El Espectador

Sionismo

- ÓRBITA GLOBAL MARCOS PECKEL

En términos simples, el sionismo, fundado en 1897, es el movimiento de liberación nacional del pueblo judío, influencia­do por la ideología de la autodeterm­inación nacional que surgía a finales del siglo XIX. En 1948, tras una lucha de 50 años, el pueblo judío celebraba la creación del Estado de Israel, amparado en la Resolución 181 de noviembre 29 de 1947 de Naciones Unidas. Ya para ese entonces el sionismo había revivido la lengua hebrea, creado institucio­nes de educación superior, un sistema de bienestar social sin paralelo y una democracia vibrante que perdura hasta el día de hoy. En 1949, Israel era admitido en la ONU como miembro de la comunidad de naciones. Para los judíos terminaba un exilio de dos mil años y comenzaba la gesta de construcci­ón de Estado en que los éxitos son notables. Sin duda el sionismo ha sido un movimiento exitoso.

El judaísmo hizo su aparición hace unos 3.500 años como un pueblo con una religión y una tierra. Definir al judaísmo como una simple religión, como lo hacen algunos malévolame­nte, oculta la intención de negarle al pueblo judío sus derechos nacionales. Los hindúes son igualmente un pueblo con una religión y una tierra como lo son varios colectivos alrededor del mundo.

Fue la Liga de las Naciones, en su texto del mandato británico de julio de 1922, incontrove­rtible documento del derecho internacio­nal, quien reconocía el vínculo histórico del pueblo judío con su tierra ancestral y ordenaba a los británicos a hacer todo lo necesario para que en el territorio bajo su mandato se creara un “hogar nacional para el pueblo judío”.

Sionismo no ha implicado nunca negar los derechos nacionales del pueblo palestino, por el contrario, la mayoría de las organizaci­ones sionistas los apoyan. Lo hizo el movimiento sionista cuando aceptó la resolución de partición que establecía la creación de dos Estados. La guerra que le declararon al naciente Estado los países árabes y los recurrente­s fracasos del movimiento nacional palestino, han impedido que coexistan judíos y palestinos en ese pequeño territorio gozando ambos pueblos de su independen­cia nacional. Unos dos millones de árabes palestinos son ciudadanos del Estado de Israel. El sionismo no es monolítico, por el contrario, incluye en su seno diversas tendencias: izquierda y derecha, religiosos y laicos. Ser sionista no implica apoyar al gobierno de Israel. Organizaci­ones judías sionistas acompañaro­n a Martin Luther King y Nelson Mandela en su lucha contra la discrimina­ción racial y el Apartheid.

El judaísmo se ha caracteriz­ado a través de los siglos por su pluralismo, por ende hay judíos, una pequeña minoría, que no se identifica­n con el sionismo; algunas sectas ultrarreli­giosas y algunos intelectua­les de izquierda. De igual manera, existen grupos sionistas minoritari­os que niegan los derechos palestinos.

Todas las comunidade­s judías del mundo se identifica­n como sionistas, es decir, apoyan al Estado de Israel y su derecho a existir como el Estado-Nación del pueblo judío. Ojalá algún día al lado de un Estado Palestino.

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