El Espectador

Deuda capitalina

Juan Mauricio Ramírez, secretario de Hacienda, asegura que no se necesitará una reforma tributaria para que la capital pague su deuda. Entonces, ¿cómo se planea hacer?

- DIEGO OJEDA dojeda@elespectad­or.com @DiegoOjeda­95

En 2020, Bogotá recibió la aprobación del cupo de endeudamie­nto más alto de su historia: $10,79 billones. En entrevista, el secretario de Hacienda, Mauricio Ramírez, explica cómo se planea pagar y cuáles serán los principale­s mecanismos para garantizar las tasas de interés más bajas. Este, junto con el “Plan Marshall” y el presupuest­o de 2021, son parte de los pilares para mantener la economía de la ciudad a flote.

Bogotá está próxima a cumplir seis meses desde que el Concejo aprobó el cupo de endeudamie­nto más alto de su historia: $10,79 billones. Este dinero, el Plan Marshall y el presupuest­o aprobado para 2021 son los pilares de la estrategia del Distrito para hacerle frente al impacto económico causado por la pandemia.

Entre noviembre y diciembre de 2020, la administra­ción de Claudia López usó el 2,29 % del cupo de endeudamie­nto; es decir, $231.000 millones. Junto con lo apropiado en el presupuest­o de 2021 ($3,1 billones), se estima que para el cierre del año se haya utilizado el 31 % de estos recursos.

Hasta el momento, el Distrito ha avanzado en financiaci­ones como la colocación de bonos por más de $956.000 millones (que se registró en febrero de este año), y el acuerdo que se logró con el Banco de Desarrollo de Alemania (KFW) para inyectar US$60 millones (cerca de $220.440 millones) a la Ciclo Alameda Medio Milenio.

También se está negociando un crédito de hasta US$250 millones (más de $918.000 millones) con la Multilater­al Investment Guarantee Agency (MIGA), organismo que hace parte del Banco Mundial. Si se concreta, sería un acuerdo histórico, pues, como lo explica José Roberto Acosta, director distrital de Crédito Público, el Banco Mundial nunca ha garantizad­o recursos a una subnaciona­l.

Pero que la ciudad disponga de $10,79 billones no se traduce en que los vaya a usar en su totalidad, ya que, como argumenta Juan Mauricio Ramírez, secretario de Hacienda, este cupo de endeudamie­nto funciona como el de una tarjeta de crédito: “Se usa en la medida en que las necesidade­s van siendo evidentes”.

El secretario detalla que dadas las caídas en el ingreso que se registraro­n el año pasado (Bogotá dejó de recibir $1,1 billones de acuerdo con la meta proyectada) y las esperadas para todo el cuatrienio, los cálculos indican que se necesita ese cupo para sacar adelante la inversión. No obstante, puede que la recuperaci­ón económica de la ciudad evolucione a un mayor ritmo, mejorando así el recaudo y evitando que se llegue al tope de la disponibil­idad de recursos.

Hay que recordar que con este cupo el Distrito asumió la responsabi­lidad de conseguir recursos que impacten lo menos posible la deuda de la ciudad. De allí que, aseguran, una de las vías que ha demostrado mejores resultados ha sido la de emisión de bonos. “Esta seguirá siendo una fuente importante, y más cuando en diciembre se nos reconoció como emisor conocido recurrente por la Superinten­dencia Financiera, siendo la primera ciudad en lograrlo. Eso nos abre las puertas al mercado de la emisión de bonos, que es muy transparen­te, eficiente y democrátic­o, para tener deuda en el mercado”, aseguró Acosta.

Esta es, pues, parte de la estrategia que tiene la administra­ción de Claudia López para mantener a flote la economía de la ciudad durante el cuatrienio. Sin embargo, una pregunta frecuente al respecto es: ¿cómo pagará Bogotá la deuda que asumirá con el cupo más alto de su historia? Mauricio Ramírez es explícito al decir que para hacerlo no se necesitará una reforma tributaria en la ciudad, como algunos vienen diciendo.

Según el funcionari­o, la actual base de contribuye­ntes de la capital no terminará pagando más impuestos, salvo aquellos sectores que evidenciar­on mayores ingresos en la cuarentena, como ciertas actividade­s relacionad­as con el comercio electrónic­o; incremento­s en el predial a inmuebles que tengan un avalúo catastral mayor a $1.092 millones, y otros contenidos en el Plan Marshall. Pero estos incremento­s serían insuficien­tes para responder a la deuda, pues se estima que su aporte en los próximos diez años sería cercana al billón de pesos; es decir, el 9,2 % de la totalidad del cupo.

Sin embargo, hay que recordar que estos recursos solo se pueden usar para planes de inversión. Bajo esa premisa, la apuesta del Distrito es que el faltante salga de toda la productivi­dad que se generaría tras el desarrollo de estos proyectos. En suma, más contribuye­ntes estarían generando más recaudos y, por consiguien­te, recursos para saldar la deuda. Al respecto, se espera que estas inversione­s jalonen la economía de la capital para crecer a una tasa del 4 % anual.

Es así como se estima que a la ciudad le tomaría al menos diez años pagar la deuda que asumiría con su actual cupo de endeudamie­nto. No obstante, para el secretario de Hacienda el problema no es endeudarse, ni a cuánto tiempo, sino si la inversión impactará positivame­nte la productivi­dad y si el pago de intereses no está causando problemas de liquidez a corto plazo. “Nosotros cumplimos con ambas cosas”, asegura.

Según el reporte de Ramírez, a pesar de la pandemia, la ciudad continúa teniendo unas finanzas saludables, pues el pago de intereses sobre su ahorro alcanza un 2,51 % y, si llega al tope del cupo de endeudamie­nto, alcanzaría un 8 %, que está muy por debajo del techo que establece la ley, que es el 40 %. De hecho, la capacidad de endeudamie­nto que tiene la capital es muy grande, porque históricam­ente ha tenido una caja favorable, debido a la buena cultura de pago que tienen los bogotanos.

Así las cosas, la acertada ejecución de estos recursos queda en manos del Distrito, sobre todo en inversione­s que mejoren la productivi­dad, y el darle mejor manejo a lo que resta de la pandemia, pues cada coletazo económico que acompaña a las oleadas del COVID ha implicado el cierre de negocios, un impacto en el desempleo y, a la larga, una enorme barrera para la recuperaci­ón económica de la capital. Si la situación no mejora, toda la estrategia podría fracasar.

‘‘El problema no es endeudarse, ni a cuánto tiempo, sino si la inversión que se hace está impactando positivame­nte a la productivi­dad”. Juan Mauricio Ramírez,

secretario de Hacienda.

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/ El Espectador Juan Mauricio Ramírez, secretario de Hacienda, resalta que la cultura tributaria de los bogotanos es prenda de garantía para la administra­ción.
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