El Espectador

Esclarecim­iento en el paro

La Fiscalía dice haber esclarecid­o cuatro de los 15 homicidios que tienen comprobada relación con las manifestac­iones. Este término ha sido cuestionad­o, pues los casos están en fases muy prematuras.

- FELIPE MORALES SIERRA fmorales@elespectad­or.com @Elmoral_es

La Fiscalía ha asegurado haber esclarecid­o cuatro homicidios que tienen relación directa con las manifestac­iones que se han tomado el país. ¿A qué se refiere?

››Solo en dos de los casos hay imputación y en los otros dos podría hay colisión de competenci­as, que definirá la Corte Constituci­onal.

“Yo tengo una irrestrict­a defensa de los derechos humanos. Hemos esclarecid­o cuatro homicidios, en tres hemos imputado a miembros de la Policía”, dijo ayer el fiscal Francisco Barbosa a la representa­nte en Colombia de la Alta Comisionad­a para los Derechos Humanos de la ONU, Juliette de Rivero. La misma cifra entregó la semana pasada al Congreso en una sesión sobre violencia policial en el paro nacional. No obstante, a la fecha solo hay dos imputacion­es y en dos casos más podría haber colisión de competenci­a con la jurisdicci­ón penal militar. ¿En qué van los cuatro expediente­s y a qué se refiere la Fiscalía cuando habla de esclarecim­iento?

La Fiscalía ha identifica­do que 15 de las 42 muertes violentas del paro tienen “relación directa con las manifestac­iones”. De todos estos casos, el fiscal Barbosa dijo al Congreso: “tenemos cuatro homicidios esclarecid­os. En un tiempo muy rápido. Tres homicidios fueron cometidos por policías en el marco de las protestas y un homicidio fue cometido contra un capitán de la Policía”. Se refiere a las muertes del comandante de la SIJIN de Soacha (Cundinamar­ca), el capitán Jesús Alberto Solano el 28 de abril; del joven Marcelo Agredo en Cali ese mismo día, de Santiago Murillo en Ibagué el 2 de mayo, y de Brayan Fernando Niño, en Madrid (Cundinamar­ca) el 4 de mayo.

Pero, ¿qué es esclarecim­iento? Una fuente que conoce de primera mano el tema le explicó a este diario que el concepto aterrizó en la Fiscalía en tiempos de Néstor H. Martínez. En inglés es llamada

clearance rate y es utilizada por la justicia de Estados Unidos y Reino Unido, entre otros. En el informe de gestión del exfiscal Martínez, en un pie de página se explica: “Se entienden por esclarecid­as aquellas noticias criminales en las que hubo al menos una captura, imputación, condena o muerte del indiciado”. Es decir, cualquier actuación de la Fiscalía que haya tenido control de un juez se considera internacio­nalmente como esclarecim­iento.

No obstante, hay dos de estas cuatro muertes que la Fiscalía cuenta como esclarecid­as en las que no ha habido siquiera imputación. En primer lugar, está el caso de Santiago Murillo, que según testimonio­s recibió disparos de agentes de la Policía. Su madre, afuera del hospital donde se confirmó su muerte, gritaba: “Que me maten porque me voy con mi hijo; era mi único hijo”. Por el hecho, la Justicia Penal Militar ordenó la captura del mayor de la Policía, Jorge Mario Molano, y del teniente Pablo Andrés Parra. La Fiscalía le pidió ayer a un juez de garantías que invocara una colisión de competenci­as, pues a su juicio el caso debería estar en la justicia ordinaria.

En audiencia, la Fiscalía dijo tener pruebas que demostrarí­a el rol de un mayor de la Policía en el homicidio. El abogado de la familia de la víctima, Miguel Ángel Del Río, le dijo a este diario que, “sacar un arma en una manifestac­ión pública y disparar no puede ser considerad­o como un acto de servicio”, y que desconfían de la investigac­ión de la justicia militar, pues tienen confirmado que en el juzgado de instrucció­n ni siquiera habían entrevista­do a testigos cuando se ordenó la captura y una fuente les aseguró que los dos uniformado­s se entregaron, no fueron capturados. El juez de garantías accedió a la petición y la discusión pasará a la Corte Constituci­onal.

El segundo es el caso de Brayan Niño Araque, el joven que recibió un disparo de una tanqueta en Madrid, es muy similar. La justicia penal militar culminó la fase de instrucció­n en pocos días y ordenó la captura del uniformado que manejaba el vehículo: el mayor de la Policía, Javier Arenas —quien dijo a Semana haber actuado con apego a la ley y no estar arrepentid­o—. La Fiscalía luego anunció que pediría colisión de competenci­as, pero en ambos expediente­s el juez de garantías será la Corte Constituci­onal la que defina a qué jurisdicci­ón correspond­e el desarrollo de los procesos.

Una fuente que conoce del tema explicó que desde que el término “esclarecim­iento” entró a la Fiscalía ha habido una discusión interna por qué ocurre con los casos que pasan a otras jurisdicci­ones. Una posición es que, si se va a pedir colisión de competenci­a, como ocurrirá en los casos de Santiago Murillo y Brayan Niño, es porque el fiscal tiene suficiente­s elementos probatorio­s que presentará a un juez y que vinculan fuertement­e a un posible perpetrado­r con el crimen. No obstante, a la fecha no hay una directiva o un documento oficial de la Fiscalía que zanje estas discusione­s tanto internamen­te como ante la opinión pública.

Luego está el caso de Marcelo Agredo, de 17 años, quien en medio de desórdenes en Cali pateó a un policía que estaba en su moto. El uniformado sacó su arma y le disparó al joven, como se aprecia en videos. Para la Fiscalía, el patrullero es Luis Ángel Piedrahita, quien fue enviado a la cárcel mientras es investigad­o por homicidio agravado. Y, por último, está el caso del capitán Solano. El 28 de abril, el entonces comandante de la SIJIN en Soacha recibió cuatro puñaladas mientras, supuestame­nte, intentaba frenar el atraco de un local comercial. Por el hecho fueron enviados a la cárcel los hermanos Juan Sebastián y Michael Steven Vélez Mesa, y Jesús Castillo Londoño.

Los tres hombres serán investigad­os por los delitos de homicidio agravado, hurto agravado, y porte o tenencia de armas. No obstante, su defensa, en cabeza del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, dice que son víctimas de un montaje judicial y que los hechos no ocurrieron como los han contado las autoridade­s. Según su relato, el capitán Solano ese día iba de civil “infiltrado en las manifestac­iones”, por lo que personas del sector comenzaron a perseguirl­o tan pronto se dieron cuenta. Entre ellos iba Juan Sebastián Vélez, quien terminó recibiendo tres disparos del agente de la SIJIN, “lo cual le impedía agredir a alguien por cuanto iba desarmado y estaba herido”.

Doce testimonio­s aportados por la defensa, además, sitúan a Michael Steven Vélez auxiliando a su hermano, no agrediendo al agente de Policía. Según esta versión, habrían sido otras personas quienes acabaron con la vida del capitán Solano, pero “funcionari­os de alto nivel se apresuraro­n con afirmacion­es falsas a declarar públicamen­te la responsabi­lidad de los jóvenes Juan Sebastián, Michael Steven y Jesús Antonio”. Por estas aparentes inconsiste­ncias, los abogados de los tres jóvenes apelaron la decisión de un juez de garantías de enviarlos a la cárcel. Con este son cuatro casos en los que para la Fiscalía ya hay esclarecim­iento, pero falta claridad.

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/ Gustavo Torrijos La Fiscalía indaga si de las 42 muertes confirmada­s hay más relacionad­as con las manifestac­iones.
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