LOS JÓVENES, EN LA MIRA DE LOS GRUPOS ARMADOS DEL NORTE DEL CAUCA
Desde 2019 han sido asesinados 50 jóvenes entre los 13 y 28 años en esta subregión. Un colectivo de jóvenes indígenas propone crear el cargo de consejeros juveniles del Cauca.
En lo que va del 2021, seis jóvenes indígenas del norte del Cauca, entre los 15 y 21 años, han sido asesinados por grupos armados que se disputan el territorio y el control del narcotráfico en la zona. El caso más reciente ocurrió el pasado 4 de abril en la vía que comunica a los municipios de Caloto y Toribío, donde fue asesinado Fernando Esneyder Lozada, de treinta años, uno de los escoltas del coordinador del Proyecto Nasa.
Entre marzo y abril, solamente en este municipio, también asesinaron al defensor Ramiro Ascué Yule y al comunero Juan José Rojas Fernández. El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) alertó que la situación de personas jóvenes de estos resguardos es cada vez más grave y que son ellos los que están en constante peligro por amenazas y atentados.
Jhoe Sauca, coordinador de Derechos Humanos del CRIC, aseguró que “las razones de estos hechos criminales son, principalmente, porque ellos se oponen al reclutamiento de menores de edad, tienen posturas críticas, controlan la minería ilegal y buscan asumir las riendas de sus comunidades”.
En este departamento se disputan el territorio las disidencias de las Farc, la guerrilla del Eln, un frente del Ejército Popular de Liberación, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y otros grupos paramilitares. Las columnas móviles de disidentes de las Farc, conocidas como Dagoberto Ramos y Jaime Martínez, están asentadas en el norte y centro del Cauca y enfocan sus acciones en los municipios de Suárez, Miranda, Buenos Aires, Santander de Quilichao, Corinto, Toribío, Caldono y Caloto, entre otros.
De hecho, el pasado 27 de marzo, frente a la Alcaldía de Corinto explotó un carro-bomba que dejó a 43 personas heridas. Hechos como ese hicieron resurgir el temor en la comunidad, que llevaba años sin presenciar actos terroristas. Un líder de Toribío, que prefirió no revelar su nombre por seguridad, explicó que la situación más crítica la están viviendo los resguardos del norte del Cauca y la región de Tierradentro (en los municipios de Belalcázar e Inzá), en donde el reclutamiento forzado y las intimidaciones han crecido notoriamente en los últimos años.
Pero la situación que más los tiene preocupados son los homicidios a jóvenes desde los trece hasta los treinta años que tienen roles de liderazgo en comunidades colectivas. Juan Manuel Camayo, jurídico del Tejido de Defensa a la Vida y los Derechos Humanos de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), aseguró que, en 2019, fueron asesinados 13 niños y jóvenes.
››En 2020 hubo 31 asesinatos a personas entre los 13 y 25 años en el norte del Cauca; 18 casos más que en 2019, cuando se presentaron 13 homicidios.
El año más crítico fue el 2020, cuando, en medio del confinamiento por la pandemia, asesinaron a 31 personas entre los 13 y 25 años. “La mayoría de ellos ya eran parte de las guardias indígenas o trabajaban junto a sus padres en el control territorial de los resguardos. Esos homicidios tienen una trazabilidad también por los roles de liderazgo que históricamente ejercían sus padres y hermanos”, dijo el líder.
Uno de los casos más impactantes el año pasado fue el de Daniel Steven Medina, un joven de 19 años, hijo de un guardia indígena del municipio de Toribío, que fue asesinado en la vereda La Despensa el 8 de julio del año pasado. De acuerdo con Camayo, “a pesar de su edad, él también era parte