El Espectador

Buenaventu­ra: primera búsqueda de desapareci­dos en el mar

El sistema de justicia transicion­al y organizaci­ones sociales recorriero­n el estero San Antonio, donde habría más de mil desapareci­dos. Allí se haría la primera acción en el país de búsqueda de personas desapareci­das en zona marítima.

- CAROLINA ÁVILA CORTÉS VALENTINA PARADA LUGO cavila@elespectad­or.com vparada@elespectad­or.com

Hay una historia de silencio sobre el estero San Antonio, el ecosistema de manglar ubicado en el suroriente de Buenaventu­ra (Valle del Cauca). Sus habitantes recuerdan que era un lugar para “vivir sabroso”: ir a pescar, nadar y pasar tiempo con la familia. En los barrios de las orillas se hacían trueques de comida y las casas se levantaron sobre palafitos, porque así era la conexión del pueblo negro con su territorio.

Ahora es un espacio de muerte, fosas y terror. “Muchos de nuestros muchachos los vimos embarcarse por el estero y nunca más volver”, aseguran. Los niños y niñas ya no van a nadar por miedo a encontrars­e con cuerpos desmembrad­os, y los adultos se protegen a través del silencio. Este sitio fue usado por los grupos armados, como el bloque Calima, el frente Pacífico, La Empresa y los Urabeños, como cementerio clandestin­o de sus víctimas desde mediados del año 2000.

Las organizaci­ones sociales de Buenaventu­ra estiman que hay más de mil cuerpos de personas desapareci­das en el fondo del estero. Fueron víctimas de las “casas de pique” que instalaron los grupos en varias comunas, como la 3, 4, 7 y 8, o eran amarrados de sus prendas de vestir a los manglares de la Isla Pájaro, hoy conocida por sus habitantes como la Isla Calavera.

El pasado lunes 12 de abril, cinco balsas recorriero­n el estero para realizar un acto simbólico por las víctimas de desaparici­ón forzada.

La principal iba decorada con los rostros de quienes siguen desapareci­dos y de allí salía música de tamboras y cununos. En las otras embarcacio­nes iban integrante­s de las organizaci­ones, familiares de desapareci­dos y tres representa­ntes del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición: Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desapareci­das (UBPD); Alexandra Sandoval, vicepresid­enta de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP), y Leyner Palacios, comisionad­o de la Comisión de la Verdad.

En la mitad del recorrido, en el que varias lideresas iban narrando sus historias de desaparici­ón y dolor, las cinco balsas se detuvieron en la Isla Calavera. Sus ocupantes le pidieron perdón a la madre tierra por la violencia que ha sufrido. Lanzaron sal, aceite, leche, semillas, viche y desde todas las balsas arrojaron flores hacia el mar.

Luego señalaron un pedazo destapado de esta isla donde se veían costales gigantes para contener el material que saldrá del proyecto de dragado en este estero. Con la obra, que es del Instituto Nacional de Vías (Invías) y el Consorcio San Antonio, se quiere aumentar 4,5 metros de profundida­d a lo largo de 6,4 kilómetros del estero para facilitar la navegación de embarcacio­nes y mejorar el comercio en el distrito. El contrato es por $15.114’136.556.

Los bonaverens­es, además de ser víctimas del conflicto, dicen que también son víctimas del desarrollo. El dragado intervendr­ía la tierra donde pueden estar los cuerpos sin identifica­r. Los podría succionar y destruir. Esa es la razón por la que las tres cabezas del sistema de justicia transicion­al estaban haciendo este recorrido.

Aunque actualment­e la obra se encuentra detenida, según lo confirmó a este medio el alcalde de Buenaventu­ra, Víctor Hugo Vidal, no es por las peticiones de la población, sino por problemas contractua­les que no especificó. “No creo que haya que escoger entre una cosa y otra (dragado o búsqueda de desapareci­dos). Ahí está el desafío, en cómo Colombia aprenderá a buscar desapareci­dos en un contexto como el de Buenaventu­ra: de esteros, manglares, de flujo de marea cada seis horas”.

Los casos de desaparici­ón forzada en el estero San Antonio, e incluso en otros lugares como el estero El Aguacate o en el Terminal de Contenedor­es de Buenaventu­ra (TCBuen), son un secreto a voces que no ha sido atendido por ninguna entidad para crear un plan de búsqueda o frenar el dragado. De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, al menos 779 personas han sido desapareci­das de manera forzada en Buenaventu­ra.

Por esta razón, diversas organizaci­ones de Buenaventu­ra, entre ellas la Corporació­n Memoria y Paz (Cormepaz), el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), el Proceso de Comunidade­s Negras, Madres por la Vida, Fundación Nydia Érika Bautista y la Comisión Interecles­ial de Justicia y Paz, le enviaron a la JEP tres solicitude­s de medidas cautelares para que protegiera temporalme­nte el estero San Antonio para buscar a los desapareci­dos.

En la informació­n entregada a la Sección de Ausencia de Reconocimi­ento de la JEP, las organizaci­ones mapearon algunos de los puntos donde se han encon

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/ Fotos: UBPD Como un acto simbólico de los pueblos negros, cinco balsas decoradas con globos, fotografía­s y mensajes recorriero­n el estero de San Antonio en memoria de sus desapareci­dos.

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