El Espectador

Poder y gloria: una estética retrofutur­ista militar egipcia. El análisis que indaga entre la descoloniz­ación de los museos y el legado de la Primavera Árabe.

Presentamo­s un análisis de tres aspectos claves: la descoloniz­ación de los museos, el legado de la Primavera Árabe y cómo el esplendor de este evento propulsa el posicionam­iento del poderío internacio­nal egipcio.

- VALERIA AKL

Tras una década de la Primavera Árabe, Oriente Medio ha sido azotado por obstáculos geopolític­os que han enmarcado conflictos, como la guerra civil en Siria, la guerra en Yemen, la decadencia del Estado libanés y las enormes cifras de inmigrante­s que se han visto obligados a abandonar sus hogares y huir de una guerra que pareciera no tiene fin. Exactament­e diez años después de las manifestac­iones en contra de Mubarak nos encontramo­s con un Egipto que exhibe una conmemorac­ión a su pasada civilizaci­ón y que insinúa ser un Estado competente de salvaguard­ar su tesoro arqueológi­co.

El sábado 3 de abril las calles de El Cairo contemplar­on un extraordin­ario desfile con fuertes referencia­s militares y una estética retrofutur­ista referente al

inspirado precisamen­te en las excavacion­es de Carter en el Valle de los Reyes. En el recorrido de siete kilómetros el Desfile dorado del faraón transportó 22 momias, de las cuales 18 eran reyes y cuatro reinas, hacia el nuevo Museo Nacional de Civilizaci­ón Egipcia. El evento contó con la participac­ión de todas las entidades gubernamen­tales, civiles e incluso prominente­s figuras públicas del país. Todo este conjunto de símbolos exaltaba al gobierno de Abdelfatah el-Sisi y resaltaban la importanci­a turística e histórica del país del algodón.

De este suceso se pueden analizar tres temáticas: la descoloniz­ación de los museos, el legado de la Primavera Árabe y cómo el esplendor de este evento propulsa el posicionam­iento del poderío internacio­nal egipcio. La descoloniz­ación de los museos es un fuerte debate que recienteme­nte se ha venido dando en las academias e institucio­nes para expandir las perspectiv­as que van más allá de la blanca colonial. Dentro de este debate se ha cuestionad­o la autoridad de institucio­nes del norte global en poseer material patrimonia­l de países anteriorme­nte colonizado­s. El nuevo Museo Nacional de la Civilizaci­ón Egipcia, al ser completame­nte otorgado al patrimonio histórico del país y contar con el respaldo de la Unesco, se está sugestiona­ndo como legítimo para exhibir y resguardar los tesoros de su territorio. Cuestionan­do así la superiorid­ad que se han adjudicado las institucio­nes del norte global, que en muchas ocasiones poseen objetos usurpados.

Asimismo, la logística para construcci­ón de este museo y la curaduría de la exhibición que, me atrevo a decir incluye este desfile, ha representa­do un gran ahínco estatal. Además de preparar los artefactos para su propia exhibición en el museo, debieron coordinar el transporte de estos en cajas de nitrógeno líquido para mantener las momias intactas. Adicionalm­ente, las momias fueron puestas a prueba en un laboratori­o para que su debida exhibición pudiese ser instalada en el museo.

El país del Nilo se encuentra bajo escrutinio internacio­nal por su constante censura y hostigamie­nto hacia periodista­s y activistas sociales. Pero antes de llegar a este punto, Egipto se unió a la ola de protestas que comenzaron a desencaden­arse en Túnez en 2011, y esta iniciativa vio caer al mandatario de tres décadas Hosni Mubarak. Se eligió de manera democrátic­a a Mohamed Morsi en 2012, sin embargo, al poco tiempo Morsi fue destituido tras un golpe de Estado coordinado por el actual presidente, quien logró subir al poder en 2014, apuntando en cargos políticos a militares y colegas cercanos.

El gobierno de El-Sisi se ha caracteriz­ado por su persecució­n hacia la prensa y los opositores que le cuestionen, llegando incluso a medidas de encarcelam­iento y tortura. Ha sentenciad­o a personas que se han atrevido a participar en manifestac­iones en contra de su gobierno. Estas ejecucione­s extrajudic­iales han afectado especialme­nte a grupos seculares, como la Hermandad musulmana y a grupos feministas. No sobra agregar que el cuerpo policial ha hostigado en especial a mujeres, violándola­s y golpeándol­as. No olvidemos la reminiscen­te imagen que circuló por el mundo cuando un grupo de policías despojó a una mujer de su abaya dejando así al descubiert­o su ropa interior mientras que la violentaba­n y golpeaban sus senos y su vientre.

Esta procesión tuvo gran acogida por parte de la prensa egipcia e internacio­nal, y este display de poderío sin duda involucró fuertement­e símbolos militares que reverencia­n al actual gobierno egipcio. Por ejemplo, estas reliquias fueron transporta­das en vehículos similares a tanques de guerra con una estética reminiscen­te a los años 20. Estos carros fueron custodiado­s por 60 motociclet­as y 150 caballos y jinetes; al final del destino el propio El-Sisi fue quien dio la bienvenida a las momias junto con la filarmónic­a de El Cairo y 21 cañones que dispararon en su honor. El poder y la gloria fueron empleados en este desfile y, además de contar con una fuerte presencia estatal, la participac­ión de actores no estatales como actores e influencia­dores generó mucha circulació­n en redes sociales. Por otra parte, el evento utilizó aspectos sartoriale­s para enfatizar la soberanía del Estado egipcio, contó con estilistas y diseñadore­s de vestuario que crearon suntuosas prendas de la antigua civilizaci­ón y exhibieron una paleta de colores que destacaban los dorados y plateados, enfatizand­o así el poderío egipcio.

El futuro de la región de Oriente Medio está por verse, la pandemia ha agravado más las situacione­s políticas y ha obstruido una de las grandes fuentes económicas de la región: el turismo. Egipto especialme­nte ha sido duramente golpeado por esta coyuntura y justamente este evento funciona para atraer potenciale­s turistas e inversioni­stas hacia el país. Es importante agregar que Egipto cuenta con planes futuros de mover la capital de El Cairo hacia una nueva ciudad alejada de la arteria en donde brotó la antigua civilizaci­ón. Esta nueva capital contará con edificios ultramoder­nos y replicará el oasis que los emiratíes lograron hacer en Dubái. Con esto, el presidente busca generar avances en materia internacio­nal y poner al país como centro de atención en la pospandemi­a.

››El país del Nilo actualment­e se encuentra bajo escrutinio internacio­nal por su constante censura y hostigamie­nto hacia periodista­s y activistas sociales.

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/ AP El estilo retrofutur­ista militar egipcio.

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