Presencialidad: lecciones desde Tumaco y Palmira
Los colegios del país tienen “luz verde” para dictar clases presenciales, pero solo el 41,4 % están en alternancia. Tumaco (Nariño) y Palmira (Valle) llevan la delantera.
Todos los colegios tienen “luz verde” para clases presenciales, pero solo el 41,4 % están en alternancia. Tumaco, con el 100 % de sus colegios funcionando; Palmira, con un modelo educativo de ir cuatro días, o Antioquia, con inversión en elementos de bioseguridad, ya han tenido éxito.
Queda menos de un mes para que los colegios vuelvan a clases presenciales, una medida que se anunció en la Resolución 777 del 2 de junio de 2021, publicada por el Ministerio de Salud. Según la entidad, para el 15 de julio finalizará la vacunación en el sector educativo. Una decisión esperada por las instituciones, principalmente las públicas. “Este mes cumplimos 15 meses con cerca del 90 % de estudiantes de colegios oficiales sin haber asistido a las aulas de clase”, dice Sandra García, PhD. en política social de la U. de Columbia y profesora de la Escuela de Gobierno de los Andes.
Hasta el momento, solo 7.525 instituciones educativas están en alternancia, es decir, el 41,4 % de todas las escuelas que hay en el país, de acuerdo con el Observatorio de Gestión Educativa de la Fundación Empresarios por la Educación. Pese a que aún persiste el miedo a que se registre algún brote de COVID19, ya son varias las secretarías de Educación que tienen meses de ventaja en la alternancia y que han tenido éxito en sus métodos. Una de ellas es la de Tumaco.
César Caldas, profesional universitario del área de planeación educativa de la Secretaría, explica que primero realizaron el plan piloto con los estudiantes de grados 10º y 11 de colegios privados y luego pasaron a las instituciones públicas. El rastreo de casos también llevó a que no se registraran brotes en las escuelas. “En lo que llevamos de este modelo solo tuvimos que cerrar en mayo y fue porque, acá en la región, en el tercer pico se registraron muchos casos y muertes por coronavirus”, añade. Antes del cierre, estaban en alternancia, el 100 % de colegios del municipio.
Otra de las secretarías que lideran este proceso es la de Antioquia. Alexandra Agudelo, secretaria de Educación del departamento, cuenta que el modelo inició en septiembre de 2020 porque los padres, sobre todo en las zonas rurales y rurales dispersas, pidieron la reapertura de algunas sedes. “En estos lugares son monodocentes y tienen a cargo hasta 15 niños”, asegura. Para ese año invirtieron $700 millones en elementos de bioseguridad y consiguieron que 37 mil estudiantes regresaran a clase.
En 2021, la inversión fue de $13 mil millones. “Los padres han sentido que sus hijos están en un entorno seguro, además del compromiso del magisterio antioqueño que le apostó a este modelo”, cuenta Agudelo. Hasta el 11 de junio son 275.835 estudiantes en alternancia de 3.609 sedes, es decir, el 82 % de las instituciones, y ya recibieron la primera dosis de la vacuna los 19 mil maestros oficiales del departamento. Pero, advierte, que en estos dos meses buscarán una solución para las 538 sedes que no tienen agua y no han podido abrir.
Uno de esos municipios antioqueños beneficiados es Marinilla, donde comenzó la alternancia en septiembre de 2020 con los colegios Francisco Manzué y la institución educativa Román Gómez. “Hemos trabajado de tres a cuatro horas presenciales y la combinamos con la virtualidad y la entrega de talleres físicos para los estudiantes que no tienen internet”, señala Jorge Orlando Soto, secretario de Educación del municipio. Desde marzo de 2021 el resto de planteles se sumaron a esta metodología de la que ya forman parte 644 estudiantes de todos los grados.
Palmira es otra de las secretarías que lleva la delantera. Empezó el proceso en septiembre de 2020 y priorizaron las zonas rurales. “En esa región montañosa es casi una utopía el estudio en casa porque no hay cobertura”, afirma Óscar Escobar, alcalde de Palmira. Para este año se incluyó el transporte escolar en la zona rural. “Tenemos 16 rutas en funcionamiento para garantizar que no tengan impedimentos para asistir a clases”, agrega.
Además del transporte, otra de las estrategias es el modelo de asistencia a clase, que es parecido al que se emplea en Europa: van 4 días a clases y se quedan 10 en la casa en un aislamiento preventivo. “Solo se han reportado cuatro docentes y un alumno con COVID-19, y solo hemos suspendido la alternancia por el paro. Llegamos a tener 3.300 estudiantes de colegios oficiales y 2.800 de privados, y ya vacunamos al 68 % de los docentes”, señala Ana Bolena Escobar, secretaria de Educación.
Y aunque hay varias instituciones en alternancia, otras sedes cuentan con las adecuaciones necesarias para reabrir, pero no han podido por la negativa de algunos profesores de los sindicatos. Ese es el caso de un colegio en el corregimiento Peña Negra, en zona rural de Cachipay. “Acá la conectividad es baja y los niños y las niñas están estudiando con unas guías impresas, pero como se dañó la impresora los papás, que son de bajos recursos, deben pagar por ellas. Visité el plantel y tiene todo para que se cumplan los protocolos de bioseguridad”, cuenta García.
De no reabrirse los colegios, las pérdidas de aprendizaje serán cada vez mayor. Datos de la Unesco muestran que 24 millones de niños podrán abandonar sus estudios. En Colombia, solo el 16,8 % de los estudiantes que se matricularon en 2021 regresaron a las aulas en alternancia. “He conocido testimonios desgarradores de niños que desertaron, otros han sido reclutados por grupos armados, otros deben cuidar a sus hermanos, y unos reciben guías que ni entienden”, añade García.
Si bien la virtualidad permitió que siguieran estudiando, la desigualdad fue más visible. Para Laura García, docente de la Universidad Manuela Beltrán y magíster en desarrollo educativo y social, se evidenciaron unas condiciones económicas y sociales que determinaron las dinámicas familiares y “que se desempeñaron como un facilitador o una barrera. Hay familias que no tienen disponibilidad de tiempo, porque trabajan y los niños no cuentan con una persona que los oriente. Hemos encontrado hogares en los que el aprendizaje sucede en medio de prácticas violentasque pueden llevar a una desmotivación”, dice.
››De los 9’715.439 estudiantes que se inscribieron en 2021, solo 1’630.527 están en alternancia.
¿Qué dice Fecode?
Martha Alfonso, segunda vicepresidenta de Fecode, aclara que el sindicato de maestros y maestras no ha estado en contra de la reapertura de los colegios. Por el contrario, añade, piden que se garantice “el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad y las adecuaciones de las instituciones.
Otro de los miedos del retorno para Fecode radica en que la atención general de salud para que se hagan los testeos a los maestros no ha sido oportuna. “La atención de salud del magisterio es bastante lenta. Entre el día en que usted presenta síntomas y le hacen la prueba pueden pasar de 10 a 14 días, lo que genera problemas porque no se aísla a tiempo y se puede producir un supercontagio. Y las pruebas que nos hacen son de antígeno, que sabemos que no son tan exactas como las PCR”, cuenta.