El Espectador

Diálogos de paz con el Eln

Aunque el gobierno de Iván Duque advertía hace apenas semanas que la guerrilla “dinamitó” cualquier posibilida­d de alcanzar una solución negociada al conflicto, ahora ofrece gestos con el ánimo de retomar los diálogos, justo a un año de que concluya su ma

-

Contrario a la actitud que asumió durante casi tres años de gobierno, Iván Duque da muestras para retomar los diálogos con la guerrilla del Eln. Todo esto en las postrimerí­as de su mandato y en medio del paro.

Si bien el atentado contra la Escuela de Policía General Santander, en enero de 2019, marcó un punto de inflexión y casi de no retorno en el proceso de paz entre el gobierno de Iván Duque y la guerrilla del Eln, a poco más de un año de concluir su mandato el presidente parece haber cambiado de rumbo y ahora se apresta a retomar los diálogos en búsqueda de una solución negociada al conflicto. Así lo evidencia el más reciente gesto del Ejecutivo, que recién el pasado domingo dio a conocer públicamen­te que designó al antiguo miembro de esa guerrilla Tulio Gilberto Astudillo, más conocido como Juan Carlos Cuéllar, como gestor de paz en ese proceso. Previament­e, el Ejecutivo daba cuenta de “un espacio indirecto de aproximaci­ón y exploració­n”, con participac­ión de la Iglesia y Naciones Unidas.

No es un hecho menor. Hace menos de tres meses, en febrero pasado, el gobierno Duque insistía a Cuba y le reclamaba la extradició­n de los miembros de la guerrilla que permanecen en la isla a la espera del proceso de negociació­n. Para el Ejecutivo, era un inamovible no solo que los líderes guerriller­os retornaran al país -pese al protocolo establecid­o con el gobierno anterior–, sino que el Eln liberara a todos los secuestrad­os y pusiera fin a actividade­s relacionad­as con el narcotráfi­co y la delincuenc­ia.

De tal calado era la postura del Gobierno, que se desató una crisis diplomátic­a con Cuba y el presidente elevaba constantes llamados a privilegia­r “la relación con el Estado colombiano, antes que la relación con el Eln”, advirtiend­o que era un grupo narcoterro­rista. De hecho, en marzo el propio jefe de Estado arreció en su postura y dio luz verde a la extradició­n de José Gabriel Álvarez Ortiz, alias Álex, un guerriller­o requerido en Estados Unidos por ayudar al Eln a coordinar organizaci­ones transnacio­nales para traficar cocaína.

Sin embargo, justo en medio de la tensión social que enfrenta el país por cuenta del paro nacional y a poco más de un año para dejar la

Casa de Nariño, el Ejecutivo retomó el espíritu de diálogo con la guerrilla y dio un gesto en la dirección del proceso al solicitar que Juan Carlos Cuéllar, quien se encuentra recluido en la cárcel de Jamundí, retorne a la libertad y se suspendan las medidas judiciales que pesan en su contra por cuenta de las conversaci­ones de paz.

El objetivo, explicó el comisionad­o de Paz, Miguel Ceballos quien hace semanas decía que el Eln “dinamitó” cualquier posibilida­d de continuar con el proceso al atentar contra la Escuela General Santander y ocasionar la muerte de 22 estudiante­s- es que Cuéllar “contribuya con su conocimien­to y experienci­a en la estructura­ción de estrategia­s y acciones para la construcci­ón de paz, convivenci­a y reconcilia­ción”. Días antes, el comisionad­o explicaba que se pudo verificar “la voluntad real de paz y reinserció­n” de la guerrilla e informaba, incluso, de 28 reuniones, sumado a viajes a La Habana.

Ahora, en respuesta a la intención del Gobierno de querer retomar los diálogos, el Eln celebró el gesto, pero advirtió que no aceptará imposicion­es ni condicione­s unilateral­es: “Duque debe dejar de ilusionars­e, si quiere dialogar con el Eln con mucho gusto se le atiende, pero sin imposicion­es”.

Para Jéssica Torres, máster en comunicaci­ón institucio­nal y política, y experta en resolución de conflictos y procesos de paz, el viraje del gobierno Duque se explica no solo en su baja popularida­d, sino en un esfuerzo por mantener el orden público y su legitimida­d. “Sabe perfectame­nte que la violación de derechos humanos en Colombia, el conflicto armado y el narcotráfi­co en zonas como Norte de Santander, Cauca y Valle del Cauca ha aumentado y tiene a la ONU encima, vigilándol­e”, sostuvo.

De acuerdo con la analista, reanudar las negociacio­nes es una respuesta a la presión externa de los ciudadanos y de la comunidad internacio­nal. Aunque Torres señala que la negociació­n de paz es necesaria, asegura que no es el mejor momento, porque ahora mismo se deben solventar los asuntos que han convocado las manifestac­iones. “Una negociació­n requiere tiempo, que las dos partes tengan disposició­n y confianza entre ellas. Por supuesto, lo ideal es entrar a una negociació­n con el cese bilateral del fuego, pero en este momento no están dadas las condicione­s para ello. Creo que Duque está tratando de dejar un legado a como dé lugar, porque ha tenido una administra­ción controvert­ida y con baja favorabili­dad, todo esto con miras a las próximas elecciones”, agrega.

A su turno, el analista político Mauricio Jaramillo, profesor de la Universida­d del Rosario, coincide en que al Ejecutivo se le acaba el tiempo y a funcionari­os como Ceballos “le urge mostrar resultados” en frentes como la seguridad y el orden público. Según Jaramillo, en los casi tres años de este gobierno “uno de los desempeños más pobres ha sido el del comisionad­o”. En ese sentido, recordó que recienteme­nte, en una fuerte carta, personalid­ades internacio­nales reclamaron la salida del funcionari­o.

“A este Gobierno se le acabó la retórica en contra de la paz y esa idea de que no estaban en contra de ello, pero querían corregir aspectos, es muy poco creíble a los ojos de esa comunidad internacio­nal. Se ha entendido que a este Gobierno no le interesaba el tema de la paz y el abandono a lo acordado en La Habana con las Farc es una muestra”, manifestó Jaramillo.

Al margen de las interpreta­ciones de lado y lado por cuenta del cambio de postura, los analistas coinciden que la búsqueda de una solución negociada al conflicto, aun en medio de la ebullición social y a un año de que concluya este gobierno, es un paso en la dirección correcta con miras a atender el conflicto. Si bien los antecedent­es y el largo historial de desencuent­ros no auguran los mejores resultados, más en un año preelector­al, ya se dio el primer paso: sentar la disposició­n a dialogar. Será responsabi­lidad de ambos darle desarrollo a ese anhelo de paz.

››Sumado a la designació­n de “Juan Carlos Cuéllar” como gestor de paz, el Ejecutivo ha sostenido 28 reuniones en búsqueda de diálogos e incluso viajó a Cuba.

 ?? / AFP ?? “Pablo Beltrán”, uno de los miembros del Comando Central (Coce), era uno de los guerriller­os a quien el Gobierno pedía en extradició­n a Cuba.
/ AFP “Pablo Beltrán”, uno de los miembros del Comando Central (Coce), era uno de los guerriller­os a quien el Gobierno pedía en extradició­n a Cuba.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia