Con los crespos hechos
EL PASADO DOMINGO 11 DE ABRIL, CON el sorpresivo descalabro que el empresario y exbanquero Guillermo Lasso le propinó al izquierdista Andrés Arauz, varios quedaron con los crespos hechos. El primero en tener que morder el polvo de la derrota es Rafael Correa, sinvergüenza que llegó al poder en Ecuador con los recursos de las Farc. Tanto el padre de Correa como su suegro han sido señalados por tener vínculos con narcotraficantes. Otro gran derrotado es Nicolás Maduro, padrino y promotor del narcoterrorismo. Enorme tristeza también embarga al Eln y a la “Nueva Marquetalia” de Márquez
y Santrich. Hoy estos dos grupos, en un pretérito rivales, andan de fusil cogido. Todo indica que el amor es ciego y Santrich también. Sobra decir que otros grandes perdedores son el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, un verdadero zoológico de mamertos y “progres” que incluye entre sus más fervientes seguidores al “Señor de las Bolsas”, al indígena y luz de las letras Gustavo Bolívar, a Iván Cepeda, al expresidente
Samper y a un contubernio de izquierdistas de toda pelambre. Evo Morales dejó muy claro su sueño: “Si ganamos en Ecuador podremos reactivar la Unasur para hacer frente a la OEA… será el relanzamiento del progresismo latinoamericano”.
¿Qué le esperaba a Colombia en caso que hubiera triunfado Arauz? Una tenaza en extremo grave. Maduro y Arauz, con el dinero del narcotráfico y el apoyo de Cuba, de Correa y de todos los integrantes del Foro de São Paulo, lo que tenían en mente era potenciar en Ecuador al Eln y a las disidencias de Márquez y Santrich, complementando desde el Ecuador el segundo brazo de una poderosa tenaza política, logística y militar, con la finalidad de estrangular la democracia colombiana. Haga de cuenta el lector que en la frontera con el Ecuador se estarían replicando las mismas condiciones de guerra que hoy sobrevienen en Zulia, Táchira y Apure, en donde Maduro y el “Cartel de los Soles” le brindan al Eln y a la “Nueva Marquetalia” no solo impunidad total, sino que ponen a las Fuerzas Armadas venezolanas a perseguir a las disidencias distintas a las de Márquez y Santrich .Y no es que hoy no exista el narcotráfico en la frontera con Ecuador, pero no es política de Estado, como es en Venezuela. La revista Semana en reciente artículo señalaba:
“El Gobierno colombiano mantiene estrechos lazos de cooperación contra el terrorismo con el gobierno de Lenín Moreno. Tanto el presidente Iván Duque como Moreno tienen clara la presencia de disidencias de las Farc, el Eln y bandas criminales en la frontera entre los dos países, donde aprovechan para dedicarse al narcotráfico y al secuestro. Las autoridades en Colombia temen que el eventual retorno de un gobierno de izquierda populista en Ecuador llegue a entorpecer la lucha conjunta contra la criminalidad en la frontera, tal y como ocurrió cuando las Farc tenían sus campamentos en esa zona”.
Las sospechas de las autoridades colombianas eran fundadas. Arauz hubiera importado e implementado el modelo venezolano. Pero no solo en el campo militar y el apoyo logístico al narcotráfico se hubiera consolidado la tenaza contra la democracia colombiana. En el campo político, los miembros del Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla tenían (y siguen teniendo) toda la intención de hacer elegir al candidato de extrema izquierda, el “Señor de las Bolsas”. No para que Petro y el llamado “Pacto Histórico” asuman el poder por cuatro años, ni ocho, sino por dos y tres generaciones. Los soviéticos duraron 73 años, Cuba va para los 62 y Venezuela 22.