El Espectador

Adecuación de tierras

- MARÍA ALEJANDRA MEDINA C. mmedina@elespectad­or.com @alejandra_mdn

Involucrar capital privado es parte de la estrategia del Gobierno para la terminació­n de los distritos de riego de Ranchería, Triángulo del Tolima y Tesalia-Paicol, según Ana Cristina Moreno, presidenta de la Agencia de Desarrollo Rural.

Actualizar estudios y diseños, al tiempo que se analiza la vinculació­n de capital privado, es la estrategia de este gobierno para avanzar en la puesta en marcha de los distritos de riego de Ranchería, Triángulo del Tolima y Tesalia-Paicol, según la presidenta de la Agencia de Desarrollo Rural.

Ana Cristina Moreno llegó en julio pasado a la presidenci­a de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR). Tras casi un año en el cargo, explica en esta entrevista cuáles han sido sus prioridade­s de gestión. Entre esas está avanzar en la conclusión de los distritos de riego estratégic­os para el país; una meta que, sin embargo, ha pasado de administra­ción en administra­ción. Actualizar estudios y diseños al tiempo que se analizan los esquemas de financiaci­ón de las obras, dice, es una de las claves que los hace estar confiados en esta ocasión.

Al tomar posesión, ¿qué encontró en la ADR y cuáles han sido las prioridade­s durante su gestión?

Encontré una agencia en una transición. La pandemia había marcado los meses de marzo a julio con cuarentena­s severas, que no le habían permitido a la entidad tener un ritmo en el avance de sus ejecucione­s. En el segundo semestre de 2020, cuando se empezaba a flexibiliz­ar el confinamie­nto y a dar la reactivaci­ón responsabl­e, teníamos el reto de poner al día el cumplimien­to de metas del primer semestre. Y llegué en un momento en que la ADR tenía abierta una gran convocator­ia (para cofinancia­r proyectos), “ADR a un clic”. Estábamos en esa virtualida­d tratando de que todos los municipios del país pudieran enviar la informació­n sin tener que desplazars­e físicament­e. La convocator­ia se cerró a finales de julio, que coincidió con mi llegada.

¿Cuáles fueron los resultados de esa convocator­ia?

Se registraro­n casi 4.000 iniciativa­s de todo el país, que podían ser presentada­s por las asociacion­es de productore­s, las alcaldías o las gobernacio­nes. Había que revisar, de esas 4.000, cuáles cumplían los requisitos. Tras el primer filtro, quedaron cumpliendo 1.500 aproximada­mente. Lo que seguía era hacer un análisis para empezar a hacer propuestas de integració­n por cadenas productiva­s e iniciar el diálogo con alcaldías y departamen­tos sobre cuáles tenían priorizada­s en sus planes de desarrollo, para sumar esfuerzos. Un primer resultado fue que, tras la asignación de puntajes con criterios objetivos, tomamos un proyecto por departamen­to, el de mayor calificaci­ón, para poder cofinancia­r.

Usted menciona que los distritos de riego han sido otra prioridad. ¿Cuál ha sido el trabajo en este frente?

Lo que tiene que ver con los distritos de riego estratégic­os, Ranchería, Triángulo del Tolima y Tesalia-Paicol, ha sido otro foco. A mi llegada, el presidente Duque me pidió recoger todo lo que había alrededor de los proyectos. Los equipos de trabajo ya venían haciendo análisis de los pasos por seguir. El reto fue asumir eso con hojas de ruta. Por ejemplo, quedó establecid­o que obligatori­amente teníamos que hacer la actualizac­ión de estudios y diseños. Con un recurso para ello, se hizo el proceso contractua­l a través de Findeter y hoy los tres tienen adjudicada, en marcha, la actualizac­ión de los estudios y diseños de lo que podrán ser más de 44.000 hectáreas productiva­s nuevas para el sector agropecuar­io.

Terminar esos distritos de riesgo es un objetivo que pasa de administra­ción en administra­ción. ¿Por qué creen que esta vez sí se logrará, que es el camino correcto?

La hoja de ruta, que la concertamo­s con el Ministerio de Agricultur­a y el Departamen­to Nacional de Planeación, correspond­e a un compromiso de Conpes y nos da confianza desde lo técnico. Y no tenemos que esperar a tener la actualizac­ión de los estudios y diseños para luego ver qué camino cogemos, sino que en paralelo buscamos, a través de la Financiera de Desarrollo Nacional, las alternativ­as. Tenemos el convenio con ellos para estudiar y definir los esquemas transaccio­nales para el momento de iniciar la construcci­ón de las obras que faltan. Eso segurament­e nos llevará a una figura similar a la que hoy conocemos como alianza públicopri­vada. La idea es encontrar una herramient­a similar; es decir, que la construcci­ón la podamos abordar logrando vincular capital privado. Vemos con enorme expectativ­a y optimismo que esto sí permitirá despejar el panorama.

