El Espectador

Las barras de fútbol se la juegan por la convivenci­a

El pasado 10 y 11 de julio, Bucaramang­a fue el escenario que reunió a 13 barras del fútbol colombiano, un espacio que permitió el diálogo, la convivenci­a y la tolerancia entre los grupos que históricam­ente han estado marcados por la rivalidad.

- DANIELA BUENO RUIZ dbueno@elespectad­or.com @DanielaBue­no03

En busca de escenarios que mejoren la convivenci­a entre las barras de fútbol en Colombia, y la posible organizaci­ón de estos grupos en el país, se llevó a cabo la primera Asamblea Nacional de Barras Colombiana­s en Bucaramang­a. Por dos días, 13 barras bravas y cerca de 700 integrante­s de las mismas compartier­on un mismo espacio, lleno de colores y diferencia­s, donde prevaleció la tolerancia.

El lugar elegido fue la capital santandere­ana que acogió a las hinchadas de Pasto, Neiva, Bogotá, Tolima, Barranquil­la, Cartagena, Santa Marta, Tunja y su anfitrión, Bucaramang­a. La Fortaleza Leoparda Sur, barra del equipo de la ciudad, fue la encargada de organizar y promover el evento que tuvo lugar en las instalacio­nes de la Universida­d Industrial de Santander.

Más de 30 “parches” (grupos dentro de las barras) se encargaron de la logística del evento. “Desde que llegaron los buses hasta que se fueron siempre estuvimos acompañand­o a las distintas barras, demostrand­o que, a pesar de las dificultad­es históricas que ha habido, con voluntad se pueden sacar adelante las cosas”, dijo Édwar Ferney Jaimes Calderón, uno de los líderes de La Fortaleza.

Aunque este tipo de acercamien­tos se vienen dando desde hace cinco años, gracias a la creación del Colectivo de Barras Colombiana­s por la Convivenci­a, integrado por 19 barras encargadas de generar acuerdos para la disminució­n de la violencia en el fútbol, este encuentro tuvo una dimensión distinta, pues por primera vez asistieron varios integrante­s de cada barra, y no solo dos o tres líderes como de costumbre. El diálogo fue la herramient­a principal para construir hojas de rutas y estrategia­s que incentiven la convivenci­a.

Diego González, referente de la Guardia Albi-Roja Sur, barra de Santa Fe, cuenta que al principio existió un poco de temor, porque “una cosa es asistir una o dos personas a una reunión y lograr unos mínimos de convivenci­a, y otra cosa ya es con 80 personas que pueden tener distintas maneras de pensar”.

Según el estudio “Pasión Mortal”, de El País de Cali, que recolectó los datos de la Fiscalía General de la Nación y Medicina Legal, se pudo determinar que entre 2008 y 2020 en el país se registraro­n 149 muertes relacionad­as con la violencia entre hinchas del fútbol. De ahí surgió la importanci­a de generar estos espacios. “Una asamblea como esta fácilmente puede estar ahorrando 10, 15, 20 muertos al año por temas asociados al fútbol”, explicó González. El hecho de que hubiesen convivido por dos días en medio de las diferencia­s es una muestra del avance que han tenido estos grupos en los últimos años.

Durante la asamblea hubo un espacio dividido en cinco mesas, en las que se trabajaron temáticas como la situación de derechos humanos de los barristas, proyectos culturales, el movimiento social, el desarrollo de mejores estrategia­s de comunicaci­ón y la política.

En las discusione­s hubo especial énfasis en la implementa­ción del Plan Decenal de Fútbol, que rige desde 2014 con vigencia a 2024, construido por el Ministerio del Interior, bajo el gobierno de Juan Manuel Santos y avalado por la Comisión Nacional de Seguridad, Comodidad y Convivenci­a en el fútbol, integrada por los ministerio­s de Educación, Cultura, Coldeporte­s, la Policía Nacional, la UNGRD, la Federación Colombiana de Fútbol y la Dimayor. Pese a su existencia, según los barristas, la implementa­ción ha sido incompleta.

El plan está construido desde dos componente­s: uno a corto plazo, enfocado en el control y prevención de las manifestac­iones violentas asociadas al fútbol, y otro a largo plazo, constituid­o por acciones en formación de convivenci­a y derechos humanos, creación y ejecución de oportunida­des de trabajo y de aprovecham­iento del tiempo libre. Es decir, un componente de control y uno social.

A pesar de que el Plan Decenal es una política pública con ocho años de vigencia, la implementa­ción ha sido casi nula. Alirio Amaya, investigad­or enfocado en el fútbol y el barrismo social desde hace 22 años y quien estuvo en la construcci­ón de este plan, afirma que no hubo un buen desarrollo desde el nivel central, pues “no se creó la estructura para hacer funcionar el Plan Decenal de Fútbol. Lo que se ha logrado, se logra a partir de la voluntad política de los alcaldes directamen­te en sus planes de desarrollo”.

Para el funcionami­ento del plan era necesario mayor decisión política y recursos, factores que según explica Amaya faltaron. “Nos aterramos de que los hinchas en algunas ocasiones protagoniz­an hechos de violencia, debido a que los programas fracasan, pero la realidad es que no hay programas, no hay inversión en las ciudades. Son pocas las que les están dando recursos a estos procesos de prevención de la violencia”. Incluso, explica que los procesos muchas veces se dan por la iniciativa propia de las barras que buscan que los planes de gobierno locales incluyan el Plan Decenal.

Partiendo de este punto, uno de los consensos a los que se llegó en la asamblea fue la creación de una comisión para tratar de impulsar un debate de control político en el Senado, en torno a la implementa­ción de este Plan Decenal. Dicha comisión estaría conformada por dos representa­ntes de cada barra y se presentarí­a ante la Comisión Séptima del Senado, encargada de ejercer vigilancia sobre las políticas públicas.

Freyler Stiven Pérez, líder de la barra Deportes Tolima, insiste en la importanci­a de ese componente social. “Desde el arte hemos construido convivenci­a en el fútbol, por eso reivindica­mos la necesidad de que haya una inversión estatal en torno a la música, al grafiti, a la academia, a la educación, porque son esos elementos los que permiten desarrolla­r en lo integral a nuestros integrante­s”.

Uno de los puntos en los que los líderes coinciden, es en la necesidad de erradicar la violencia relacionad­a con el fútbol desde iniciativa­s propias. Pérez lo expresa de la siguiente manera: “Somos diferentes de buzo y de amor a un equipo, pero en nuestras realidades sociales somos iguales y vivimos lo mismo, queremos cambiar las cosas y tener un futuro diferente”. En esto también coincide Édwar Jaimes: “Creo que debemos empezar a construir espacios en los que nos toleremos unos a otros y entender por encima de todo que el derecho a la vida es lo más importante”.

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Plan Decenal de Fútbol rige desde 2014 con vigencia a 2024.

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/ Cortesía La capital santandere­ana acogió a hinchas de Pasto, Neiva, Bogotá, Tolima, Barranquil­la, Cartagena, Santa Marta y Tunja.
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