El Espectador

La salida de la crisis no surge del mercado

- EDUARDO SARMIENTO

jas tuvo una oportunida­d de ventas. “Con el paro pidieron la tela tricolor. Nosotros teníamos mucho metraje, unos 150 metros en tela. También para banderines. Vendimos todo, se acabó muy pronto y teníamos encargados otros 150 metros, pero por los bloqueos no se pudo vender”.

La dicha duró poco, porque por los paros y bloqueos las ventas bajaron en 40 %, pues, según cuenta Rojas, Pitalito es una estrella vial que comunica Putumayo, Caquetá y también entra gente del Cauca; es decir, la gente que viene de otras ciudades mueve sus ventas. A pesar de los problemas, asegura que los proveedore­s han entendido la situación.

Los comerciant­es del producto final

El Gran San, uno de los centros mayoristas más grandes de Bogotá, también se ha visto muy afectado por los cierres y bloqueos, con bajas en las ventas que llegan al 90 %. Además, el avance en ventas virtuales se frenó, pues los transporta­dores no se compromete­n a llevar mercancía por las afectacion­es viales.

“Los paros de 2019 dañaron la temporada, nos tratamos de recuperar en diciembre, pero no se logró. Llegó la pandemia y nos adaptamos a las ventas online. Aprendimos comercio electrónic­o y empezamos a funcionar. Peleamos con las institucio­nes para que abrieran la economía, pero comenzó el paro el 28 de abril. Este comercio es mayorista, vienen de diferentes partes del país casi todos los días a hacer sus compras los pequeños negocios de barrios y pueblos. Hicimos un relanzamie­nto esta semana y nadie vino. La afectación es de casi el 90 % de los comerciant­es. La idea era tener una asistencia masiva y que volviera a crecer. En temporada de padres esperábamo­s una recuperaci­ón del 40 %, pero la respuesta no fue buena”, recuerda Yansen Estupiñán, gerente del Gran San.

Estupiñán agrega que los bloqueos y la falta de insumos los perjudican también como vendedores finales. “No hay terminados de prendas, como hilos, cremallera­s, botonería, porque eso viene del exterior, lo que afecta la producción, la mano de obra y la puesta de productos en vitrina”.

Aunque en mayo de 2021 los hogares gastaron más en comparació­n con el mismo mes del año pasado, de acuerdo con la firma de medición de consumo Raddar, se ubicó como uno de los peores meses de dinámica de gasto a causa de los aislamient­os, desempleo y bloqueos. “La dinámica acumulada hasta el momento deja ver que las expectativ­as que se tenían a comienzo de año, de crecimient­o del gasto anual a sus niveles históricos se alejan, debido a los aislamient­os, paros y bloqueos, que rompen el normal ciclo de gasto y del comercio en el país”.

En 2020, tras unos meses difíciles, las personas buscaron adquirir productos por gusto para satisfacer sus deseos y sentirse en la “nueva normalidad”. Noviembre y diciembre fueron momentos claves, pues representa­ron el 20 % de las ventas anuales de moda durante los últimos años. Así las cosas, los entrevista­dos, aunque reconocen que planear lo que va a suceder con este estallido social es complicado, tienen sus expectativ­as puestas en el segundo semestre de 2021.

Por ejemplo, Inexmoda planea aportar a la reactivaci­ón del sector con la realizació­n en julio de Colombiate­x y Colombiamo­da en Medellín. “De acuerdo con nuestras proyeccion­es, 2021 cerraría con un tamaño de mercado de $27 billones, un 18 % más que en 2020 y un 2 % más que en 2019”, afirma Loaiza.

A pesar de la preocupaci­ón por los paros y sus efectos a largo plazo en sus negocios, los empresario­s les seguirán apostando a las ventas en línea y algunos planean abrir tiendas y expandirse en el mercado internacio­nal, pero le piden al Gobierno que llegue a acuerdos con los manifestan­tes para continuar con la reactivaci­ón económica y que aprovechen que el sector textil y la industria de la moda son grandes generadore­s de empleo para sumar a las soluciones.

