El Espectador

Coma pescado colombiano

El año pasado la Semana Mayor coincidió con el inicio del confinamie­nto. En 2021, los acuicultor­es esperan desquitars­e y seguir destacándo­se en la producción y exportació­n agropecuar­ia.

- MARÍA ALEJANDRA MEDINA C. mmedina@elespectad­or.com @alejandra_mdn

En 2020, la mejor época para las ventas de los acuicultor­es, la Semana Santa, coincidió con el inicio del confinamie­nto. Después de cerrar el año como los grandes impulsores del PIB agropecuar­io, los productore­s esperan desquitars­e esta vez y que el consumo aumente cerca del 10 %. Ante el auge de importacio­nes de salmón, hacen un llamado para comprar producto colombiano, como la trucha.

La pesca y la acuicultur­a brillaron en 2020. Su producción, que creció 22,1 %, fue la que más impulsó el PIB agropecuar­io en Colombia el año pasado. Sin embargo, el sector no estuvo al margen de las dificultad­es que trajo la pandemia. La Semana Santa, la mejor época para las ventas, cayó justo cuando el confinamie­nto empezaba y todo era incertidum­bre. César Pinzón, presidente del gremio Fedeacua, afirma que los pedidos para la Semana Mayor de productos como la trucha cayeron más del 60 %, bajos niveles que se mantuviero­n por dos o tres meses.

La Semana Santa de 2021 llega con nuevos aires y la expectativ­a de que los niveles de consumo vuelvan a crecer. De acuerdo con Pinzón, se espera un repunte cercano al 10 % en comparació­n con 2019 (un año comparable). “Para la temporada de Semana Santa se prevé una muy buena oferta nacional y unas condicione­s de mercado favorables, tanto para el pescado de río como para el de mar y cultivo”, dijo el ministro de Agricultur­a, Rodolfo Zea.

Según el Ministerio, de la pesca artesanal proviene el 14 % del producto; de la pesca industrial, el 24 %; y del cultivo, el 61 %. “Entre los productos más apetecidos están la mojarra (tilapia), el pescado seco, el bagre rayado del Magdalena, la picuda y el mero, entre otros”, explica.

Pinzón, por su parte, señaló que los acuicultor­es mantienen su producción independie­ntemente de la época del año, lo que permite a algunas empresas abastecers­e para congelar y sacar el pescado a la venta en Semana Santa, de manera que no haya escasez o un repunte brusco de precios. De acuerdo con el Sistema de Informació­n de Precios del Sector Agropecuar­io (Sipsa), la tilapia fresca en las plazas de Bogotá, por ejemplo, ha subido de precio entre $1.000 y $3.000 desde comienzos de año (hasta los $10.000 a $12.700), con leves caídas entre febrero y marzo.

Por otro lado, se ve una tendencia al alza de la demanda por pescados importados como el salmón. “Por eso estamos promoviend­o el consumo nacional de nuestra trucha, que se compararía con ese tipo de pescado”, dice Pinzón. La tilapia, tanto este año como el anterior, se ha mantenido en buenos niveles. De hecho, fue el producto más sobresalie­nte en las exportacio­nes del año pasado: con respecto a 2019, se vendió 65 % más volumen, con un total de 7.024 toneladas, y 40 % más en valor (US$60 millones).

Las exportacio­nes para este año (el sector piscícola vende en el exterior cerca de 20 % de su producción) parecen aun mejores: “El pasado enero fue el mejor en la historia, 28 % mejor que el mismo mes en 2020 (cuando aún no se había declarado la pandemia)”, sostiene el presidente de Fedeacua.

El consumo per cápita de pescado en Colombia en 2020 se estimó en 7,8 kilogramos/año. Tanto en el mercado local como internacio­nal, los productore­s esperan seguir gozando de un auge que se explica en parte, según Fedecua,

por la tendencia a una alimentaci­ón más saludable en casa, en medio de la pandemia. Pese a los tropiezos de 2020, el sector parece estar retomando fuerzas. Para hacerse una idea, según la Autoridad Nacional de Acuicultur­a y Pesca (Aunap), entre 2010 y 2020 la producción acuícola aumentó 119 % (al pasar de 80.255 anuales a 175.580 toneladas).

Recomendac­iones del Ministerio de Agricultur­a a la hora de comprar pescado:

1. Los ojos deben ocupar toda la cavidad orbitaria y ser transparen­tes, firmes, brillantes, salientes y de pupila oscura.

2. La piel debe ser húmeda, tersa, adherida al músculo, sin arrugas ni laceracion­es, color y apariencia propia de la especie.

3. Las escamas tienen que estar unidas entre sí, bien adheridas a la piel, con brillo metálico, no viscosas.

4. Las branquias o agallas tienen que estar de color rosado a rojo intenso, húmedas y brillantes, con apariencia homogénea, sin sustancias viscosas, y con olor suave a mar.

5. La cavidad abdominal debe estar sin presencia de vísceras y limpia.

6. Las aletas tienen que estar en buen estado, completas, sin rasgaduras, no debe presentar laceracion­es o rupturas.

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/ Archivo El Espectador El año pasado, por el confinamie­nto, las ventas de algunos pescados cayeron más de 60 %.
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