Informe de la CIDH
HAY COSAS BUENAS, REGULARES Y malas.
La descripción de los abusos es detallada con base en diversas fuentes. Negar algo que todos vimos en vivo y en directo no constituye una reacción adecuada.
Creo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se equivocó en estos puntos:
Hay buenas razones para separar la Policía del Ministerio de Defensa. Por cierto, nada sería más negativo que llevarla al Ministerio del Interior. Sería coto de caza de la politiquería. Pero esta es, básicamente, una discusión interna.
Es un despropósito la “solución” propuesta por la Procuraduría a la cuestión Petro. Eso de vestir con toga a funcionarios suyos es una mascarada. Pero tampoco fue pertinente tocar ese punto en el informe.
No encuentro prueba del supuesto sesgo racial en la represión estatal. La Comisión no demuestra que la presencia de víctimas étnicas fue producto de una selección deliberada o si simplemente obedeció a la conformación demográfica de las poblaciones.
Al lado de esto, hay algunos puntos al menos dudosos: para que sea eficaz, la conformación de una Comisión de Seguimiento debe contar con la anuencia del Estado. La percepción de que hay concentración de atribuciones en el Poder Ejecutivo obedece a impresiones de la sociedad civil que difícilmente pueden dar sustento a las conclusiones. Claro está, lo que sí es verdad es que la confianza en los órganos de control ha decaído. La mención del nivel general de homicidios no es pertinente. En cuanto a los bloqueos, la Comisión señaló que es necesario precisar en cada caso la gravedad de las afectaciones de terceros. Esto es cierto en abstracto. En el caso concreto, sí creo que hubo excesos inaceptables. En este punto es cierto que hizo falta una condena concreta.
En cambio, acierta la Comisión en cuanto señala la ocurrencia de homicidios y lesiones por exceso de la Fuerza Pública y toma como fuente la Corte Suprema. Informa sobre hechos que constituyen una lacra aún peor: abuso sexual, intervención de civiles que agredieron a la población en presencia de la Fuerza Pública y reportes sobre personas desaparecidas. Esto último sería de inmensa gravedad, porque no se trata de hechos en medio de la conflagración, sino de acciones reales o supuestas perpetradas con toda frialdad. Es este un punto que no se ha aclarado totalmente. Todavía hay cifras de casos no resueltos, algo extremadamente grave.
No comparto la tesis de que fue más intensa la censura de las agresiones oficiales que de las derivadas del vandalismo. La Comisión condenó los ataques contra la policía y los terceros y rechazó todas las violencias.
La Comisión reconoce hechos estatales positivos: la solicitud del fiscal de trasladar varios casos que están en la Justicia Militar, que los hechos violentos corresponden solo al 11 % de las protestas, los avances en la sentencia de la Corte Suprema y la expedición del Decreto 003 de 2021.
En general, las recomendaciones son útiles. El Gobierno contestó de manera abrupta, perdiendo de vista que esto no alivia la percepción bastante negativa de la comunidad internacional. Aunque la radiografía tenga algunas manchas, no se vale patear al radiólogo.
Coda. Es notable que la Comisión, al hacer referencia a los problemas derivados de la inequidad, haya resaltado que en la Constitución está la solución.
Claudia, a jugar de local