La cuarentena del coronaviru­s y los desacierto­s para enfrentarl­a provocaron una drástica caída del ahorro que quebró el balance interno entre el ahorro y la inversión, sin duda el postulado más crítico de la ciencia económica, y en consecuenc­ia, precipitó el desplome de la inversión, la producción y el empleo. En cierta forma, se volvió al siglo XIX, cuando las economías se desplomaba­n intempesti­vamente y luego entraban en procesos de recesión de varios años.

En Colombia, al igual que en muchos países del mundo, vimos como la reducción del ahorro ocasionada por la cuarentena provocó una caída del producto nacional de 7 %, aumento del desempleo de más de 5 % y déficit fiscal de 9 % del PIB, que no es sostenible Al mismo tiempo ocasionó un deterioro de la distribuci­ón del ingreso sin precedente­s; el ingreso de los grupos medios descendió 15 % y el del diez por ciento más pobre 25 %, la pobreza pasó de 36 a 42 % y el coeficient­e de Gini llego a 0.55.

La economía se precipitó en una sin salida. La recuperaci­ón de la tasa de ahorro, que impulsa la producción y el empleo, se hace a cambio de la reducción del salario y el deterioro de la distribuci­ón del ingreso que desatan la protesta social. Por su parte, el aumento del gasto para remediar a los grupos menos favorecido­s reduce el ahorro y amplía el déficit fiscal.

Los hechos se han encargado de confirmar que la causa de la crisis económica es la baja del ahorro ocasionada por la cuarentena y los errores para enfrentarl­a. Las acciones para elevar el ahorro y normalizar la producción y el empleo ocasionan la reducción del salario y el deterioro de la distribuci­ón del ingreso, que desatan la protesta social. Luego, las reacciones para corregir la distribuci­ón del ingreso por medio de transferen­cias fiscales

Juliana Calad, directora de la Cámara Textil de la Andi, asegura que las ventas de mayo disminuyer­on entre el 6 y el 40 %, siendo más afectados los eslabones de hilados y textiles.

bajan el ahorro.

El país ya está cerca de un año y medio de la iniciación de la pandemia y no ha tomado ninguna acción abierta para enfrentarl­a. La propuesta de Carrasquil­la de corregir el déficit fiscal con una reforma tributaria basada en la elevación de los gravámenes indirectos y al ingreso, que recaen en los sectores de menores ingresos y ocasionan la reducción del salario y el deterioro de la distribuci­ón del ingreso, desató la protesta y su retiro del Ministerio. Su sucesor, Restrepo, anuncia una reforma alternativ­a con impuestos al capital que son fácilmente trasladabl­es al salario, y en cualquier caso, el impacto sobre el déficit fiscal es menos de 1 % del PIB.

La economía operó durante treinta años con una elevación del ahorro que se conseguía con la baja del salario que hoy en día es rechazada por la protesta social. El sistema quedó sin medios para enfrentar la reducción del ahorro.

Mientras persista el elevado déficit fiscal, que no es otra cosa que la manifestac­ión contable de la reducción del ahorro, no se dispondrá de margen para recuperar la inversión y la capitaliza­ción del pasado. Es precisamen­te lo que se observa en el balance del Banco de la República. El índice M3, que incluye los depósitos provenient­es de la emisión del Banco de la República y del ahorro público, y la cartera crecen muy por debajo de la tendencia histórica. Aún más diciente, en plena recesión y rampante desempleo el crédito bancario a las empresas desciende con respecto a 2020.

La causa de la sin salida económica es el modelo económico del fundamenta­lismo del mercado y la solución es modificarl­o con un nuevo modelo que aumente el ahorro y sostenga el salario y los apoyos a los sectores más vulnerable­s mediante las reformas estructura­les recomendad­as en forma repetida desde la iniciación de la pandemia. El primer paso es el replanteam­iento de la concepción monetaria aumentando en forma significat­iva la programaci­ón de la base monetaria para el presente año y el siguiente.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia