¿Qué propone Petro?
GUSTAVO PETRO SE ESTÁ PERFILANdo como un fuerte candidato para las elecciones presidenciales de 2022, impulsado por el descalabro del Centro Democrático y la catastrófica presidencia de Iván Duque. La pandemia, la contracción de la economía y un estado de ánimo beligerante conspiran contra otras opciones electorales. La favorabilidad de Petro aumentó nueve puntos entre las dos últimas mediciones al 42 %, aunque su desfavorabilidad es más alta con el 52 %; aun así, lidera la intención de voto duplicando a Sergio Fajardo, según la encuesta Guarumo.
Las propuestas de Petro incluyen la defensa de un sistema político pluripartidista, tratando de perfilarse como una figura de centro en contra de un régimen de partido único. En el mismo sentido, apoyaría una sólida economía de mercado, pero regulada por un sector público vigoroso. Mantiene su apoyo a los acuerdos de La Habana y continúa su defensa del medio ambiente.
Petro tiene en mente una reforma tributaria que afecte a los grandes grupos económicos y a las personas más ricas, propone además impuestos prediales que castiguen propiedades de tierras fértiles mayores de 1.000 hectáreas. La acompañaría de una reforma agraria que dote de tierras a campesinos que no las posean o permita obtener un nivel de vida digno a los minifundistas. Lo combinaría con un combate a la corrupción que, según él, se apropia de $50 billones anuales.
El candidato pretende garantizar la seguridad alimentaria mediante la producción nacional, combinada con políticas de fijación de precios y calidades de la canasta familiar que en otras latitudes han provocado carestía, el surgimiento de mercados negros y contrabando. En todo caso, pretende que el país profundice su vocación productiva y se aleje del extraer petróleo y carbón de la entraña de la tierra. Imagino que lo hará paulatinamente para no dejar de percibir en el caso del petróleo casi 4 % del PIB de ingreso público, $39 billones al año, de los cuales 2,4 % van a las regiones y municipios por regalías y 1,5 % para la Nación. Se trata de reindustrializar el país con mucha protección aduanera y también fomentar la agroindustria, procesos que pueden generar inflación de los precios tanto de productos industriales como de alimentos al no enfrentar competencia de las importaciones.
Petro plantea una fórmula peligrosa para combatir la pandemia del COVID-19: cada cuarentena que sea necesaria implementar será financiada con emisión del Banco de la República por “varios” billones de pesos para atender los subsidios a las familias afectadas y el empleo de las pequeñas empresas. Suena bien, pero representa el quiebre de una institucionalidad y de una política monetaria que se sostuvo durante las tres últimas décadas. Precisamente para eso se diseñó la independencia del banco central, dando lugar a una emisión controlada de dinero para que no produjera inflación, algo que incluso fomentó el rápido crecimiento económico del país.
El solo anuncio de este tipo de medidas tiene un impacto en las expectativas de la gente: todos los vendedores estarán prestos a subir sus precios y los compradores no podrán defenderse de la merma de su capacidad adquisitiva. Se perdería un intangible valiosísimo que es la confianza en la moneda. El proceso podría terminar con el gobierno intentando controlar todos los precios de la economía, para lo cual no contaría con suficientes policías.