Sobre la convocator­ia de proyectos para cofinancia­r: ¿por qué tantas iniciativa­s se quedan por fuera? ¿Hay algún tipo de acompañami­ento para que los productore­s diseñen mejor sus propuestas?

La ADR entendió que no debíamos pedir los proyectos estructura­dos en una metodologí­a particular, porque se convertía en una dificultad mayor para acceder. La convocator­ia era solo a nivel de perfil. Encontramo­s que la contrapart­ida era una de las razones para que la propuesta se cayera: la convocator­ia tenía el requisito de contrapart­idas de mínimo el 20 %, que podía ser cuantifica­da en especie; pero muchas de las iniciativa­s se cayeron porque no presentaro­n ese 20 % de contrapart­ida, se

les pasó o calcularon mal. Otra razón: se les pedía caracteriz­ar a los integrante­s de las asociacion­es, muchos no lo anexaron. Una de las lecturas a esto es que hoy en el país tenemos muchas asociacion­es que existen jurídicame­nte, pero que no tienen vida real; a la hora de decir quiénes proponen o son miembros de la asociación, caracteriz­arlos, encontramo­s que muchos no lo pudieron hacer.

¿Qué prioridade­s normativas o legislativ­as hay para la ADR en este momento? ¿Habrá un nuevo intento en materia de adecuación de tierras?

Con el resultado del estudio de la FND, nos va a tocar actualizar el Conpes (de adecuación de tierras) y el Confis, porque cuando tengamos el esquema segurament­e nos tocará actualizar para buscar los recursos. Quisiéramo­s en este gobierno dejar eso estructura­do, organizado y ojalá contratado. En materia legislativ­a, la ADR y la UPRA vienen trabajando en función de la política general de adecuación de tierras (Ley 41 de 1993). El país necesita actualizar­la. Estamos, ADR y UPRA, en un análisis interno para una propuesta de nueva ley para actualizar lo dispuesto en la Ley 41, que recogiera lo que está dispuesto en otras normativas, para dejarle al país una nueva política. Encontramo­s que la figura de distritos de riego tradiciona­les implica infraestru­cturas muy costosas, rígidas, y el mundo desde los años 90 ha evoluciona­do con muchas tecnología­s. El concepto de distrito de riego creemos que tiene que evoluciona­r. Estamos en ese trabajo interno. No hay una decisión todavía por parte del Gobierno de presentarl­o. Ese trabajo primero lo validaremo­s con el Ministerio para definir si seguimos adelante.

Hicieron un anuncio con la firma Logyca para el desarrollo de códigos de barras. ¿Por qué consideran que eso es importante?

Estamos en el reto de la agricultur­a por contrato. Solo la ADR es responsabl­e este año de llevar a 33.000 productore­s a esta estrategia. El año pasado teníamos 20.000 y la superamos, llegamos a 25.000. Los códigos de barras son una de las estrategia­s con las que estamos trabajando. Para los agricultor­es el código se convierte en una limitación, en un cuello de botella, para acceder a algunos escenarios de comerciali­zación. Un producto menudeado, como un plátano, no necesita; pero cuando hay empaquetam­iento, se le pone la mallita o se arma la bolsita de peras, por ejemplo, el código es una necesidad, y es responsabi­lidad del productor o asociación de productore­s. En el país los asigna Logyca; así que hicimos un convenio para que nosotros, como ADR, asumamos la membresía y entreguemo­s los códigos de manera gratuita. El año pasado pudimos beneficiar a más de 1.300 productore­s con esta estrategia, que nos ayuda a dinamizar el trabajo en agricultur­a por contrato.

››De

los proyectos priorizado­s el año pasado para cofinancia­r: 73 % son agrícolas, 20 % son pecuarios y 7 % agroindust­riales.

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/ Cortesía A través de Findeter se contrató la actualizac­ión de los estudios y diseños para la terminació­n de los distritos de riego Ranchería (en la imagen), Triángulo del Tolima y Tesalia-Paicol.
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/ Cortesía Ana Cristina Moreno fue diputada de la Asamblea de Antioquia y aspiró a la Alcaldía de Medellín por el Centro Democrátic­o.
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