Cambio climático y gestión empresarial
EL BIENESTAR DE LA HUMANIDAD ha aumentado en los últimos 150 años de manera exponencial. Sin embargo, este aumento ha sido posible, en todos los casos, gracias al aprovechamiento de los recursos naturales disponibles en cada momento.
La reciente cumbre por el Día de la Tierra, auspiciada por el presidente Joe Biden, deja un mensaje claro y contundente: la humanidad está decididamente comprometida en frenar el calentamiento global como condición necesaria para garantizar los niveles de bienestar actuales y futuros. Sin embargo, recurrir a esquemas que incluyen cooperación internacional es seguir manteniendo la solución del problema al margen de la iniciativa privada y la gestión empresarial.
Los avances en internalizar las causas del calentamiento global en la gestión de las principales actividades humanas, como la gestión pública y la gestión empresarial, abren la puerta a que la solución se transforme en una gran oportunidad de generación de conocimiento, empleo, valor y mejores condiciones de bienestar.
El mercado de cupos transables de emisión, actualmente en funcionamiento en la Unión Europea, brinda la oportunidad de involucrar la gestión empresarial en la solución efectiva del problema. Las empresas que no logran reducir sus emisiones a los niveles autorizados se ven obligadas a compensar su contaminación con acciones de absorción de gases efecto invernadero (GEI), que terminan involucrando actividades económicas orientadas a esta nueva función social remunerada. La globalización de este mercado permitiría el desarrollo exponencial tanto de soluciones basadas en tecnología para optimizar las reducciones, como de aquellas soluciones basadas en naturaleza destinadas a absorber las emisiones restantes. En ambos casos, la gestión empresarial es la forma conocida y probada de generar escenarios de convergencia para la inversión.
En el caso colombiano, nuestra responsabilidad en las emisiones globales de GEI es apenas del 0,4 %. Estas emisiones son generadas en su mayoría (55 %) por sectores como la agricultura y otros usos del suelo rural, que participan minoritariamente en la generación de empleo e ingresos. Todo pareciera indicar que el énfasis en la reducción no debería recaer en sectores como industria, transporte y energía, que en agregado no superan el 38 % de las emisiones, como sí es el caso de países industrializados.
Surge, en consecuencia, una gran oportunidad para que Colombia alcance la carbononeutralidad mucho antes de lo previsto, combinando estrategias de mitigación basadas en tecnología, como la modernización del aparato productivo, y estrategias basadas en naturaleza, como una apuesta decidida por la absorción de emisiones GEI a partir de reforestación y restauración de ecosistemas forestales degradados hace ya varias décadas. Una estrategia de este tipo generaría empleo, ingresos fiscales y, eventualmente, favorecería un cambio en nuestra canasta exportadora, donde los servicios climáticos (absorción de emisiones de países industrializados) y la cadena de valor forestal representarían una importante fuente de divisas.