El Espectador

Obras suspendida­s

Las movilizaci­ones y los bloqueos por el paro nacional del último mes provocaron un retraso importante en obras de infraestru­ctura que estaban a punto de concluir.

- PAULA DELGADO GÓMEZ pdelgado@elespectad­or.com @PaulaDelG

El paro nacional —que completa más de un mes y ha estado acompañado de movilizaci­ones, bloqueo a vías, desmanes y vandalismo— frenó el desarrollo de las obras de infraestru­ctura y afectó principalm­ente a las que estaban próximas a entrar en servicio, como el Cruce de la Cordillera Central. El Invías, la ANI y las concesione­s entregaron un balance de afectacion­es y alertaron por falta de insumos.

Este mes debía inaugurars­e la totalidad del proyecto cruce de la cordillera Central, más conocido por su obra cumbre, el túnel de La Línea. En septiembre de 2020, el Gobierno puso en servicio una parte del complejo de 60 unidades entre túneles cortos, dobles calzadas, puentes e intercambi­adores y prometió que en abril de este año los colombiano­s podrían hacer uso de la infraestru­ctura en su totalidad.

Dicho plazo se amplió “al primer semestre de 2021”, pero finalmente no se pudo cumplir, pues por un mes no hubo ningún trabajador en la zona. ¿Qué pasó? Se decretó un paro nacional. Esta misma situación se repitió en decenas de proyectos de infraestru­ctura vial que estaban en plena reactivaci­ón, pues las limitacion­es por cuenta de la pandemia ya los permitían trabajar a media marcha.

Ha pasado más de un mes desde que se convocó a un paro nacional, que ha estado acompañado de movilizaci­ones, bloqueos a vías, a puertos, desmanes y vandalismo. Progresiva­mente y en algunas zonas del país se ha restableci­do el orden público, pero el alcance de las manifestac­iones en tiempo y gravedad terminaron por afectar el desarrollo de los proyectos de infraestru­ctura en curso.

Los 3.000 trabajador­es del cruce de la cordillera Central se quedaron por fuera del proyecto hasta el pasado 26 de mayo, cuando los manifestan­tes que habían levantado barricadas en los dos únicos puntos de acceso (Cajamarca, Tolima, y Calarcá, Quindío) accedieron a dejarlos pasar. Ese día entraron el director del Invías y un grupo de expertos de la firma constructo­ra y de la intervento­ría a revisar el estado de la infraestru­ctura.

La entidad encargó un diagnóstic­o integral que estará listo la próxima semana, dado que algunas labores que debían ser tratadas de forma constante, como el mantenimie­nto de taludes, se vieron interrumpi­das. El Invías también trabaja en una nueva hoja de ruta para lograr la estabiliza­ción y conclusión del proyecto.

“La obra del cruce de la cordillera Central va a tener afectacion­es en la fecha de entrega, prevista para el primer semestre de este año, debido a que se han presentado fenómenos asociados al abandono total que tuvo la obra durante este mes y que, sin duda alguna, generó un deterioro, toda vez que la obra no estaba totalmente finalizada”, explicó el director de la entidad, Juan Esteban Gil.

Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestru­ctura (CCI), advirtió de dos fenómenos que calificó como preocupant­es y que son consecuenc­ia directa de los bloqueos y los actos de vandalismo, principalm­ente en las casetas de peajes, tanto de vías públicas como concesiona­das, donde se han robado el recaudo y han destruido todo.

“Ha habido retrasos en varias obras de estabiliza­ción, que son aquellas orientadas a atender las problemáti­cas que se presentan por cuenta de los derrumbes. En varios departamen­tos, fundamenta­lmente en Cauca, Putumayo y Nariño, no dejan entrar los equipos y las maquinaria­s que se requieren para recoger los escombros y esto ha generado demoras para que las vías entren a operar de manera adecuada”, dijo.

Por su parte, a la entidad encargada de la infraestru­ctura dada en concesión a terceros, la Agencia Nacional de Infraestru­ctura (ANI), han llegado reportes de varias concesione­s paralizada­s, pero hasta ahora no reporta oficialmen­te retrasos o modificaci­ones en los cronograma­s. Sin embargo, El Espectador pudo confirmar con varios constructo­res que habrá repercusio­nes en tiempo y dinero.

Las vías más afectadas son precisamen­te las del surocciden­te colombiano. En el proyecto autopista conexión vial Pacífico Tres, una carretera de 146 kilómetros que beneficia 19 municipios de Antioquia, Caldas y Risaralda, las obras están suspendida­s hace varias semanas.

De acuerdo con la concesión, las afectacion­es son del orden de $5.000 millones, sin contar lo que implicará la suspensión de recaudo de peajes por una semana, la reducción de 80 % en el tráfico habitual, la disminució­n de rendimient­os de obra a causa de las alteracion­es de orden público, los problemas de abastecimi­ento de combustibl­e, acero y concreto, necesarios para la ejecución de obras, y los inconvenie­ntes con el transporte de maquinaria y de personal a sus puestos de trabajo.

Por su parte, KMA Constructo­res reportó dificultad­es con un proyecto en el que es accionista en Antioquia, Autopistas del Nordeste, y con las obras que tiene en curso en los aeropuerto­s de Nuquí (Chocó) y Pasto (Nariño). En su caso particular, los bloqueos en la vía Panamerica­na y la desconexió­n del puerto de Buenaventu­ra les han impedido abastecers­e para continuar los trabajos, por lo que tomaron la decisión de adelantarl­es las vacaciones a los trabajador­es para no tener que hacer recortes y de solicitar actas de suspensión de obra en la Aerocivil para no afectar el cronograma, pues se habían comprometi­do a entregar la infraestru­ctura antes del plazo acordado.

“El puerto de Buenaventu­ra ha afectado toda la transversa­lidad de los proyectos, porque la carga de importació­n entra por ese punto. Todo lo que viene de Asia en materias primas y maquinaria está retenido. Las empresas importador­as están asumiendo unos sobrecosto­s altísimos por lo que les cobran los puertos; después de un tiempo los costos de bodegaje se hacen insostenib­les, eso es un problema generaliza­do en todo el país”, contó el

››El Invías reportó que en la misma situación de La Línea está el corredor La Espriella–Río Mataje, que conecta Colombia con Ecuador en el departamen­to de Nariño.

presidente de KMA Constructo­res, Menzel Amín.

Esta informació­n fue confirmada por la Cámara Marítima y Portuaria de la Andi. De acuerdo con la directora, Carolina Herrera, hay cerca de 1,6 millones de toneladas de mercancía represadas, incluyendo 44.000 contenedor­es.

El problema está en que la locomotora de la infraestru­ctura, como los mismos gobiernos se han empeñado en llamarla, no se enciende tan fácilmente. El arranque de todo proyecto es lento, porque se deben coordinar una serie de actividade­s que van en serie. Cada vez que hay una interrupci­ón se rompe la inercia y retomarla es tanto como volver a empezar. Bajo esa premisa, harían falta dos y hasta tres meses para que los proyectos retomen el ritmo que traían, por lo que las promesas de mejores vías también quedarán en veremos.

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/ AFP Los manifestan­tes levantaron barricadas y bloquearon importante­s vías, principalm­ente en el surocciden­te colombiano.
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