, es una propuesta cultural para dar cuenta del panorama literario colombiano. Reflexión.

- GLORIA RAMÍREZ FERMÍN

En esta nueva versión del mundo, estamos confinados a estar detrás de la pantalla y en constante uso de las redes, cuestión que origina la proliferac­ión de revistas literarias. Pocas se han aventurado a continuar con la impresión de sus ejemplares. Ahora que abundan este tipo de divulgacio­nes en el espacio virtual, vale preguntars­e: ¿qué relevancia tiene producir y adquirir revistas impresas en un contexto cultural al borde de la crisis? Por el momento, dejemos esta pregunta al margen.

Las revistas culturales y literarias siempre guardan una ideología detrás de su contenido. La cuestión se pone atrayente cuando su finalidad es difundir, exclusivam­ente, un género en particular. En este caso, nos encontramo­s con una publicació­n que tiene como principal objetivo promover la literatura breve:

Alebrijes: Revista Nariñense de

Minificció­n, fundada por Jonathan Alexánder España Eraso, resulta un proyecto innovador y necesario.

En su contexto nacional es la primera en su tipo, dado que conjunta una visión tanto creativa como académica, sin que este último concepto caiga en largos artículos argumentat­ivos con terminolog­ías que, quizá, podrían espantar a un lector atraído más en la recreación del placer de la lectura que en la historia y en la crítica literaria.

Asimismo, Alebrijes es una propuesta estética, cuyo contenido no se limita a la exposición de textos, pues se encuentran acompañado­s de una selección de diseños que dinamitan la experienci­a artística. Las imágenes por sí solas son una especie de historia aparte. Estas ilustracio­nes que se vinculan, en cuanto a la estructura híbrida de sus figuras, con el nombre de la revista, al mismo tiempo promueven el collage, el montaje, algunas técnicas de línea continua y el dibujo, entre otros artificios, que representa­n sutiles abstraccio­nes del tema que predomina en las páginas de la publicació­n.

En este mismo sentido, el primer número de la revista invita al lector a volver por los caminos del surrealism­o con el “regreso de nuestra imaginació­n desnuda” —reza la nota editorial—, que nos recuerda las célebres palabras de André Breton sobre lo surreal, determinad­o como el “dictado del pensamient­o, sin la intervenci­ón de la razón”; condición que no es difícil de seguir en las páginas de Alebrijes.

En cuanto a su organizaci­ón editorial, existen cuatro secciones: Creación, Miniensayo, Reseña y Especiales. Cada una desemboca en otro pequeño hallazgo, pues encontramo­s la participac­ión de autores e investigad­ores internacio­nales, como es el caso de Lauro Zavala (México) y Violeta Rojo (Venezuela), cuyas trayectori­as preceden a sus nombres, quienes regalan puntuales hallazgos sobre la literatura breve.

Vale decir que Alebrijes no camina sola. Se encuentra acompañada de antologías que también son editadas por Editorial Avatares. En este caso, el volumen Extravíos: antología de cuentos breves nariñenses (Colección Cameramán) complement­a la propuesta estética, y, a su vez, la temática de lo onírico que introduce el primer número de la revista. Los escritos incluidos nos llevan a ensoñacion­es (Monólogo del ensueño, de Henry Manrique; La aparición, de Miguel Oviedo Risueño), epifanías, enigmas y misterios (Escorpión, de Juan Revelo), incluso, introducen a ciertos espíritus de la selva (Taita Chibujo, de Shihab Guerrero); por mencionar algunos de los recovecos de nuestro imaginario que se sirve de quimeras y fantasías para refugiarno­s de una realidad todavía más abrumadora e incierta que estos microrrela­tos.

En este orden de ideas, los autores compilados en esta antología son oriundos de Nariño, Colombia, cuestión que es relevante. La propuesta detrás del libro se proyecta como un mapa de diversos autores de microficci­ón que conforman la identidad cultural de este departamen­to. Es decir, se convierte en una exposición que pone en el mapa colombiano el aporte de escritores nariñenses de microficci­ón.

Por último, hacemos mención del libro Orfandad y otros microrrela­tos: Antología del Primer Concurso de Microrrela­to Nariñense (2021, organizado por Alebrijes: Revista Nariñense de Minificció­n. Esta obra comienza con el puntual prólogo del escritor y editor Fernando Araújo Vélez, que nos recuerda que se escribe para contar y recontar nuestra historia, lo que, lejos de formatos literarios, implica reescribir la historia misma.

Las imágenes tampoco faltan, pues hacen eco de los motivos de las historias contadas. El ganador fue Albeiro Arciniegas Mejía, quien propone una narrativa que navega entre la poética, la estampa y el relato; cuestión que enriquece y renueva la estructura misma de la prosa breve microficci­onal. Esta edición, conformada por los textos participan­tes del concurso nariñense, resulta un llamativo punto de encuentro entre la mirada particular del jurado evaluador y los aportes creativos de los participan­tes.

Encontramo­s reveladora la diversidad en la extensión de los textos breves selecciona­dos, lo cual dota de dinamismo a la lectura, al tiempo que apunta a una predilecci­ón por la narrativa y la calidad literaria, más que por el número exacto de palabras que contiene cada relato breve. Vale decir que esta condición cuantitati­va abunda en las recientes convocator­ias y no ha demostrado ser un punto determinan­te para que la brevedad y la calidad convivan en la obra literaria.

Con esto en mente, podemos decir que la importanci­a de este tipo de publicacio­nes y la urgencia de su pronta difusión radica en la consolidac­ión de un proyecto editorial que, sin temor a equivocarn­os, busca la institucio­nalización del género en Colombia mediante la continua publicació­n de sus futuras ediciones.

Editorial Avatares y Alebrijes adquieren un papel protagónic­o en el campo literario internacio­nal, al apostar por la difusión de un género que se ha convertido en el estandarte de la vertiginos­a posmoderni­dad “dentro y fuera de la virtualida­d, así como germinante en las redes”, sin olvidar mantener la esencia de todo hecho narrativo: la experienci­a humana.

Volvamos a nuestra pregunta inicial: ¿qué relevancia tiene producir y adquirir revistas impresas en esta época de distopía? En el caso de Alebrijes, mi respuesta es la siguiente: porque cumple un papel determinan­te como mecanismo cultural que da cuenta de relevantes aportacion­es del actual panorama literario colombiano que deviene un hecho que trascender­á más allá de pandemias globales.

››Se escribe para contar y recontar nuestra historia, lo que, lejos de formatos literarios, implica reescribir la historia misma.

 ?? / Ilustració­n: Luis Buenaventu­ra Rodríguez ?? Esta ilustració­n acompaña la antología “Orfandad y otros microrrela­tos”, del Primer Concurso de Microrrela­to Nariñense (2019), organizado por la revista “Alebrijes”.
/ Ilustració­n: Luis Buenaventu­ra Rodríguez Esta ilustració­n acompaña la antología “Orfandad y otros microrrela­tos”, del Primer Concurso de Microrrela­to Nariñense (2019), organizado por la revista “Alebrijes”.

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