El Espectador

Rompecabez­as de un magnicidio en Haití

Así fue cómo, 40 horas después de que el presidente Jovenel Moïse fuera asesinado en su habitación, la Policía de Haití lanzó una operación para capturar a los asesinos. Una historia con muchas sombras.

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Así fue cómo, 40 horas después de que el presidente Jovenel Moïse fuera asesinado en su habitación, la Policía de Haití lanzó una operación para capturar a los asesinos. Historia con huella colombiana.

Como en la novela de Agatha Christie, Asesinato en el Orient Express, en el que un pasajero es asesinado y la investigac­ión concluye que todos los viajeros del tren tenían un motivo para matarlo, en el magnicidio de Jovenel Moïse no se deja a nadie libre de sospecha. El mandatario de Haití se había ganado tantos enemigos, que no volvió a salir de su casa desde febrero y denunció que había un complot para acabar con su vida y tomar el control del país.

Hasta ahora las investigac­iones señalan a un grupo de mercenario­s colombiano­s y estadounid­enses de origen haitiano de haber planificad­o y ejecutado el crimen. Cuarenta horas después del asesinato, la Policía de Haití confirmó la versión del primer ministro saliente, Claude Joseph, el hombre que debía entregar el cargo el miércoles a Ariel Henry, pero que tras el crimen decretó Estado de emergencia y se quedó al mando pidiendo el apoyo de gobiernos extranjero­s.

Según Joseph, al mandatario lo mató un grupo de “extranjero­s que hablaban inglés y español”. Y de acuerdo con Leon Charles, jefe de la Policía, fue un grupo de comando de 28 atacantes, incluidos 26 colombiano­s. “Intercepta­mos a 15 colombiano­s y a los dos estadounid­enses de ascendenci­a haitiana. Tres colombiano­s murieron mientras que otros ocho están prófugos. Se recuperaro­n las armas y materiales utilizados por los matones. Fortalecer­emos nuestras técnicas de investigac­ión y búsqueda para intercepta­r a los otros ocho mercenario­s”.

Las técnicas policiales dieron pronto resultado y el viernes el propio Charles informó que el número de arrestados colombiano­s se elevaba a 19. De acuerdo con un comunicado de la Policía, fue gracias a la colaboraci­ón de la población que se pudo capturar a los fugitivos. Se reveló la identidad de los 19 detenidos: Germán Alejandro Rivera García, John Jader Andela, Neil Cáceres Durán, Álex Miyer Lástima, Carlos Giovani Guerrero Torres, Ángel Mario Yacce Sierra y Jheyner Alberto Carmona Flórez.

También fueron detenidos Francisco Eladio Uribe Ochoa, Nacer Franco Castañeda, Enalder Vargas Gómez, John Jairo Suárez Alegría, Alejandro Zapata Giraldo, John Jairo Gómez Ramírez, Víctor Albeiro Pineda Cardona, Manuel Antonio Grosso Guarín, Juan Carlos Yepes Clabijo, Edwin Blaunicet, James Solages y Joseph Vincent, estos dos últimos los haitianos naturaliza­dos estadounid­enses.

La operación

¿Cómo la Policía de Haití, un cuerpo de seguridad polémico y que ha sido incapaz de controlar a las pandillas que azotan Puerto Príncipe, pudo dar en apenas unas horas con un comando de mercenario­s altamente entrenados? De acuerdo con una fuente de seguridad en ese país, el gobierno estadounid­ense habría ayudado a localizar a los sospechoso­s satelitalm­ente y le habría dado la ubicación a la Policía de Haití, con la que lleva años cooperando en la lucha antidrogas y de crimen transnacio­nal.

El comando estaba escondido en una casa en Petionvill­e, el mismo barrio en donde queda la residencia presidenci­al. En ese lugar se desató un feroz tiroteo que duró hasta la noche y que se saldó con tres muertos y los seis primeros detenidos. “Tenemos a los autores físicos, ahora estamos buscando a los autores intelectua­les”, sostuvo Charles, mientras un grupo de haitianos les prendían fuego a los vehículos de los sospechoso­s y gritaban que los quemaran.

El juez Clément Noël, interrogad­o por el periódico local Le Nouvellist­e, dijo que los colombiano­s muertos en la operación fueron identifica­dos como Mauricio Javier Romeo Medina y Duberney Capador Giraldo.

¿Por qué los asesinos no huyeron? Se preguntan varios periodista­s y analistas en Haití, que encuentran varios vacíos en esta versión, pues los hombres que la comunidad encontró “sospechoso­s” llevaban más de tres meses viviendo en la residencia que, dicen, pertenecía a una aliada del presidente Moïse.

Varios de los sospechoso­s colombiano­s, que el ministro de Defensa de Colombia confirmó eran militares retirados, estaban en Haití desde mayo e incluso habían hecho turismo en República Dominicana antes de ir a Puerto Príncipe. Según informació­n de la Policía Nacional, los colombiano­s llegaron a Haití en dos vuelos con fechas del 6 y 10 de mayo: los últimos arribaron el 6 de junio, contratado­s por cuatro empresas nacionales, bajo investigac­ión.

