“Vaca” en San Victorino para poderse vacunar
El sector está dispuesto a endeudarse en medio billón de pesos para librarse de las restricciones de la pandemia. Avanzan negociaciones con farmacéuticas y en diálogos con el Distrito.
Mediante una resolución firmada por el ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez, en Colombia está permitido que privados compren vacunas contra el COVID-19. Esta ventana ha motivado a que muchas empresas piensen en inmunizar a sus empleados, para así conseguir beneficios operativos en medio de las restricciones impuestas para mitigar la propagación del virus. Ejemplo de esto es la Asociación de Comerciantes de San Victorino (Asosanvictorino) que, según el gerente del GranSan, Yansen Estupiñán, aspira adquirir medio millón de vacunas para 250.000 trabajadores del sector.
Aunque la situación económica de los comerciantes es difícil, en entrevista con El Espectador, Estupiñán explicó que no les importa empeñar sus inmuebles para pagar las vacunas, con tal de poder trabajar. “Estas son para comerciantes, empleados, vendedores informales con arraigo en nuestro sector y para la cadena de abastecimiento”, agregó y de paso aseguró que los inmunológicos se están negociando entre US$20 y US$28 la dosis, por lo que la inversión podría superar el medio billón de pesos, si se tienen en cuenta costos adicionales como la logística .
“Sabemos que hay 1 millón de vacunas disponibles para la adquisición. Estamos negociando con Pfizer y Sinovac”, agregó, al detallar que los recursos se conseguirían por medio de una “vaca” entre empleadores para inmunizar a sus empleados. Hay que recordar que, según la Secretaría de Salud, Bogotá necesita 5,8 millones de personas vacunadas para alcanzar la inmunidad de rebaño, que es el 70 % de su población. De concretarse el negocio de Asosanvictorino, se lograría un aporte del 3,1 % del total de la población inmunizada. Este medio también habló con el doctor Jhonson Nino, asesor científico de la empresa Medinet Services, intermediaria para la negociación. Nino asegura que hoy el problema es la disponibilidad y la oportunidad de entrega, aspectos en los que “están mostrando seriedad los laboratorios de China. Es por eso que avanzamos con ellos”.
Pero este proceso no es fácil, ya que la resolución del Ministerio exige ciertos cumplimientos de quienes deseen adquirir las vacunas, como garantizar las condiciones de almacenamiento de los inmunológicos para su conservación, así como un riguroso manejo de su trazabilidad y disposición final.
Sumado a lo anterior, es obligatorio que la aplicación sea labor de las IPS habilitadas, además de no usar los mismos equipos ni puntos de vacunación con los que opera el Plan Nacional ni el Plan Ampliado de Inmunizaciones (PAI). Otra de las obligaciones es que haya un registro en la plataforma web PAIWEB 2.0 de las personas que han sido vacunadas (para así evitar la doble aplicación), detallando datos como el lote de vacunas adquiridas y la marca.
El gerente del GranSan es consciente de todos los requisitos. No obstante, con base en la reunión que tuvo con representantes del Gobierno Nacional y Distrital, interpreta que el Distrito en vez de ayudar, está infundiendo temor sobre la responsabilidad que recaería en el privado si algo sale mal. Cosa que, de ser cierta, iría en contra de lo estipulado por la regulación, ya que dicho documento es claro al decir, en su Parágrafo 1, que “los departamentos y distritos vigilarán el cumplimiento de las condiciones de almacenamiento”, y en el Parágrafo 3 detalla que “vigilarán el cumplimiento de los requisitos para su distribución y aplicación establecidos por el Ministerio de Salud”.
Así que las autoridades locales no pueden asumir una posición de depositar toda la responsabilidad de este proceso a los privados, sino que tienen que prestar una vigilancia para mitigar los eventuales riesgos. El Espectador supo que Asosanvictorino no sería el único privado que en este momento está negociando vacunas. Hay una lista de otros entes empresariales, que en su momento saldrán a comunicar sus avances.