Jaime Fajardo Landaeta
Constituyente por el Epl
Ese tema se ha tocado en varias oportunidades, incluso en reuniones de constituyentes y gente que conoció el proceso de 1991. Y la conclusión a la que hemos llegado es que no se requiere una nueva constitución para firmar un proceso de paz, para ampliar mayores posibilidades democráticas, ni para mayores elementos de inclusión política. En el fondo, todo eso está en la Constitución del 91. Es más, muchos de los desarrollos han estado dirigidos a limitar su alcance. Se han hecho contrarreformas muy lesivas contra la carta magna.
Al contrario, lo que se está viviendo es que ha faltado la aplicación en varios aspectos de la Constitución de 1991. Han tratado de tergiversar y limitar sus alcances. Tuvimos un período en que, en busca de la seguridad democrática, se violó la carta política. El problema es que no se está aplicando a plenitud la Constitución de 1991. Sin duda, puedo decir que cerca del 80 % de la Constitución está sin aplicación y que la arremetida contra ellos fue desde que la terminamos de hacer.
Me parece que lo que tiene que hacerse es cumplir la Constitución de 1991. No se cumple ni siquiera el artículo primero, que señala que este es un Estado Social de Derecho. Las cosas están escritas, pero los gobiernos, no solamente este, han incumplido la carta de derechos humanos. Incluso muchos capítulos no se han estrenado.
Claro, eso no es clase, es una élite corrupta, parásita, porque cuántos parlamentarios tienen sus hijos, hermanos en el cuerpo diplomático. No puede haber un aprovechamiento del poder de esa manera, que eso es lo que la gente está repudiando en este momento. No pueden seguir como si no pasara nada en este país.