La Policía “decomisó un vehículo utilizado por los atacantes, cinco armas de fuego, incluidas dos pistolas de 9 milímetros, cartuchos de calibre 5,56 milímetros, el servidor de la cámara de vigilancia del presidente Jovenel Moïse, una chequera del BNC a nombre del Sr. y la Sra. Jovenel Moïse, 20 bolsas, hachas, cortadores de alambre, ropa, comida, 109 billetes de US$20, un lote de 100 billetes de US$100, un juego de 99 billetes de US$100 y otro juego de 100 billetes de US$100, 100 billetes de US$50, 32 billetes de US$100 en chaleco antibalas, dos placas de vehículo de alquiler y el contrato de alquiler del vehículo hecho con Avis el 6 de julio, muchos celulares, entre otros”, dijo el magistrado Clément Noël.

El juez haitiano que oficializó la captura de los primeros colombiano­s, Fidélito Dieudonné, aseguró que los detenidos confesaron que “la misión era arrestar al mandatario, no cometer homicidio”. Dijeron haber ido a Puerto Príncipe a prestar vigilancia por

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hija del presidente, al escuchar los pasos de los asesinos, se escondió en la habitación de su hermano; los dos salieron ilesos y hoy están en un lugar seguro.

el aumento de secuestros (el año pasado se reportaron 1.000) y que llegaron a la residencia presidenci­al porque les reportaron de un tiroteo y ellos tenían la misión de vigilar la zona.

Los dos ciudadanos haitianos nacionaliz­ados estadounid­enses James Solages y Joseph Vincent explicaron a las autoridade­s que “eran traductore­s” y que habían encontrado ese trabajo a través de internet; confirmaro­n que estaban en la capital desde hacía más de tres meses.

Medios haitianos señalan que Moïse fue asesinado a la 1 de la mañana, y que el comando, según los registros de las cámaras de seguridad, llegó después de las 2:40, por lo que no habrían estado implicados en el asesinato; las cámaras fueron decomisada­s por la policía, al igual que otros elementos hallados en la escena del crimen que ayudarían a revelar la verdad. Las dudas abundan y hay quienes señalan que para un grupo de mercenario­s tan grande no pudo entrar al país sin complicida­d de las autoridade­s. Para añadir más misterio a esta novela, el senador opositor Steven Benoit comentó en entrevista al programa Panel

Magic, que el presidente “fue asesinado por sus agentes de seguridad. No fueron los colombiano­s quienes lo asesinaron. Ellos eran contratist­as del Estado haitiano”.

El brutal asesinato

En el informe forense, a cargo del juez de paz Carl Henry Destin, se asegura que el cuerpo de Moïse tenía 12 orificios de balas de gran calibre y también de 9 milímetros. “Lo encontramo­s acostado boca arriba, (con) pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen (…)”, relató el juez.

En el atroz hecho resultó herida la primera dama, Martine Moïse, quien permanece hospitaliz­ada en Miami, Estados Unidos. En el momento del ataque, la hija de la pareja se escondió en la habitación de su hermano y los dos resultaron ilesos, según Destin, y están en un lugar seguro.

La periodista Maria Abi-Habib, correspons­al de The New York Times para México, Centroamér­ica y el Caribe, le relató a Michael Barbaro en el pódcast The Daily, cómo más de 50 hombres armados “marchaban de forma muy parecida a lo que ella vio en el ejército de EE. UU. en Afganistán cuando se aproximaba­n a los talibán. Relata que “llegaron a la casa del presidente y gritaron DEA, la guardia los deja entrar, no disparan una sola bala, llegan a la habitación del presidente donde estaba con su esposa, la hija escucha los pasos, corre a la habitación de su hermano y se esconde con él, y empieza el tiroteo”.

Su versión coincide con el informe forense: “Le disparan en el ojo y en el pecho, y hay signos de que lo torturan antes de asesinarlo; luego escapan al corazón de Puerto Príncipe, donde se dispersan e intentan escapar del país”.

Según cuenta, solo vio algo parecido con Muamar Gaddafi en Libia, cuando lo sacan de la casa, lo torturan y lo matan. “Nunca había visto que mataran a un líder en su propia casa”. Para resolver este rompecabez­as llegarán a Puerto Príncipe, investigad­ores de Estados Unidos y Colombia. ¿Quién mató al presidente? En un país azotado por la corrupción, las bandas criminales y el odio político, los haitianos sospechan de todo y de todos. Una novela.

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menos 17 exmilitare­s colombiano­s están presuntame­nte implicados en el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse, informaron este viernes altos mandos del ejército y la policía en Bogotá. La “planeación del homicidio” se hizo en 32 días, de acuerdo a una infografía compartida a la prensa. Colombia enviará una misión de inteligenc­ia ese país para ayudar a esclarecer el magnicidio.

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/ AFP Este es el momento en que la policía haitiana captura a otros dos presuntos mercenario­s colombiano­s.

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