El Espectador

¿Qué hacer?

- LA COLUMNA DE PELÁEZ HERNÁN PELÁEZ R.

Pues sí, la Copa América se hace contra viento y marea. La selección Colombia debiera utilizarla más para armonizar el juego, mirando el futuro de la eliminator­ia, porque figurar o ubicarnos en la parte alta siempre servirá y se dimensiona­rá en su valor real si progresamo­s hacia Catar 2022.

Después de la cosecha de cuatro puntos sobre seis posibles ante Perú y Argentina, es evidente su poder reconstitu­yente. Pero son varios los puntos en los cuales debe trabajar y es larga tarea para Reinaldo Rueda. No es ningún espejismo el que vimos en el sistema defensivo, un desbarajus­te y casi siempre en los diez primeros minutos, inexplicab­le por demás. Unos lo llaman distracció­n, otros falta de concentrac­ión y algunos más incisivos hablan de temor escénico. Esto último no creo que tenga validez, porque quienes conforman esa línea (Medina, Mina, Sánchez y Tesillo) ya tienen en sus carreras más de cien partidos cada uno y en distintos climas y terrenos. Ninguno es novato y así no sean veteranos, por aquello de la edad, sí obligados y curtidos en sus tareas. Los dos zagueros centrales, admitiendo su irregulari­dad como titulares en Everton y Tottenham, deben conocer el oficio. Los laterales, Medina y Tesillo, en un ritmo menos exigente como es el de la liga mexicana, también presentan números buenos en cuanto a competenci­a.

Lo raro, y parece difícil de creer, es que jugaron con desorden, sin saber a cuál rival vigilar y, ante todo, sin aprovechar sus condicione­s en el juego aéreo. No supe cuál fue el reclamo, registrado en video, entre Juan Guillermo Cuadrado y Dávinson Sánchez; pero es fácil de suponer. El gesto bien se puede interpreta­r, pues uno exige explicacio­nes al otro por los descuidos, sin que eso signifique pecado mortal. Al menos es un detalle que demuestra las ganas de que las cosas salgan bien.

Me parece que Muriel es titular, mientras Borja al final ganó espacio en el puesto de Duván Zapata. En ese aspecto, hay delanteros de sobra. El quebradero de cabeza está en el diseño del medio campo. Lo primero y no tanto pensando en el rival, que fue lo ocurrido con Messi, es preciso saber si vamos con la llamada línea de tres volantes, dos de quite, marca, y uno bien claro en el apoyo o repartició­n de juego. Eso sí, resulta “intocable” Cuadrado, porque sabe descongest­ionar la zona, colocar centros y desarmar a más de uno de sus marcadores, con su amague y gambeta.

No resulta apropiado, por lo visto, tener tres volantes del mismo corte o estilo (Matheus, Cuéllar y Barrios). Esto daría espacio a Cardona, por ejemplo. Todo se puede resumir en el tiempo del cual dispondrá Reinaldo Rueda en la Copa para trabajar, probar y calibrar un equipo más homogéneo, compacto y solidario.

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